Ya sabes cuánto me gusta quitarte represiones (Cap 5)

3K 208 196
                                    


Cuando ya estamos a solo dos o tres pasos de ellos oigo que están hablando y no es de entradas de cine. Ella sonríe y no es de manera profesional o meramente cordial. Él está apoyado en el mostrador que los separa y no puede físicamente acercarse más a ella. Ella está encantada de todo lo que está ocurriendo. Él está tan concentrado en ella que ni se ha percatado de que estamos detrás suyo. Lo he visto tontear con chicas antes, no sé por qué esta vez me está sentando de manera distinta. Es como algo intuitivo, no sé explicarlo con razones.

—Eyyy —lo saluda David y parece que vuelve al planeta tierra.

—Eyyy chicos, no os había visto —responde Christian girándose hacia nosotros pero manteniendo las distancias. —Bueno, nos vemos otro día— añade mirando de nuevo a la pava esa.

—Claro.

La chica es escueta en palabras pero no escatima en sonrisas, en hacerle ojitos o en exagerar los gestos de sus labios. Tiene el pelo negro y largo, es delgada, lleva unas gafas enormes de pasta negra lo cual le da un aire sexy-intelectual muy desagradable. Bueno, muy desagradable para mí, que no me gusta un pelo lo que estoy percibiendo.

Tras unos instantes interminables de miradas sostenidas y tontería máxima entre ellos, Christian aterriza, se gira hacia nosotros, nos alejamos en dirección a la entrada del cine y parece que de pronto volvemos a existir.

—Ya tengo las entradas, es la última de Marvel ¿vale?

—Genial—exclama David con una sonrisa contenida y una mirada que va de Christian a mí y de mí a Christian. No hay día que se le escape algo a este hombre. ¿Por qué me lee la mente? ¿cuándo le he dado yo permiso para que lo haga?

—Ah menos mal, con lo empanado que estabas pensaba que se te habían olvidado hasta las entradas. Por cierto, ¿las has pagado? —suelto maliciosa yo.

No quería decir nada, pero es que o lo digo o reviento. Christian se ríe y se para en seco para mirarme.

—¿Qué estás insinuando?

Me abraza por la cintura y se acerca muchísimo a mí nublando celos, paranoia, cerebro y otras funciones vitales. Trago con dificultad en cuanto su perfume invade mi espacio vital y sus labios están muy cerca pero no lo suficiente ni lo deseado.

—Na-nada —titubeo antes de recuperar fuerza y terminar la frase—. Solo que igual te las había regalado. Parecía tan dispuesta a cualquier cosa...

Bajo la mirada y descanso de su mirada tan intensa. Oigo como ríe pegando sus labios a mi oreja y me entra un cosquilleo terrible. Me obliga a levantar la vista cuando sube mi mentón con su mano delicadamente.

—¿Estás celosa? ¡esto es nuevo! Muy nuevo—exclama divertidísimo.

—Ya te gustaría —gruño apartándome de él y dirigiéndome al chico que comprueba las entradas.

Ambos me siguen, Christian le tiende las entradas al chico y una vez hemos pasado el acceso seguimos caminando sin decir nada hasta la sala. Buscamos nuestras butacas, nos acomodamos y David muy sutil y oportuno decide irse al bar a por palomitas.

Christian no espera ni a que se haya ido de la sala que ya está de nuevo enfocado completamente en mí e invadiendo mi espacio vital. Esta vez me besa, suave, despacio, con cariño. Me ablanda por completo y se me olvida un poco que estoy muy molesta.

¿Por qué estoy tan molesta en realidad? Tengo muy claro que Christian y yo tenemos una relación muy especial, única y a medida. Y también que una de las características explícita es que ambos estamos libres y disponibles para otras relaciones y/o vínculos. Joder, que no soy nueva en esto ya.

VIBRATING LOVE IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora