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―Vamos, Agus, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen―insistió, con la sonrisa aúnmás amplia y los chispeantes de curiosidad.

―Pues, amm... sí y no―farfullé.

―¿Sí y no? ¿Cómo es eso?

―Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbró; pero...

―¿Pero qué?

―Pero, no puedo decir que sea ese "Alguien especial!―hice las comillas con mis dedos.

―¿Por qué no?

―No creo en el amor a primera vista, lo sabes―sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.

―Si,¿Pero sabes? Con Maxi fue amor a primera vista―sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo―.¿Tú dónde conociste a la chica?―preguntó de repente.

―Emm.. en...―vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal―en el avión.

―¿Se sentó junto a ti?―la curiosidad de Alex parecía nunca terminar.

―Mmm...―recordé entonces cuando Maxi se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí―algo así.

―¿Quieres contarme?

―No en realidad, no tiene demasiada importancia, Alex. Era sólo una chica atractiva, cuántos más no hay aquí.

Y era cierto, porque para empezar, Maxi sólo era una cara bonita entre muchos otros rostros entodo Córdoba y además, no podía inventarme una historia acerca de una chica sólo por no tener el valor de decirle a Alex que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Tucumán. Pero eso en mí no era normal.

―Estoy realmente cansado, Alex. Dime ¿dónde está mi cama?

―Habitación―corrigió y luego sonrió―. Justo allá―señalo hacía la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca.

―Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan cansado.

―Que duermas bien, Agus. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí―lo último pareció que se lo dijo a ella misma―.¡Te quiero!

―Y yo a ti. Buenas noches.

Arrastré las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego me interné en el. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. La cama estaba al otro externo de la puerta, contra esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio pequeño. Saqué de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tomé una foto de la habitación. Aventé luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansado como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.

Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero, un rostro que no me pertenecía. Pero, ¿por qué había pensado en él? En la idea de que Alex y Maxi no se conocían lo suficiente como para decirse "Te amo"; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Roma sólo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Alex había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Qué patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella rosa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Alex no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Ahí figuraba mi miedo.O eso creía yo..


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Y aquí otro capitulo!! les debo mas igual ajsjja

¿Tendria razón agus? ¿Qué piensan?

Comenten, denle favorito y compartan!

Espero que les haya gustado y hasta otro capitulo!

Prohibido (Bernaspindola)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora