Día de panqueques

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-Dime hijo ¿cómo va la tienda?_ preguntó la abuela.

Jackson terminó de comer el pedazo de panqueque que tenía en la boca.

-Todo excelente. De hecho viajé porque la tienda están en remodelación, y eso me tiene muy feliz_ dijo entusiasmado.

-Me alegro por ti_ dijo el abuelo dedicándole una sonrisa.

Jackson correspondió y siguió comiendo.

-Me pone feliz que cumplas tus sueños, aunque sea muy lejos de aquí_ comentó la abuela en tono triste.

-Abue..._ dijo Jackson tomando a su abuela de la mano-Prometo que voy a venir más seguido_ dijo Jackson tranquilizando a la señora.

Ella sonrió contenta por lo dicho.

Después de comer, Jackson fue a llevar su bolso a la habitación que antes era suya, y en donde dormiría esos días. La abuela lo acompañó hasta el cuarto, le buscó unas sábanas y se las dio a Jackson, quien entró a dicha habitación y como esperaba, todo seguía igual, la cama que antes le pertenecía a Lay, allí estaba, incluso con la misma ropa, que él llegó a usar, estaban sus zapatos, gorras, y hasta algunos libros. Esto destrozó el corazón de Jackson en mil pedazos, suspiró y se tumbó en su cama. La señora se fue escaleras abajo, para darle espacio a su nieto.

-Cada vez que viene, está más hermoso_ dijo ella al llegar a la sala de estar.

-Es igual a su abuelo_ alagó el señor con gracia.

-Ay si, el don guapetón_ dijo ella sentándose junto a él.

*****

Después de unas horas, Jackson y el abuelo estaban reparando un televisor, mientras que la abuela estaba sentada riéndose de ambos tomando café.

-Abuelo, por Dios ¡Esto es viejísimo!_ dijo Jackson viendo al grande aparato en la mesa, luego de abrirlo.

Por dentro todo estaba deteriorado y desgastado, se notaba que hace mucho tiempo no compraban una tele nueva.

-Pero tiene arreglo_ trató de optimizar

La abuela soltó una fuerte risa. Le hacía gracia ver el positivismo del señor, sólo por no gastar más dinero.

-Vamos a ver si podemos hacer algo_ dijo Jackson rendido por la presión del abuelo.

Después de desarmarlo, armarlo, intentar prenderlo, volverlo a desarmar, volverlo a amar, y volver a intentar prenderlo. Finalmente el señor entendió que esa vieja caja, ya no tenía utilidad. Aún así, no la quiso votar, y en lugar de eso, la guardó en el sótano.

-Ahora no veré mis partidos_ dijo él señor, luego de volver a la sala de estar desplomándoce en el mueble.

-Si los puedes ver_ contestó la abuela-Si compras otra tele.

El señor bufó.

-No hay dinero para esas cosas Jyone, y lo sabes_ regañó.

-No tienes que gastar dinero, yo se los compraré_ intervino Jackson.

-¡No, hijo!_ dijeron ambos en unisono-Es mejor que sigas ahorrando para la tienda_ terminó diciendo la abuela.

-Apreciamos tu buena intención, pero no es necesario_ apoyó el abuelo.

-No, ya dije que se los voy a obsequiar y punto. Mañana iremos a la tienda_ sentenció Jackson con autoridad.

*****

Mi Jefe [Jinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora