El Valor de la Navidad (Pronto será Editada).

Relato de Navidad Parte 1

Capítulo Único... (Parte 1)

Ojo: Está parte será más como de explicación sobre la vida del protagonista

Los ojos abrí sobreviviendo un día más a este tormentoso infierno. Melancolía, nostalgia y tristeza predominaba el lugar e inclusive más allá de las rejas...

En este lugar e aprendido a amar las cosas, a reflexionar y a querer la vida propia sin querer desperdiciar un simple, pero significativo minuto.

Con admiración observé lo que tanto anhelaba: la libertad. Pero algo me limita a observar hacia afuera, las varillas metálicas que están en la ventana y que me impiden observar con aprecio el lindo amanecer.

Arrodillado, cada día le pido al señor por mi anhelada libertad, por mi querido hijo... Cada día recitó mis plegarias, yo sé que el las escucha. Y de no ser así, un día las escuchará... Tengo fé.

~Papá~ en mi mente escucho la vocesita que me mantiene cuerdo. El lo único que me hace fuerte para soportar el eminente tormento y maltrato que se recibe en este lugar.

Un año y medio tenía mi pequeño cuando me encarcelaron por un crimen no cometido.

Lágrimas recorren mis mejillas, cada dia que recuerdo con melancolía su tierna y linda sonrisa de bebé...

Hoy en día mi querido hijo tiene diez años y medio de vida. Mientras que mi condena es de treinta y cinco años.

El siempre me visita para mi cumpleaños y para algunas otras fechas similares, junto a él trae un pastel y unos cuantos globos para celebrar conmigo, una sonrisa surge de mi rostro.

En los últimos años me han roto tres costillas y un brazo. Mi recompensa la recibiré pronto por soportar todo lo que se vive aquí. El dolor de un hueso no es nada a la par del dolor de no poder oír sus primeras palabras, de no poder ver sus primeros pasos, su primer día de escuela, sus objetivos, sus metas y todos sus logros...

Mi primer mes en esta pocilga fue terrible, los demás reos me golpeaban sólo para "ponerme en mi lugar" traté de hacer amigos, pero no tuve éxito. Días después obtuve dos amigos Robin y Mike.  Semanas después otro preso y yo tuvimos un desacuerdo y terminamos peleando. El me rompió una costilla y yo le quebré el brazo. Luego de sanar participe en otra pelea donde termine peor, dos costillas rotas y el brazo quebrado.

La comida era horrible, nada que ver cómo lo muestran en las películas. El maltrato que se recibe, no sólo de reos, si no que también de los oficiales.

La rutina era la misma todos los días... Me despertaba, oraba, desayunaba, escribía poemas –me gusta la poesía y la literatura–, luego era hora del almuerzo, la predicación por parte de un pastor, un deporte que nos dejaban realizar cómo el fútbol o basquetbol, el tiempo que pasaba con mis dos amigos, la cena y por último la hora de la lectura. Por mi buen comportamiento podía pedir libros y los oficiales se encargaban de conseguirlos...

La verdadera cárcel no es como la muestran en series y películas. El la TV tapan la realidad y sólo ponen lo superficial. No en todos los casos.

Que te encuentren culpable por un crimen no cometido por ti. Es más fuerte que un simple dolorcito... Que te quedes callado sin poder decir palabra alguna defendiendo tú inocencia, no es bonito, que te arrebaten tu hijo de los brazos. Debes quedarte callado con la cabeza gacha soportando las lágrimas que asoman salirse. Sin poder hacer absolutamente nada...

Una brisa muy fría recorre mi cuerpo, en reacción mi piel terminó erizandose. El clima es muy frío por estas temporadas. Si no me equivoco es 12 de diciembre, estamos a tan sólo doce días de Navidad. Uno de todos mis sueños es poder darle un regalo a mi hijo para poder ver su inimaginable felicidad mostrando su increíble y definida sonrisa junto al hoyito que se le ve al lado de su sonrisa –herencia de su madre–.

Gracias a unos reos me di cuenta que han reabierto mi caso ya que encontraron pistas y evidencias en un crimen similar al que me acusaron.

Tengo esperanzas de salir y ver a mi muchachito...

Fin de esta parte.