Miércoles.
Había estado toda la tarde en la universidad. No había absolutamente nadie más que los guardias y mi persona. La razón por la que me había quedado tan tarde era porque debía pintar un mural en el gimnasio, acepté hacerlo porque amo pintar.
La única salida que estaba permitida a esa hora era la salida de emergencias.Mientras volvía a mi departamento pasada las nueve de la noche un fuerte dolor atacó mi estómago. Estaba tirada en la calle frente a una vieja casa al lado de la puerta trasera de la universidad. Luego de un par de minutos de sufrir los dolores, me pusé de pie e intenté caminar pero solo fue dar un paso y el dolor volvió incrementándose a cada segundo. Vi la casa y aunque parecía completamente aterradora, mi instinto me decía que fuera allí y así hice. El dolor disminuía mientras más me acercaba.
Me quedé por unos minutos, mientras mi dolor se calmaba. Al despertar por la mañana me di cuenta que me había quedado dormida en la esquina de una enorme sala. Aquella habitación tenía muchas puertas hacia otras, pero ni un solo mueble. Intenté levantarme, consiguiéndolo al instante, caminé por todos lados y me di cuenta de que la casa no parecía del todo tenebrosa como desde afuera. Aquella casa no tenía ni un solo mueble, a excepción de una fotografía al final de un enorme pasillo. Caminé hasta allá a pasos lentos para poder observar todo detenidamente.
Cuando llegué hasta el final, me sorprendí demasiado. Comencé a sudar y mi corazón latía fuertemente. Aquella mujer en la fotografía era yo. Parecía tener unos años más y mi cabello que es castaño, era totalmente rojizo en la fotografía, tenía una sonrisa tenebrosa en el rostro y mientras más la veía parecía que me observaba detenidamente y se burlaba de mi. Aquello me causó escalofríos y un miedo horrible recorrió mi cuerpo.
Me giré con la intención de irme de esa casa y no volver jamás, pero el dolor volvió, haciendo a mi joven cuerpo de 19 años temblar.
Me desmayé. Cuando desperté parecía estar fuera de la casa. Exactamente frente a esta, dónde había comenzado el dolor antes de todo lo sucedido dentro de la casa. Podría haber sido solo un sueño. Me dormí en la calle y no desperté sino hasta horas después. Sin darle más vueltas al asunto caminé devuelta a mi propio hogar.
A la mañana siguiente, me desperté con una fuerte jaqueca. Hice mi rutina mañanera y viajé hasta la universidad. Cuando puse un pie en el lugar, todos me miraban raro. Llegué hasta dónde mis amigos y estos me miraron aún más extrañados.
─ ¿Por qué me miran así? ─les pregunté asustada mirando hacia mi ropa y mis manos.
─ No vienes hace una semana y... ¿te teñiste el cabello? ─preguntó, con una clara expresión de confusión, mi mejor amiga. Yo no era el tipo de persona que falta a la escuela solo porque sí y jamás me pintaría el cabello. Amaba mi color natural y no lo maltrataría con químicos. Y estaba más que claro que no había ido a una sala de belleza para un cambio de imagen.
─ ¡¿Qué?! ─pregunté aún más extrañada que mis amigos.
Una de mis amigas, me pasó su celular dónde pude verme. Mi cabello estaba rojizo y en mi mente solo pasó aquella fotografía de aquella casa. "Esto debe ser una broma" pensé y después de eso no recuerdo nada más.
Cuando desperté, me encontraba en aquella casa. Ahora tenía muchos muebles y me percaté de un par de ojos que me veían curiosamente. Pegué un grito que lastimó mi garganta y tapé mis ojos rápidamente. La suave risa de alguien me tranquilizo y volví abrirlos. Lejos de la oscuridad de otra habitación, la persona dueña de aquellos ojos caminó hasta mi. Una señora de aproximadamente 47 años sonreía dulcemente hacia mi persona.
─ Has vuelto mi pequeña ─susurró agachándose hasta quedar a mi altura.
─ ¿Q-quién es usted... q-qué hago aquí? ─tartamudee al tratar de obtener respuestas.
─ Este es tu hogar mi niña. ─sonrió dulcemente.
─ No. No se que es esto y tampoco la conozco a usted.
─ Soy tu madre.
─ Mi madre está muerta ─después de decir aquello, la mujer sonrió exactamente como lo había hecho la mujer que se suponía era yo en aquel retrato. Me dio escalofríos y me desmayé.
Desperté en el suelo de aquella casa. La puerta estaba abierta y podía ver a un par de chicos fuera de esta viendo detenidamente hacia mi. Me levanté y cerré la puerta. Cuando intenté alejarme de esta, los murmuros de los jóvenes me hicieron detenerme en seco "¿Qué esa no es la bella chica del ala oeste? El cambio en su cabello la hace ver aún más ardiente, pero... ¿Qué carajos hace en esta horrible casa?" habló uno de ellos "Está jodidamente buena pero es algo rara" concordó el otro.
Miré todo a mi alrededor y parecía estar en una casa normal. Todo estaba perfectamente ordenado e incluso podía olfatear el olor a comida recién preparada. Caminé hasta dónde el olor me llevó. Vi de espaldas a la señora de antes y habló:
─ ¿Tienes hambre, pequeña? ─asentí y después de eso nos sentamos en el comedor y en silencio nos comimos todo lo que había en nuestros platos.
─ ¿Por qué siempre aparezco aquí? ─pregunté posando mi completa atención en la mujer al otro lado de la mesa.
─ Es aquí donde vives. ─respondió sin más.
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𝐭𝐫𝐮𝐞 𝐥𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 ⧼ yeonjun
Fantasy[ 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚 ] 『 dónde Scarlett es la reencarnación de Elizabeth y tendrán que unir sus fuerzas para descubrir el secreto de sus vidas y encontrar el verdadero amor 』 ❝La vida siempre da sorpresas. A veces buenas y a veces no tanto. Hoy pue...