Y últimamente siempre pensaba en Joaquín. No, miento, en estos cuatro años siempre pensaba en él. Joaquín ya no me quiere, él quiere a alguien más pero yo nunca me rindo.
Durante esos años me enamoré, y él lo sabía, porque él siempre sabía todo de mí. Me aconsejaba, me decía quién le parecía bien para mí y quién no. Quizás él no se daba cuenta que la persona correcta para mí era él. Mis amigos decían que yo no debía ser buena con él, que no se lo merecía por todo el daño que me había hecho, pero yo lo quería y le entregaba todo de mí.
Hablar de él es un desorden de ideas. Cuando quiero hablar y/o escribir de él solo lloro, porque muy en el fondo siempre he querido estar cerca de él, abrazarlo y decirle que lo espero, que llevo esperándolo 4 años y que lo seguiría esperando por el resto de mi vida. Decirle que si pudiera me iría a estudiar a Santiago, decirle que yo podría hacerlo feliz, decirle que aunque esté con alguien más yo siempre, pero siempre lo estaré esperando.
Cuando tomé su mano por primera y última vez solo quería llorar de felicidad. Ese día me escapé de casa solo para verlo 20 minutos. Solo lo abracé, no fui capaz de besarlo, pero para mí fue suficiente solo verlo.
Espero verte este verano y recorrer juntos la playa que tanto quieres conocer.
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Escritos Varios
RandomAquí almacenaré textos que iré escribiendo. No tendrán una cronología o temática en común. Quizás sí, no lo sé.