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Hace un mes habían llegado las vecinas nuevas a la casa de al lado, la Nacha, la Rosario y la Antonia, eran re buena onda las cabras, aunque en verdad no pertenecían aquí, la Nacha con ese cabello color fuego, y la Rosario y la Antonia con ese rubio dorado que tenían se notaba a leguas que este no era su mundo, pero se habían adaptado re bien, la Nacha y la Ro iban al liceo del Camilo y la Anto a la escuela de la Bay.

                Hoy era Halloween y estábamos preparándonos para una fiesta que íbamos a hacer en mi casa. Igual me habían invitado a una fiesta mis compañeros de equipo con minas ricas y todo, pero en verdad mis ojos estaban puestos en la Nacha que aunque era cuatro años menor que yo era la mina que quería.

                El timbre de mi casa sonó, dejé de inflar los globos de color naranjo y fui a abrir la puerta, el Camilo brillaba por su ausencia y la Bay estaba poniéndose su traje para salir a pedir dulces con sus amigas.

                Abrí la puerta y casi exploto de la risa, era la Nacha vestida de calabaza.

—Adelante, puedes reírte—dijo ella. Solté una risa.

—¿Ese es tu disfraz sexy? —pregunté. Ella me miró feo.

—La Anto me hizo disfrazarme así, dijo que era una perfecta calabaza, que mi pelo era perfecto para este disfraz—me reí. Su hermana chica tenía toda la razón.

—Desde ahora en adelante te diré calabaza—puso los ojos en blanco.

—Te odio. Ya muévete de la entrada para ayudarte a inflar globos—la dejé pasar. Ella agarró unos globos y comenzó a inflar, su cara se ponía roja, lo que le daba un mejor aspecto de calabaza—Deja de reírte de mí.

—Perdona calabaza—me dio una mirada mortal. Levanté mis manos en señal de inocencia e inflé globos con ella. Nos reímos un buen rato. Era muy divertido pasar el tiempo con ella, me encantaba huevearla—¿Y cómo es que te dejaron participar de esta fiesta del demonio? —ella soltó una risa.

—Oye que vayamos a la iglesia no significa que no se nos permita celebrar Halloween

—Ya, pechoña—ella me golpeó el brazo. Todos los domingos sagradamente iban a la iglesia, me daba mucha risa porque onda yo soy católico pero no para ir a la iglesia todas las semanas ¿qué hueá? Además la Nacha y su hermana Rosario estaban haciendo esa hueá de la confirmación.

—Hola cabros—mi hermano que había brillado por su ausencia todo el día apareció.

—Buena culiao hasta que apareciste.

—Sí, aquí estoy, hola Igna—dijo acercándose a la Nacha y dándole un beso en la mejilla—yo voy a dejar unas cosas a la pieza y vuelvo a ayudarlos—entrecerré los ojos, aquí había gato encerrado, o sea el Camilo hablando sin garabatos, y la Nacha estaba roja donde el otro hueón le había un beso. ¿De qué mierda me perdí?

                La fiesta estaba a toda raja, harto copete, harta comida y harta mina rica en trajes ligeros de tela, pero aún así el que más me gustaba era el de la Nacha de calabaza se veía tan adorable. Tomé otro vaso de piscola mientras la observaba bailar con su hermana Rosario que era un año menor que ella y estaba usando un traje de gatubela sexy. Debería invitar a bailar a la Nacha.

                Llegó una hueona que había sido mi polola y me distrajo un rato, cuando volví mi vista a la pista de baile, ya no estaba la calabaza.

—Oye ¿y tú hermana? —le pregunté a la Rosario.

—Se fue por ahí con tu hermano—fruncí el ceño—baila conmigo un rato.

                Bailé con ella y la Nacha no apareció en sus buenos minutos. Hasta que vi que venía el Camilo desde la puerta de su pieza, salió y se dirigió a la mesa en busca de copete, luego vi a la Nacha salir de ahí mismo con la cara roja.

—Voy y vuelvo—le dije a la Ro. Fui donde la Nacha la agarré del brazo y la metí a la pieza del ahueonao de mi hermano—¿Qué estabai haciendo con el Camilo? —pregunté. Ella me miró con el ceño fruncido.

—¡Qué te importa! —soltó una risa y enrojeció.

—¿Qué onda con él?

—Nada, o sea me pidió pololeo—¿Qué? ¿Qué cresta le pasaba a ese cabro chico? Nunca me dijo que le gustaba la Nacha—y bueno dije que sí—¿Qué?

—¿Te gusta ese ahueonao?

—Sí—dijo ella evitando mi mirada. Suspiré—¿Qué pasa Edu? ¿Por qué tienes esa cara?

—Es que...—la agarré de la cintura y la acorralé a la pared— ¿Por qué él y no yo?

—Edu... ¿qué? ¿Qué estás hablando?

—Que me gustay...

—Pero...pero yo pensé que solo éramos amigos, nunca has insinuado nada y no sé, me tratas como se tratan a los amigos...—nunca había querido ser un jote con ella porque igual no había estado pasando buenos momentos adaptándose a este barrio.

—Solo no quería presionarte, pero me gustay calabaza.

—Edu... lo siento, pero yo ahora estoy con tu hermano...—dijo. Miré sus labios rosados por unos segundos, y ya no me resistí más, los besé, la besé. Ella no se resistió, de hecho abrió su boca para mí, junté mi lengua con la suya y hueón era el mejor beso de mi puta vida... Me encantaba esta mina.

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Holi! Díganme si les gusta esto 😢 jeje

¿Dónde está el amor? || Eduardo VargasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora