Jardín de rosas || Yoonmin

El nacimiento de una rosa. 🌹

La brisa que corría juguetona por este solitario bosque, movía con alevosía cada rama, cada hoja en el suelo, cada flor que florecía en este lugar que era mi dulce hogar.

Podría para cualquiera parecer una tontería, pero para mí era precioso, sentir cada día el sonido de los árboles, de los animales que habitan aquí, incluso el aroma de las flores esparcirse por el ambiente, eso significaba una gran relajación para mí. Era esa más que nada la razón por la que pasaba todo el día en este bello lugar. Desde muy temprano, en el momento en que mis ojos se abren solo estoy pensando en venir aquí, correr sintiendo el verde y suave pasto debajo de mis pies, sentir el sol que se acomoda sobre mi cabeza impactar en mi piel, y ver con mis propios ojos aquel hermoso jardín que con tanto ímpetu estoy cuidando.

Y bueno... Si lo pienso con mejor detenimiento, es lo obvio, ya que mi poder radica de la naturaleza.

Con una sonrisa en mis labios, camino aún más fervientemente hacia el último de los arbustos que borraba mi línea de visión y con mi mano desnuda lo aparto solo para mirar maravillado este espacio que era mío, solo mío.

Cierro mis ojos y aspiro de todos los aromas en este lugar, olores dulces provenientes de las flores más hermosas, olores cítricos de aquellas que aún no terminaban el proceso de floración y el aroma exótico de aquellas rosas que tienen mis más sinceros sentimientos en ellos, aquellas que mis deseos, metas y sentimientos las llenaron de color.

Sintiéndome sereno y más vivo que nunca, abro nuevamente mis ojos para esbozar una sonrisa que me trajo paz, inicie mi caminar sintiendo el sonido de mi corazón más alterado que nunca, este era mi hogar, mi pequeño pero hermoso hogar.

Me acerco cuidadoso para colocarme de cuclillas un costado, mis ojos van a parar a la misma rosa de siempre, aquella tan pequeña e inocente que esta recién buscando con anhelo una luz en este mundo que le dé la bienvenida. Era una pequeña rosa sin color, sus pétalos estaban cerrados formando una pequeña campanilla blanca que amenazaban con abrirse y deslumbrar a quien la mirase en cualquier momento.

Mis dedos automáticamente se acercaron a ella, la rozaron con el cuidado y gentileza que necesitaba y pude sentir su suavidad tal como el algodón. Mi corazón sentía que le quedaba poco para poder florecer y mostrar su belleza en todo su esplendor.

Con una sonrisa decidí ayudarle, decidí brindarle amor y cariño como solo yo podía hacer. Lenta y cuidadosamente tomé un poco de aire, cerré mis ojos y apoyando, debido a mi posición, una de mis mejillas sobre mis rodillas, sonreí.

Entonces empecé a cantar.

"Plantando mi propio jardín, decoré mi alma con cientos de flores, con cientos de rosas... Pequeña semilla que lucha constante por florecer, ven y conoce este mundo, ven a este mundo como un lienzo en blanco, toma mí mano y déjame pintar con dulzura y amor cada uno de tus pétalos a voluntad... Oh mi bella rosa, estos sentimientos gritan en los más vivos colores, de mi alma brotan estos sentimientos que te llenaran de vida... Mi corazón te anhela, te espera... Mi querida rosa"

Me detuve suavemente en medio de canto, agudice mi oído al mismo tiempo en que mis dedos volvían a acariciar con amor aquella rosa, una sonrisa se poso en mis labios, pero esta vez no era una sonrisa de felicidad o incluso sincera del momento que estaba viviendo, no... Era aquella sonrisa cargada de maldad, esa que irradiaba ese deseo de jugar...

Jugar un juego peligroso.

Solté una risa despiadada y podía sentir incluso como el sol que cubría nuestras cabezas e iluminaba el cielo era tapado por una nube oscura, posándose una vez más en las tinieblas.

¿Cree que no soy capaz de oírlo?

Es lo mas probable... Reí una vez más juguetonamente.

Entonces me puse de pie, esperé un par de segundos y finalmente mostré que en todo este tiempo... Había notado su presencia.