Yo, una chica poco agraciada de 21 años
Con un sin fin de defectos casi imposibles de ignorar. Asistiendo a una secundaria en donde la relación con los compañeros era totalmente nula, habiendo sufrido por tanto tiempo sin poder escapar.Nunca fui la tipica chica que tenia muchos pretendientes, siempre fui la fea y tonta del salon, tantas malas experiencias me hacian sentir inferior pero con el tiempo aprendí a buscar cosas positivas y tomar mis desgracias como lecciones de vida.
Eran los primeros dias de la secundaria y ya todos estaban armando sus grupitos, juntandose con quienes mas se sentian comodos, excepto adivinen quien? ¡claro! Yo... ¿pues quien mas? Me habia hecho conocer como la amargada del grado, en fin, todo parecia que iba a ser igual que el año anterior, nada nuevo, todo aburrido y conforme pasaban las horas mas me convencia de esta idea.
Un dia como cualquier otro en el horario de entrada estabamos todos reunidos, esperando el momento en que sonara el timbre para entrar, lo cual seria pronto, de repente entre el vacio de la rutina, un sentimiento muy peculiar recorrio por mi ser, haciendome dudar el porqué de este repentino torbellino de emociones, el murmuro de mis compañeros ante la presencia de alguien nuevo me sacó de mis pensamientos, voltee hacia el lugar y vi que todas observaban curiosas a un chico nuevo que acababa de llegar, lo ví y me paralizé... hace tiempo que no sentia algo como esto, era tan alto, delgado, con piernas muy largas y torneadas, con el cabello negro y liso con un corte que lo hacia ver tan tierno, tenia una piel palida como de porcelana, y ojos achinados, unos labios tan pequeños y con un tono rosa, parecia ser asiático ¿pero que hacia alguien como él en un país como este? Esa era la duda de todos, incluyendome.
En ese momento llegó la maestra y entramos todos al salón, suerte la mia que el apuesto y tierno chico estudiaria en el mismo salon que yo... en ese momento me sentia muy nerviosa y no podia evitar voltear a verlo cada segundo.
La profesora nos presentó al nuevo alumno, su nombre era Dimash kudaibergen, un nombre muy peculiar, a lo cual mis predecibles compañeros comenzaron a tratar de repetirlo con tono burlon fallando ante todos sus intentos por pronunciarlo bien, mas odiosos no podian ser, el chico permanecia en silencio sonriendo un poco forzado y sobando su cabeza con una mano mostrando su incomodidad ante el comportamiento de mis compañeros ignorantes, tomó asiento y guardo silencio el resto de la clase. Yo no podia evitar verlo, me atraia tanto su fisico, su expresion corporal, pero no me atrevia a hablarle, era muy insegura.Pasaron los dias y el continuaba asistiendo a clases como de costumbre pero con la única diferencia que cada dia se me hacia mas y mas lindo, a estas alturas mis compañeros ya habian notado que no podia quitar mis ojos de encima de dimash y las burlas no se hicieron esperar. Hasta el momento los comentarios no me afectaban siempre y cuando no llegaran a oidos de él, todo continuó normal en la secundaria, pero no podia evitar pensar en mi chico... cada vez sentia más la necesidad de hablarle y el no saber que pasaria si me atreviera a hacerlo me agobiaba, traté de seguir ocultando mi inquietud pero me era casi imposible ¿por cuánto tiempo más soportaria esto? Era sofocante, pero todo el miedo que sentia por las experiencias anteriormente vividas me cerró la mente, decidí calmarme y guardarme todo esto para mi... que él nunca lo supiera era lo mejor.
Un dia la profesora nos dió el anuncio de que dejaria un nuevo trabajo para la clase de expresion artistica, en ese momento supliqué en silencio que no fuera un trabajo grupal... de verdad no queria, eso no era lo mio, nos dieron las instrucciones del trabajo y la fecha a presentarse, pero... como es de costumbre, siempre me persigue lo que trato de evitar, asi que el trabajo no era grupal, pero si en parejas ¡que era casi lo mismo! No soy buena relacionandome con nadie, solo rogaba para que no me tocara con él... con cualquiera menos con él, porque si no estaria en problemas, correria riesgo que el se enterara de que me gusta, porque suelo ser demasiado transparente y daria demasiadas señales, algunas muy obvias, afortunadamente la maestra no eligió a las parejas, nos dió la libertad de elegir por nuestra propia cuenta con quienes queriamos trabajar. Todos felices se juntaron en parejas en cuestion de minutos, excepto yo, quien era demasiado timida para conseguir una, al final la maestra preguntó quienes no habian conseguido compañero para realizar el trabajo y ¡boom! Dimash y yo levantamos las manos al mismo tiempo... sorpresivamente todos en el salón gritaron y comenzaron a reirse, lo que pasó por mi mente es... que ya se habia dado cuenta que el me gustaba, a lo cual enfurecí porque sabia que pasaria después, estaba casi segura, la maestra nos dijo que trabajaramos juntos, que era lo que yo menos queria, esto no me gustaba para nada, asi que cuando termino la clase y todos salieron me quedé para poder hablar con la maestra y pedirle que porfavor me permitiera poder trabajar con otro compañero, pero al parecer dimash se habia quedado en el salon quizá para pedir lo mismo, asi que con los nervios de punta lo observé y sin perder ni un segundo más sali casi disparada de la clase, dejandolo a él solo con la maestra.