Capítulo uno. Conociendo a Adrián

9 1 0
                                    

Acomodo mi abrigo y tomo mi equipaje. Siendo sincera, hubiera querido traer toda mi ropa, pude llenar hasta 4 maletas, pero a duras penas puedo cargar con dos.

Llego a la zona donde las personas esperan a los recién llegados y veo a varios taxistas con carteles de nombres.

Nina Griffin.

Emma Palvin.

Leo Candau.

León Ortega.

Xiomara Curie.

Y un montón de nombres más, ¿Dónde hay uno con "Marianna Vidal"?.

—Ay no... ¿Es enserio? —me quejo.

Y como si la vida me quisiera dar una patada más, un vigilante se acerca a hablarme.

—Señorita, tiene que quitarse del paso por favor.

Reacciono y me doy cuenta que me quedé parada en la puerta.

—Lo siento.

Bien, pues chicos guapos no veo y mucho menos con un cartelito de mi nombre.

Avanzo un poco entre los taxistas y llego al final del acumulado de gente. Localizo una banca y decido sentarme.

Bien, no puedo creer que esté olvidada en un aeropuerto. Bueno, no es como que si el chico tuviera la obligación de venir por mí. A lo mejor es que se ha arrepentido de alojar a alguien con él y me ha dejado aquí plantada.

Estoy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta en qué momento alguien se sienta junto a mí.
Volteo a mi derecha y me encuentro con un castaño con audífonos  negros. Su nariz y labios han adquirido un suave rojo igual que los míos a causa del frío. Tiene la mandíbula marcada y un par de pestañas de un tamaño que envidio. Frota sus manos y las lleva a su boca para calentarlas un poco con su aliento.

Entonces voltea y me encuentra analizándolo descaradamente.

¿Sabes de esos crush que tienes en los autobuses que sabes perfectamente que nunca los volverás a ver? Bien, pues es lo mismo cuando te encuentras con un crush en el aeropuerto.

Adrián cualquiera que sea tu apellido, gracias por demorarte.

—Hey, ¿necesitas algo? —se quitó los audífonos.

Sí, tu número.

—¿Yo? No, nada. ¿Por qué?.

No Marianna no, no preguntes porqué. Eso, anda, dale la oportunidad para que te eche en cara que te ha pillado comiéndolo con la mirada.

—Bueno, te has quedado observándome un buen rato.

Ah, sí. Es que ahora ya no se puede mirar a las personas, tú sabes.

— Te me has hecho conocido —encojo mis hombros—. Ya sabes, de esas revistas con model...

¿Y si me callo?

Él soltó una pequeña risa.

—Entonces crees que soy un modelo de revistas.

—Yo...tengo una llamada que hacer —sonreí—. Permiso.

Saco mi móvil, marco el número de Ivana y cuando volteo hacia el chico ya se ha puesto de nuevo los audífonos y se encuentra revisando Instagram.

A ver si puedo ver su usuario y memoriz... ¡Marianna, concéntrate!.

—¿Hola?

—Iva, ¿Estás segura de que el chico vendría a recogerme? Porque aquí no hay nadie que venga por mí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 03, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

BonitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora