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《Maricas
Putos
Degenerados
Afeminados》eran los insultos que siempre uso hacía los gays.

Billy dio otro golpe en la pared, no era la primera vez y no iba a ser la última. Era increíble que aún sus nudillos sigan resistiendo después de los fuertes golpes que daba sin parar. Auque, estos no estaban tardando en ponerse morados y leves cortes comenzaban a surgir.

Un leve gemido salió casi inaudible.

Él sabía que no era normal pensar demasiado tiempo en tu amigo, tampoco la necesidad de estar con él todo el tiempo, buscar escusas para hablarle cada minuto en el que se vieran e incluso llegar a fantasear , tampoco era normal querer tocarlo siempre.

Se prometió cambiar para mejor. Para que Max tengo un hermano en que confiar pero pareciese que estaba cambiando para demostrarle a Steve que podía ser una mejor persona y que valía la pena esa amistad que cada día se incrementaba.

Cada día que pasaba lo odiaba más y lo amaba aún más.

Se odiaba él mismo por ir a pedirles disculpas y establecer una amistad. Se odiaba por darse cuenta que cada día que pasaba junto a Steve crecía un sentimiento tan maravilloso y horrible a la vez.

Estos sentimientos cada vez lo destrozaban más y él no sabía cuando iba a durar su paciencia.

Respiro unos segundos hasta que se calmo completamente, fue al baño donde se limpio las pequeñas manchas de sangre y salio para agarrar su campera de cuero negro.

Necesitaba verlo.

《No soy un marica. No lo soy》 se repetía mentalmente antes de salir.

No había tardado mucho en llegar a la casa de este, rápidamente estacionó y salio del auto.

Tocó el timbre tres veces , su paciencia se agotaba. Sintió que estuvo una hora esperando cuando fue menos de diez segundos.

No pudo evitar lamerse los labios al ver a Steve con su uniforme de marinero, odiaba llevar a Max al trabajo de este porque no podía evitar fantasear al verlo así.

-¡Vamos! Pasa , llegue hace unos minutos del trabajo- dijo Steve intentado no sonar demasiado alegre por la visita sorpresa de Billy.

Steve en todo este tiempo se dio cuenta que le encantaba más de lo debido pasar tiempo a solas con Billy. También que no sólo sentía un enorme admiración hacía este al ver como día a día este intentaba cambiar. Sabía exactamente lo que sentía por él pero aunque Billy intentaba cambiar no podía evitar sentir ciertos temores en el fondo de su corazón.

Tenía miedo de que Billy dejará de ser su amigo si descubrirá sus sentimientos.

Aunque no le asustó la idea de descubrir que no es tan heterosexual como se imaginaba. Pero, cada vez que intentaba fantasear con otro hombre e incluso querer verse con otro que no fuese Billy le daba náuseas.

Ningun hombre podía generar la misma sensación que le generaba Billy en todos los lugares de su mente y su cuerpo.

El teléfono sonó.

marica;harringrove Donde viven las historias. Descúbrelo ahora