Parte 4.

18 2 1
                                    

-¿No vas a recoger ese libro? -preguntó de forma tan natural! ¿Cómo podía él estar tan calmado cuando yo iba a morir de taquicardia?

Lo miré sin contestar, supongo que justo ahora mi boca debe estar más abierta de lo que debería.

Ese pensamiento me hizo cerrar mi boca, que estaba de hecho, abierta.

Miré hacia abajo y coloqué mi cabello detrás de mi oreja, luego recogí el libro y me levanté de la sillita.

Alicé las líneas imaginarias de mi blusa y le mostré el libro en cuestión. iLo había recogido! Eso compensará mi boqueo de hace ratito, ¿no?

Por la forma en que Alex me miraba, definitivamente no.

Le mostré el libro en mis manos y sonreí sin mostrar mis dientes presumiendo mi maravillosa hazaña.

Tonta.

No podía seguir parada ahí, maldita sea, es mi casa! ¿Cómo puedo estar tan incómoda en mi propia casa?

-Siéntate -le señalé el mueble de al lado de mi cama, junto a la ventana, era mi favorito, seguro iba a recordarme por siempre este vergonzoso día. Yay! Qué emoción .-.

-De hecho -agregó él con su mano en su barbilla como quien fuese a sugerir una gran idea- eres tú quien acaba de tener un accidente. Déjame ser un caballero, Sam. Toma asiento.

Ok, eso fué inesperado.

No protesté, lo que menos quería era cruzar palabra con este chico. Caminé hacia el otro lado de mi cama y tal como él propuso, me senté.

Alex quedó a unos 2 metros y medio de mí.

¿Por qué mamá lo había dejado subir aquí? ¿Acaso no está enterada de los peligros a los que me expone?

-Ha pasado mucho tiempo, Sam -dijo mientras caminaba y ojeaba mi habitación- Eres incluso más hermosa -esto último lo dijo viendo hacia mí.

No iba a negarlo, mi apariencia durante mis años de preparatoria no era la mejor, creo que tarde, pero he florecido al fin.

-Gracias. -Fué lo único que dije mirando mis dedos, buscando cualquier sucio imaginario en mis uñas.

Estuve tan ocupada limpiando nada en mis uñas que no sentí el momento en que Alex se sentó a mi lado, muuuuuy cerca. Podía percibir su colonia.

Lo volteé a ver, ahora tenía barba. Qué guapo se veía, estaba tan cerca de mí ohhhh por diossss.

-Dime, ¿qué estudias? -agregó con mucha naturalidad.

-Fotografía. -mis respuestas eran cortas y estrictas, seguro mi madre me mataría por tratar así a mi 'salvador'.

-Recuerdo que te gustaba mucho fotografiar a tus amigas y al cielo, sobre todo, dime, Sam, ¿Aún amas tanto el cielo? -cruzó sus piernas y puso su mano en su barbilla. Ahora su cara estaba a 10 centímetros de la mía.

Mis ojos se abrieron ligeramente, pero intenté que el no lo notara, quería fingir ser tan natural como él.

-Si miras mi pared, puedes notar todas las fotografías que hay del cielo, ¿no estabas ojeando mi habitación hace un rato? -pregunté con más naturalidad de la que sabía que tenía. Vaya! Debí meterme a actuación.

Él era bueno también, no mostró vergüenza en ningún momento, sólo rió.

-Lo siento -dijo- de verdad no las ví, otra cosa de tu habitación llamó mi atención en su lugar.

Mis ojos volvieron a abrirse y esta vez no era para nada natural.

Me miró y se colocó de pié, caminó hacia las fotografías pegadas en mi pared.

Decidí seguirlo y entrar en su juego.

¿Qué robó tu atención? -pregunté.

Alex tenía en sus manos una fotografía donde aparecía un árbol sin hojas y de fondo, un lindo cielo.

Se giró hacia mi y dió 2 pasos en mi dirección, yo retrocedí 1 y choqué con mi mesita. No tenía escapatoria, en este punto ya estaba acorralada.

Alex echo todo su cuerpo hacia adelante sin romper en ningún momento el contacto visual entre ambos. Yo estaba sudando. Alex colocó su mano en la mesita que en este momento rosaba mi espalda baja. Seeep estaba acorralada.

Mis nervios aumentaron cuando su rostro se acercó más a mí, no sabía que hacer! ¿Realmente iba a besarme? Repentinamente su otra mano se movió y sacó de atrás de mí una de mis cámaras y se retiró.

Todo fué en cuestión de segundos! Segundos que para mí fueron eternos.

-Siempre quise sacar fotos como un profesional -dijo mientras encendía la cámara. ¿Cómo pudo hacer eso? Él está tan normal y yo seguía afectada, sudada, desorbitada, bajo su efecto.

-¿Me enseñas? -continuó- Sabes, creo que soy el único que está hablando, ¿Es mi impresión o estás un poco agitada? ¿Te sientes bien?

-¿Agitada? Para nada -dije mientras echaba mi cabello hacia atrás, hacía calor, mucho calor.

-Déjame ayudarte -dijo. Y con eso comenzó a soplar en mi cuello.

Se sentía tan bien, y su olor, diosssssss.

Alex medía 1.85, era de tez cálida, su cabello era negro y ondulado. ¿Cómo no iba a sentirme intimidada por él? Yo solo medía 1.65.

Comencé a sentirme incómoda, mis mejillas estaban calientes, así que en un movimiento brusco me aparté. Lo que dije a continuación fué muy repentino.

-¿Por qué justo debías ser tú quien me llevara al hospital?

Él me miró con una expresión que no logro describir y respondió:

-Porque eres mi amiga, hubieses hecho lo mismo por mí, ¿no?

-Sí -respondí y bajé mi mirada al suelo, pensándolo bien, mi pregunta fué un poco tonta.

Como tú.

Gracias por tu ayuda, conciencia.

Mamá subió justo en ese instante, ya eran las 7:00, ella quiso invitar a Alex a cenar y el gustoso, aceptó.

...........

El resto de la noche concurrió de forma muy vergonzosa, mamá estuvo actualizando a Alex sobre lo que se había perdido en estos últimos 2 años, incluso le contó sobre mi falta de amigos a lo que el se respondió gustoso: 'Yo puedo venir más seguido a visitar a Sam, puedo invitarla a salir de vez en cuando'. Genial, ahora yo era obra de caridad.
Mamá se despidió de Alex, lo trató mejor de lo que me ha tratado a mí y a mi pierna rota! Lo acompañé hasta la puerta.

-¿Cuando puedo pasar por ti? -preguntó.

-¿De verdad lo harás? No quiero que te sientas presionado por mamá.

-No es por tu mamá, Sam. De verdad quiero hacerlo, ahora que te tengo de nuevo en mi vida no te dejaré escapar, he madurado y quiero demostrártelo.

Él estaba mirándome fijamente a los ojos, estaba muy serio.

-El sábado -respondí, agria.

-¿Así nada más? -preguntó él- dame tu número -rebuscó entre sus bolsillos su celular y me lo dió.

Mientras apuntaba mi número mis manos temblaban, esperaba que él no lo notara.

Cuando terminé de escribir, levanté mi mirada, Alex estaba frente a mí y en movimiento rápido me dió un pequeño beso en la mejilla, me abrazó y susurró a mi oído:

-Nos vemos el sábado. -retrocedió, me miró y se marchó.

Lo observé alejarse, no pude decir nada. Estaba en shock.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 22, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Veneno en la piel.Where stories live. Discover now