Capítulo 2:Criado Entre Árboles

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Después de quedarme sin lágrimas y de darme cuenta que mis padres no iban a despertar como en un cuento de hadas, me dispuse a irme de ese lugar, no quería seguir viendo esa horrible escena, pero algo me decía que jamás iba a poder olvidarla, fuí al segundo piso a recoger lo que creí necesario para sobrevivir, ya estaba decidido, me iba a fugar al bosque, no quería volver a ver a nadie que me recordara mi vida en romura, agarré un poco de comida de la cocina y la guardé en una mochila que había tirada en la sala, y antes de irme pasé por la habitación de mi padre, ví algo que me interesó, algo que me ayudaría a sobrevivir, ví una espada un tanto desgastada pero que me serviría para defenderme, la recogí mientras recordaba cada viernes en el que mi padre salía con sus amigos a hacer duelos entre ellos, a mi padre siempre le gustó usar una espada, siempre me pareció raro que saliera a hacer ese tipo de cosas por las calles, pero viendo la espada en mis manos supe que la necesitaría, abrí el armario buscando una funda para llevarla, la funda se amarraba a la cintura pero como esta me quedaba grande, me la colgué en la espalda, era pesada pero podía moverme, dí por terminada la búsqueda y salí de la casa, eché una última mirada atrás, sabiendo que sería la última vez que vería mi hogar, aunque sin mis padres ya no sería un hogar, me adentré en el bosque, sin saber lo que me esperaba.

Nunca me había sentido tan solo, no sabía que hacer, al fin y al cabo era solo un chico de 7 años, nadie a esa edad se imaginarían a sí mismos sobreviviendo en el bosque dependiendo de una espada desgastada, me senté en una roca y saqué la espada de la funda, alcanzé a ver mi reflejo, tenía los ojos hinchados de llorar, estaba despeinado y desarreglado, ese aspecto me hubiera servido para pedir comida en la calle, pero siempre me enseñaron que las cosas hay que ganárselas, además...

-Tu madre es una guerrera no crees? - recordé las palabras del hombre.

Ella luchó hasta el último momento, yo quería hacer lo mismo, por mis padres, quienes me cuidaron hasta este punto, ahora me tocaba a mi cuidarme sólo, la espada era de hierro, pulida pero con bastantes cortes en la hoja, como si hubieran parado estocadas con el filo, tenia un mango liviano pero pesada para mi, el mango estaba rodeando con unas tiras de cuero negro, haciendo que agarrarla se sintiera cómodo, ese sería mi único método de defensa en ese bosque, tenía que aprender a usarla, saque un poco de fruta de mi mochila con un poco de agua de una cantimplora y me dispuse a entrenar.

Al principio no podía ni siquiera levantarla, era diferente llevarla en la espalda a sostenerla con mis brazos, así que primero necesitaba entrenar mi cuerpo para ser más fuerte, como usar la espada aun no era una opción, no podía cazar algo, ese día gaste las provisiones de comida que tenía en mi mochila, revise e hice inventario de que tenía, tenía un mechero para hacer una fogata, tenía alcohol, agua oxigenada y un rollo de vendas, seguí entrenando hasta llegada la noche, hice una fogata con hojas secas, unos palos y el mechero, estaba dando una vuelta para asegurar lo que en ese entonces sería mi campamento, pasé junto a un árbol, y ví algo tirado, era un ave muerta, no era pequeña pero había visto más grandes, me sonó el estómago, tenía mucha hambre, se veía que no estaba en malas condiciones, pero no pude hacerlo, esa noche pase hambre y dormí con hojas secas como manta y mis brazos como almohada, fue la peor noche de mi vida.

A la mañana siguiente decidí no pasar por lo mismo así que desde temprano empecé a recolectar pequeñas moras y bayas y las iba guardando en la mochila, cuando tuve la mochila llena continué con mi entrenamiento, levantaba rocas, hacía lagartijas y muchas abdominales, quería estar en la mejor forma para poder usar la espada, pero cuando me ponía a pensar me daba cuenta de que no sabía que hacer con ella, nunca había utilizado una espada, y él día anterior no pude ni siquiera comerme el ave que estaba junto al árbol, me senté un poco frustrado, aunque fueran solo pensamientos, estaban en lo cierto, que haría si un animal grande me atacaba, aventarle rocas?,debía aprender a usar la espada, ya que el bosque no esperaría a que aprenda.

Después de descansar unos minutos desenvainé mi espada, al menos podía levantarla pero moverla era otra cosa, apenas lanzaba un tajo, sentía como el peso me ganaba y me caía, pero no me iba a rendir, lancé tajos al aire todo el día y para la noche me comí las bayas y moras que había recolectado, así pasé varios días, mejorando progresivamente, cada vez me iba acostumbrando más a la espada.

Un día ya no había donde conseguir moras, así que sabía lo que tenía que hacer, me adentré otro poco en el bosque con mi espada, esperaba encontrar algo muerto como la otra vez, aún no estaba listo para matar un animal, afortunadamente encontré un jabalí tumbado en un claro, me acerque y vi que tenía múltiples moretones y rasguños, debió de estar escapando de algún animal y haber escapado para morir en ese claro, lo moví pero pesaba más de lo que parecía trate de empujarlo pero no pude pesaba demasiado así que decidí mover el campamento hasta allí, con asco y mucho vómito logré quitar las partes del jabalí, quité todo lo que me parecía horrible y que ni muerto me lo comería, ya se imaginarán que le saqué casi todo, ese día desperdicié un gran jabalí, pero igual era bastante comida, hice una fogata y con una palanca lo monté encima del fuego, el jabalí estaba suspendido por dos palos, ya no pesaba tanto pero igual fue difícil montarlo, lo cociné lo mejor que pude, ya se harán la idea de como era el sabor, me lo comí con amargura pero con cierto orgullo ya que yo solo había logrado cocinar un jabalí, volví a dormir esa noche, pero algo aprendí ese día, no hay que confiar ni siquiera al dormir, un gruñido me despertó era de noche y la fogata aún no se había apagado pero su fuego ya no era tan intenso, me puse alerta, tenía mi espada en ristre, guiándome con mi oído,escuchaba algo que caminaba a mi alrededor, me invadía el miedo, aunque sabía que algún día tendría que enfrentarme a la cruda naturaleza no había pensado que sería en tan poco tiempo, mi corazón latía muy deprisa, la noche estaba en total silencio, solo oía unos pasos amortiguados y el sonido de mi propio corazón, una gota de sudor me bajó por la mejilla mis sentidos estaban en alerta máxima, oí un gruñido detrás de mí, me giré rápidamente, justo a tiempo para ver que era un jaguar que iba a saltar sobre mi para derribarme, pero de repente...

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Hola chicos, espero que estén bien y que les haya gustado este capitulo, ya se que este capitulo no tiene tanto suspenso como el anterior, pero este es más un capitulo en el que vemos a jackson mejorar sus habilidades, es un capítulo en el que se puede ver como pasó de ser un niño feliz que lo tenía todo, a ser el guerrero frío de nervios de acero que veremos más adelante, ya estoy trabajando en el capítulo 3 que traerá un poco más de acción que este pero igual seguiremos viendo el avance de Jackson en su nueva vida y su rumbo a ser una leyenda, hasta la próxima

Att:Escreep 301

Prox cap: un nuevo compañero

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