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A pesar de todo tipo de intento, la llave no estaba en la cerradura, haciéndome formular en la mente una buena lista de maldiciones.

Resople frustrado y le metí un buen puntapié a la puerta provocado solamente que los dedos debajo del converse negro me dolieran. Empezaba a extrañar Cordoba.

― No creo que se abra así― musito divertida una voz tan suave como el terciopelo, detrás de mi.Me gire avergonzado y me encare con la perfección en persona.

Note como la boca se me abrió lentamente y como los ojos me destellaron de encanto.

Un joven delgado pero fornido revestido de una piel suave y de cabello castaño, corto pero un poco alborotado se situaba detrás de mi y de mi desordenado par de maletas verdes que había dejado tiradas en el piso junto a mis pies.

―Emm...ah..― genial, no pude articular nada inteligible o que tuviese significado alguno.

―Déjame adivinar, eres Agustin ¿Cierto?― Me sonrió mostrándome la perfecta hilera de dientes blancos, deslumbrandome.

Vaya, una perfecta sonrisa era enmarcada por unos labios aparentemente suaves y rosados; aquello era lo mas bello que había visto en lo que había llegado a Tucumán.

―¿El amigo de Alex?―Pregunto, ahora dudoso.

¡Maldición!¿Era necesario pegarme una bofetada para reaccionar? Si, quizá si; pero solo me limite a sacudir ligeramente mi cabeza.

―Si, si―me aclare disimuladamente la garganta―A las dos preguntas, si.

Me sonrió con mas ganas, como si me conociera de hace años y me desarmo por completo.

Algo nuevo para mi.

―¿La puerta no abre?―quiso saber.

―¿Ah? No, no..―baje la cabeza para ocultar el traicionero rubor de mis mejillas― La llave no entraba― Explique.

―¿No entra? Hum.. ¿Me permites?― estiro la mano con la palma extendida hacia arriba.

¿Que me creía? ¿Un estúpido?

Me atreví a levantar la vista para mirarle, era dueño de unos bellos ojos donde parecía que el mismísimo Picasso había creado una obra de arte en diferentes tonos de celeste.

Le di la llave confiando completamente en aquel hermoso extraño.Se acerco a la puerta de aquel departamento e intento solo una vez meter la llave a la cerradura, cosa que no funciono.

―Hum...―La miro― Creo que te dieron la llave equivocada.

―¿Tu crees?―dije, sarcástico.

El rió y el soplo de sus risa me acaricio el rostro. Me obligue a aterrizar de nuevo en la tierra puesto que había volado mas allá de la ultima nube del cielo. 

Que emociones tan extrañas estaba experimentando.

―¿Eres...vecino?― pregunte esperanzado, anhelando realmente que dijera que si, que era dueño de alguno de los otros departamentos que había en ese edificio.

―No.

―¿Entonces.. como sabes mi nombre y que soy amigo del chico que vive aquí?― hice una pausa frunciendo el ceño.

―Alex vive aquí ¿Cierto?― Pregunte, receloso.

El rió aun mas, como si mi ingenuidad resultara graciosa. Bueno, quizá para el si.

―Si, Alex vive aquí― señalo el departamento marcado con el 312 en el que antes había intentado meter la llave―.Es raro que no se encuentre―dijo sorprendido―. Y bueno, el me hablo de ti, me dijo que esta noche llegarías y estaba muy emocionado con la noticia―me sonrió

―¿Y tu eres..?― entrecerré los ojos.



Bueno aquí el 1r capitulo de esta historia, espero que les guste. Pronto el 2do capitulo.

Prohibido (Bernaspindola)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora