ɓεƭωεεɳ ƒℓσωεɾร αɳ∂ µɳɾεφµเƭε∂ ƒεεℓเɳɠร 《ˢᵃⁿᵉᵍⁱʸᵘᵘ》

✿[𝟎𝟏]✿

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¿Pero qué...?

Giyuu no tiene idea de como llegó a esta completamente impensable situación.

Está en el Butterfly Estate sin resfriados ni heridas de por medio, osea por su propia voluntad. Raro...

Está llorando frente a su bullie número uno, Shinobu y no se siente arrepentido por ello. Muy raro...

Luego está Shinobu suplicándole algo de forma furiosa sin su mascara sonriente. Demasiado raro...

Realmente se encuentra muy perdido ante estos hechos tan poco comunes. También ante el desagradable sabor metálico que se extiende por toda su boca, pero por alguna razón su mente le dice que de todas formas él está acostumbrado a ello.

Cuando su estado de shock disminuye y decide no darle demasiada importancia al gusto en su boca, disipa su vista hacia otra dirección tratando de encontrar pistas sobre que está pasando, porque realmente el escenario en el que se encuentra es demasiado confuso.

Y esta repentina amnesia no le ayuda mucho.

Su mirada capta flores en el piso, unas variadas flores moradas de centro blanco unidas a sus tallos esparcidas al rededor de otro tipo de flores, flores de delicados pétalos blancos algo  arrugados.

Reconoce a las moradas como delfinios y a las blancas como eglantinas.

Y le da un miedo tremendo que sea capaz de reconocerlas, él sabe que no podría aprenderse algo tan trivial como los nombres de varios tipos de flores ¿Cierto?

Sale de ese pensamiento que no lo va a llevar a ninguna parte ahora mismo y redirije su atención a los delfinios morados que están junto a eglantinas blancas... manchadas de sangre en el piso de la enfermería. ¿Qué diablos...? 

Frunce el ceño, mientras miles de preguntas sin respuestas revolotean en su mente, pero la voz de la fémina lo saca de el drama de su cabeza.

- Giyuu ¡Por favor! Tú no puedes seguir así. - Lo agarra del cuello de su uniforme de cazador haciendo que la mire a sus ojos llenos de odio, pero para sorpresa del ojiazul puede notar que ese odio no es dirigido hacia él, al menos no directamente-

No se le da la oportunidad de pensar en ello con profundidad ya que le vienen unas ganas tremendas de regurgitar.

El Pilar de agua la aparta no queriendo mancharla con lo que vaya a salir de su boca. La azabache muestra señas de que va a reclamar por su acción pero ve la intensa tos de su compañero y se retracta, sólo toma un balde pasándoselo a Giyuu.

Acepta complacido la cubeta y se la lleva rápidamente a su boca.

Él vomita, vomita cosas de las que está cien por ciento seguro que nunca comió.

Vomita hojas, vomita sangre, vomita de esas flores que acaba de ver, y duele, duele tanto que más lágrimas amenazan con salir de sus ojos.

Lo único que lo consuela es que él al menos ya sabe cual era el origen de ese asqueroso sabor metálico.

Además de las sucias flores que se encuentran en el piso.

Le da una mirada angustiosa a Shinobu, la cual es correspondida con una preocupada.

Acontecimiento extraño, pero el menos extraño de hoy.

- Shi-Shinobu... -su voz está agrietada- ¿Qué-?

Se tentó a decir, pero antes de que siquiera llegara a modular el final de su pregunta se da cuenta de que está hiperventilando, tanto que las palabras se niegan a salir de su boca.