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                               Lo imperfecto
                                         a veces puede ser
                                                     lo mas perfecto.




                                Lo imperfecto                                         a veces puede ser                                                     lo mas perfecto

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— Jeno, amor, en serio tienes que quedarte quieto.

Tomé la pequeña cintura de mi hijo y lo volví a colocar a mi lado en el auto, yo ya estaba acostumbrado al Ferrari de Johnny por todas las veces que me llevaba a clases y me traía de regreso, pero para Jeno, un auto tan bonito interiormente no pasaba desapercibido, esta era como la tercera o quizás cuarta vez que lo volvía a sentar, ya sea evitando que quiera entrar entre el asiento del piloto y del copiloto para llegar a los botones o queriendo apoyar sus pies sobre el asiento trasero, sea como sea, no deseaba que ensucie o rompa algo que definitivamente costaría más que mi vida.

Por decisión mía, me senté en la parte trasera con él, Johnny estuvo de acuerdo para que cuidede Jeno, pero quizás debí considerarlo mejor, en este tipo de autos era extremadamente complicado estar sentado atrás, porque de por sí eran, en su mayoría, modelos deportivos, dondesolían tener más espacio los asientos de delante, eso sumándole que encima algunos Ferrarini asientos traseros tenían, por no mencionar que este solo contaba con dos puertas, no cuatro, como los vehículos comunes.

— Quizás para la próxima lo deje conducir.

Arquee una ceja ante el raro comentario, Johnny estaba tan relajado, con un brazo colocados obré el apoya brazos de su lado y el otro sobre el timón, él miraba al frente, pero sabía quesu oído estaba más que atento a lo que sucedía con mi hijo.

— Claro, lo que digas.

Respondí irónico, ganándome una mirada por su parte, aunque usó el espejo retrovisor para conectar sus miel con mis ojos cafes.

— Está bien, Ten, no seas controlador, deja que Jeno se divierta.

— Si lo suelto, te hará chocar.

— Él solo quiere tocar, creo que si lo dejas, ya le quitarás la curiosidad.

— Sí, claro.

Rodé los ojos y acomodé a mi pequeño por no sé qué número de vez. Escuché ami hijo bufar y retorcerse para que lo deje, quejándose con sus constantes

— Papaaaaá.

era tan adorable. Lo acerqué a mí y le di un pequeño piquito en los labios, sacándole una sonrisita cuando por fin se quedó quieto y lo senté sobre mi pierna, más relajado.

¿Y cómo se supone que sabes tanto sobre bebés?

— No lo sé, solo estoy suponiendo cosas.

Respondió Johnny después de un largo silencio.Ignorando el ambiente algo incómodo que se formó, me dediqué a mirar por la ventana del precioso auto, Johnny me había comentado que era un 612 Scaglietti, Sessanta o algo así, medijo que fue creado por el presidente de la compañía Ferrari, también Johnny dijo que tenía otros autos en la casa de sus padres, pero que este era como su consentido, no quise preguntarle por los otros, seguro mi billetera lloraría de solo imaginarse los precios de los demásvehículos.

The perfect omega [JohnTen].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora