Pesadillas.

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Los sentimientos se me atascan en el pecho,

desorientándome

haciéndome perder la razón.

Y entonces me encuentro susurrando su nombre;

deletreando los nombres de cada uno de sus demonios

llorando en la oscuridad al no sentir su corazón latiendo junto al mío.

Hasta que duele,

porque me persigue en cada pensamiento y en cada suspiro.

Y me tiene sonriendo cuando lo único que hacía hace un tiempo era hundirme.

Porque nadie me había hecho sentir igual.

Porque temo salir herida.

¿Y si de esto se trata enamorarse, quién me asegura que el amor para mí será correspondido?

Efímero(s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora