Mi Jefe [Jinson]

Regreso

La tienda abrió temprano, hoy empezaba la nueva jornada de trabajo, después de varios días de descanso, y no hay tiempo que perder. El castaño está algo emocionado, anhela ver la reacción de la gente al entrar a la nueva tienda, y es que, comparada con ésta, la antigua parecía una basura. Tal era la emoción, que por ello abrió más temprano. Pero en lo que Jackson no pensó fue en que la tienda sería el doble de grande, por lo tanto, el doble de trabajo, y estaría solo, lo que hacía a Jackson aún más difícil. Ya estaba claro que JinYoung no iría, ahora debía buscar a alguien más. Pero no podía ser nadie más, tenía que ser él, porque él es demasiado bueno. O esa es la excusa que se inventa Jackson en su mente para despejar la idea de que realmente está siendo atrapado bajo los inocentes encantos del menor, y que básicamente gusta mucho de él. Jackson no lo comprende, pensaba que sería como con otras personas, sólo sexo.
Pero JinYoung ha sabido muy bien como meterse en sus pensamientos, con su ternura, sus hermosos ojos, sus carnosos labios dueños de una bella sonrisa, que quién sabe porqué demonios la esconde. Todo de él es... Perfecto. Y no su hermoso y rostro y sexy cuerpo que parece haber sido tallado por los mismos dioses. Es también su personalidad, su inteligencia, sus ganas de querer hacer todo bien, su amor hacía su familia, su impecabilidad, siempre tan bien arreglado y presentado a pesar de no tener dinero para ropa de marca. Su aura trasmite perfección... Pero más allá de eso, hay algo más que Wang vió en ese chico, lo que lo flechó, su pasión, no sólo para el trabajo, para el sexo, es para todo. Es apasionado para hacer cualquier cosa, y eso es irresistible para Jackson.

El cual estaba programando la computadora de la caja resgistradora para descargarle una base de datos nueva, necesitaba hacer eso, para poder elaborar facturas bajo el sello de la nueva tienda, y llevaba algo se tiempo, mientras tanto, no podría vender nada. Para su sorpresa, visualizó a un chico parado justo en la entrada, con la mirada perdida en el lugar, estaba asombrado por el cambio tan radical. Su mirada recorría todo el lugar hasta encontrarse con los aquellos ojos oscuros que tanto temía ver.

-JinYoung..._ dijo Jackson en un hilo de voz inaudible.

Sus ojos no pudieron evitar iluminarse al ver a ese chico allí parado, impecable, hermoso, como siempre.
El menor carraspeó un poco después de dejar de ver justo a los ojos al castaño, quien se veía muy bello, con un leve color rojizo en su piel (que debido a la playa) que lo hacía ver sexy. Más que ver el lugar, estaba encantado de volver a ver a Jackson.

-Viniste_ pudo articular después de unos segundos.

-Sí, es obvio_ respondió el pelinegro con sarcasmo.

Jackson sonrió y rodó los ojos al analizar la estupidez que acababa de decir.

-Y bueno, ¿te vas a quedar allí parado por siempre?_ se levantó de la silla-Porque hay mucho que hacer.

-No_ terminó de entrar-Pero primero me gustaría saber como es el nuevo lugar en donde vamos a trabajar_ se acercó a la vitrina quedando muy cerca de Jackson.

Joder.

-Claro_ colocó una sonrisa boba-¿vamos?.

Le indicó por donde entrar, al terminar de ver la planta de abajo, se fueron escaleras arriba para ver la oficina, y una linda sala para descansar. Los ojos de JinYoung estaban maravillados con el lugar. Y Jackson estaba contento de que le agradara, no había dicho ni una sola palabra, pero su expresión decía todo.

-Y en el sótano está el baño, el closet de limpieza y el despósito_ dijo Jackson- ¿No es genial?.

-Aquí hicieron un trabajo muy bueno_ dijo JinYoung.

Ambos bajaron, y ya habían personas allí.

-¡A trabajar!_ exclamó el pelinegro para sí mismo.