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***Narradora***

Maléfica mira a el Rey seria... mientras que este se acerca a ella... ella suelta la mano de Diaval para no mostrar miedo y enseñar seguridad... Diaval al ver que el Rey se acercaba dio un paso hacia el frente colocándose más cerca de su Reina al punto en el cual ella podía sentir su pecho contra su brazo y espalda... Maléfica perfora a el Rey con su mirada, restrellando su bastón frente a ella, el Rey se detiene a 10 pies del hada

Eh llegado a su castillo como acordado, para realizar el tratado de paz, y acabar con esta guerra - declaro la mujer de ojos verdes, alzando su cabeza con certeza y seguridad, el rey sonríe con satisfacción y asienta su cabeza, caminando hacia la derecha del hada y el cuervo, ambos lo siguieron con su mirada, observando como el Rey Estefan se acerca hacia una mesa la cual estaba contra la pared, tomando entre sus dedos una copa de hierro vertiendo con su otra mano, un poco de vino, regresando la botella nuevamente a la mesa y la copa a sus labios el toma un sorbo de su bebida y se acerca a Maléfica.

Si estoy muy consciente de eso, fui yo después de todo, el cual la invito a mi castillo, dentro de mis muros para completar tal acción y promesa- aseguro el hombre, tomando unos pasos más hacia ellos - Pero...- Diaval respiro profundamente, enderezando su torso hacia el rey, y colocarse frente a Maléfica, a su lado, no cubriéndola, pero no permitiendo que el Rey se acercará más. Estefan se rio entre dientes y sorbo en su bebida nuevamente – creo que es muy pronto para hacer todo papeleo oficial, tenemos que acordar en un trato, que sea favorable para ambos reinos-

¿Qué es lo que demandas Estefan? – Ladro la hada, provocando la sonrisa del Rey – deben estar cansados por su largo viaje, hablaremos de estos temas mañana, en la cena – comento el de cabellos marrones mientras se acercaba a su trono, dándole un vistazo a un sirvienta, provocando que esta saltase del susto, y rápidamente se aproximara a la Reina del paramo y a su sirviente, Maléfica fulmino con su mirada a la criatura, haciendo que la sirvienta saltase otra ves y diera un paso hacia atrás

¿Dónde crees que nos quedaremos a dormir? Nadie en este reino les abriría sus puertas a dos criaturas del páramo. – Gruño el hombre cuervo mientras señalaba a las grandes puertas del castillo

Por eso se quedarán aquí, en el castillo, la sirvienta a su lado los llevara a su cuarto, donde pasaran la noche – Diaval mira a la chica, y esta se inclinó al ser nombrada – a sus órdenes – susurró la chica, Maléfica frunce el ceño, regresando su mirada al Rey – ¿Porque haríamos eso? –

Porque de otra manera, el tratado de paz nunca pasara – Diaval se da la vuelta, su mirada encontrándose con la de su Reina, y esta lo mira a él, Maléfica no rompe el contacto visual apretando su quijada sutilmente, Diaval suspira frunciendo el ceño, dándose la vuelta mirando mortalmente a los ojos del sonriente Rey -De acuerdo. - declaro el cuervo, el rey alza su quijada en satisfacción y mueve su mano a la sirvienta, la cual se encamina a el hada – La sirvienta le mostrara el camino a su dormitorio, no se arrepentirán de su decisión- Planteo Estefan -Les enseno su cuarto, síganme por favor- La sirvienta camina hacia una puerta a la izquierda del gran cuarto del trono, Maléfica y Diaval siguiéndola cerca mente. El pelinegro envenenando con su mirada a el Rey mientras este los observa irse, tomado un sorbo de su vino.

***Diaval***

Gruño al entrar a los pasillos, siento como mi sangre hierve dentro de mis venas, Maléfica camina frente a mi sin mostrar incomodidad alguna sobre el Rey, pero la idiota sonrisa del maldito me envenena, su mirada a Maléfica, como nos manipulo entre sus dedos como hierva mala me saca de quicio. Lefi me mira de reojo, sus ojos verdes clavando mi alma contra la pared, bajo la mirada mientras caminábamos, provocando que ella regresara a mirar hacia el frente, suspiro bajo mi aliento, subiendo las escaleras asta el tercer piso del castillo, llegamos a la puerta de nuestra habitación, el cuarto estaba localizado en un pasillo bastante orientado por los sirvientes y guardias del castillo, la sirvienta abre la puerta, permitiendo nos ver un hermoso cuarto, decorado con oro y blanco, una gran cama a la derecha de la puerta contra la pared, el cual estaba decorado con flores y pinturas de artistas espectaculares, la habitación también tenía un pequeño mueble hacia la izquierda, el cual iba acompañado con una pequeña mesa y un sillón, el cubre mesas tejido con seda, jarrón blanco con flores azul sobre el mismo, las puertas abiertas del balcón dejando entrar los rallos del sol.

Esta será su habitación por ahora si desean algo por favor déjenos saber- comenta la chica de cabellos marrones, antes de salir por la puerta y cerrarla detrás de ella, Maléfica la observa irse antes de darse la vuelta y tocar la cama, y sentarse – Lefi, ¿que estamos haciendo aquí? Deberíamos irnos, esto no es una buena idea –

No tenemos otra opción – me contesto, y yo subo mis manos hacia mi cabeza en preocupación y frustración – ¡Mi reina! ¡Hechizamos a su hija, maldijimos su nombre y a su reino! ¡Porque ahora de todos los tiempos piensas que el de verdad quiere hacer un tratado de paz! – Maléfica me mira y luego al suelo – Si queremos que termine la guerra, tenemos que intentarlo, tu de todos los demás deberías saber eso, el cuervo que cuida a una bebe humana en contra de mis órdenes. – trago audiblemente, antes de resoplar y caminar hacia el balcón, mi corazón no deja de correr, este un riesgo demasiado grande, mi alma y cerebro no me deja en paz siento como el estrés se mete entre mi piel, miro a Maléfica de reojo, y la observo acostarse curiosamente en la cama, y siento como mi corazón se estruja en mi pecho. – Maldita sea...

¿ Me estas Enamorando ?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora