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Prestaba toda mi atención a la clase de álgebra, siempre ha sido una de las materias que más se me ha complicado, por lo que tener que estudiar horas extra de dicha asignatura era obligatorio para seguir teniendo mi promedio perfecto y en balance ...

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Prestaba toda mi atención a la clase de álgebra, siempre ha sido una de las materias que más se me ha complicado, por lo que tener que estudiar horas extra de dicha asignatura era obligatorio para seguir teniendo mi promedio perfecto y en balance pues si, siempre me he carecterizado por ser el cerebrito del aula, cualquier duda que mis compañeros tienen la resuelven conmigo en lugar de ir con algún profesor.

Veía como el profesor comenzaba a trazar ciertas gráficas en la pizarra, hasta este punto mi cabeza empezaba a tener punzones de dolor y mis manos comenzaban a apretarse al rededor del lápiz que estaba usando, todo esto quería decir que otra vez estaba teniendo un ataque de ansiedad sólo por no entender cómo rayos se hace una maldita gráfica.

Un respiro era lo que necesitaba, cuando me concentro mucho y no entiendo las cosas me desespero mucho a tal punto de querer llorar, y todo por miedo a que, si en alguna ocasión el problema dado viene en algún examen yo no podré responderlo, mi calificación bajara, no sacare mi diez y mis padres van a decepcionarse.

Oh si, otro problema, mis padres.

Aquellos señores bien vistos, adinerados, de buena reputación y excelentes padres, claro, para quienes no los conocen.

Es decir, mis padres siempre me han dado todo lo que les he pedido (lo cual no es mucho porque nunca salgo a fiestas, ni siquiera tengo amigos), sin embargo cada día me exigen mas cosas.

Recuerdo mi primer ocho, lo saqué en ciencias, a mis padres casi les da un infarto cuando vieron mis calificaciones, me miraron con decepción. Tan solo recordarlo me hace sentir demasiado mal.

A pesar de que me esfuerce pareciera que nunca lograré complacerlos.

Estar tanto tiempo pensando en ellos hizo que mi cabeza se relajara por un momento y ya estaba dispuesto a seguir usando mi máxima capacidad para lograr descifrar la gráfica. Estuve viéndola por un momento, analizándola y viendo los puntos clave, las coordenadas y los diferentes datos dados, estaba tan concentrado que no me di cuenta cuando dos chicos rubios se aparecieron por la puerta, no hasta que tocaron dicho objeto llamando la atención de todos, ahí fue cuando voltee.

Había un chico rubio, su piel se veía suave, unos labios gruesos lo acompañaban, podía notar manchitas en sus mejillas (eso porque me siento hasta adelante y podía verle con claridad), una cara de bebé, tan tierno se veía hasta que abrió la boca y todos lo vieron pasmado, pero que voz tan... ¡wow!

-disculpe la tardanza maestro. ¿Podemos pasar? - aquel chico cara de ángel voz de que te puede matar hizo un adorable puchero, el joven detrás de él se pego en la frente demostrando que estaba frustrado, sin embargo luego sonrío ligeramente y pude notar los pequeños hoyitos en sus mejillas lo que le hacía ver aún más hermoso, su cabello caía ondulado por sus frente, tan hermosos ambos.

-Oh, disculpe la ignorancia de mi muy amado primo, señor profesor.- El chico de pecas le miró indignado, sin embargo no dijo nada. - somos nuevos aquí, es nuestro primer día y nos hemos perdido, verá, somos de Australia, tomamos un camino equivocado y aparte no dábamos con el salón, ¿nos permitiría pasar? Sera la ultima vez.- Al terminar de hablar le dedicó una mirada suplicante al profesor, nuestro profesor entendió la situación y los dejó pasar con la condición de que no se repitiera.

Ambos chicos entraron emocionados, pasaron a un lado mío y una corriente extraña me envolvio por completo, de esas sensaciones que te dan cuando algo está por pasar.

Sin poder evitarlo voltee ligeramente para verlos, ahí me pude dar cuenta de cómo Hyunjin se los comía con la mirada, casi podria jurar que en cualquier momento saltaria para besar al chico de hoyuelos mientras de seguro comenzaba a manosear al pecoso.

Asquerosa puta.

Sin embargo no pasó, lógicamente. Mi mirada no se detuvo y así también pude llegar a ver a Changbin viendo al adorable niño de pecas como si fuera su próxima carnada, pobre pequeño.

Y así fue como empezó todo... Quien diría que a partir de ese día la vida de nueve chicos, compañeros de clase, cambiaría, para bien y para mal.





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Ojalá les guste esta porquería,
Trataré de hacerlo cada día mejor.
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