Neon Flakes ೄ xiaodery

flakes

—¿Crees que vayan a llamar a mi papá?—Xiaojun preguntó una vez que se había lavado la cara, las gotas frías aún deslizándose por su rostro, amenazando con adentrarse en su camisa.

Hendery, en un rincón del baño secándose el cuello con papel, solo hace una mueca, restándole importancia.

—Nah, todos se drogan.

—¿Delatar a el Kai de Jennie no es el plan?

Hendery se rió por milésima vez en la noche, y Xiao no se encontraba ni cerca de aburrirse del sonido.

—No si no quieres meterte con Baekhyun y Taemin y su fábrica de pastelitos de chocolate—Aclaró, sosteniendo su mentón y arreglando algunos cabellos húmedos sobre la frente del contrario—. Y no quiero que nada malo le pase a Lucas, o a Mark, o a Ten.

—O a Taeyong.

—O a Taeyong —Repitió, acordándose.

Mientras el rubio terminaba de secar sus manos con el papel higiénico, el menor habló:

—Y hablando de Ten: iré a ver que mi hermana no esté haciéndose amiga de él. Nos vemos después.

Y Xiaojun se sintió un poquito triste.

Cuando salió del baño, todo era muy parecido a la primera vez. La gente –que fallaba en alcanzarlo–, el picor en su garganta, las luces, y su incipiente mal humor.

Y de repente extrañaba a Kunhang.

—¡Xiaojun!

—¡Awinawin!

—...¡Xiaojun!

—...¡Awinawin!

—¿Qué hay?—Preguntó Sicheng tras alcanzarlo, con una brillante sonrisa surcando su rostro—. ¿No tienes una pareja?

—No —Respondió, la pregunta del mayor sembrando dudas en su cabeza ¿debería acercarse a Guanheng? Decidió fijarse en el vaso de plástico en la mano del castaño—. ¿Qué estás tomando?

—...es yogurt —Confesó, casi avergonzado—, pero no le digas a Dahyun. Dijo que sería coctelera después de que Tzuyu le dijo que el jugo que le sirvió estaba rico.

Xiaojun rió, tratando de empujar sus deseos de estar con Hendery al fondo de su mente.

—¿Y quién es tu pareja?—Preguntó, haciendo énfasis en "tu" para poner al otro nervioso.

—Meiqi.

—¿Meiqi?—Xiaojun frunció el ceño, confundido.

—Perdimos una apuesta, yo prefería ir con Minghao. Pero luego me dio un llavero de perrito y le dije que estaba bien.

—Oh, eso fue fácil.

—Sipi —Respondió, sin prestar mucha atención mientras jugaba con un copo de nieve decorativo que pendía de una cinta brillante a hacer equilibrios sobre la nariz. Luego se detuvo, como habiendo recordado algo importante—. Ahora me voy, ya va a ser tiempo de dar los regalos.

Ah, cierto. Los tontos regalos. Dejun olvidó el suyo en la mesa de entrada.

De todas formas era el Santa secreto de Yangyang, porque al parecer, el mundo lo odia.

Fue mientras pensaba en el videojuego de Yangyang que Johnny –el DJ– cambió la canción. Y de un rap sobre esa pista de instrumental horrible y típica Navideña, pasaron a la instrumental horrible y típica Navideña sola, sin rap y sin nada más que ese sonido de los copos de nieve cayendo y las campanas sonando, como en todas las canciones que salen en Diciembre.