Me ha costado tiempo escribir esto. Como a Molly, no me gusta la cobardía, no me gusta dejar las cosas a medias. Creía que tenía en mente una gran historia, de esas que te dejan toda la noche pensando en lo que pasará en el próximo capítulo. Nada más alejado de la realidad.
Os confieso que mi verdadera retirada llego cuando, casi por casualidad, llego a mis manos un gran libro. Una obra de arte con mayúsculas que me hizo darme cuenta de que lo que yo había apodado como “mí novela” no tenía el honor de poder llamarse siquiera novela.
Por si os interesa, el “libro que me hizo desistir” (así lo he apodado yo en mi fuero interno) es nada más y nada menos que Jane Eyre. La joven chica de un pueblecito de Inglaterra me ha vencido.
En resumen, que todas las ganas y la ilusión que tenía al empezar el libro se han disipado como el humo que se escapa por las chimeneas. Así que he decido poner fin a esta historia que justo acababa de arrancar.
Muchas gracias a todos los que me habéis leído, a los que habéis comentado y a los que me habéis apoyado. Supongo que esto es un adiós, aunque deseo con todo mi corazón que tan solo sea un hasta pronto.