Capítulo 4

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Luego de unos minutos me separé de él,  porque tenia mi corazón totalmente desbocado,  trataba de tranquilizarme.

Pero él aún se acercaba más a mí... Hasta que sin poder resistir más el calor de mi cuerpo, el comenzó a apoyarse lentamente sobre mí, indicándome a recostarme en la cama,  poco a poco... 

Estaba atrapada.

En sus besos,  que me quemaban,  en sus caricias que cada vez buscaban más... 

Sentía sus manos quemando mi cintura,  mi abdomen, mi piel.

Cuando finalmente quedamos uno sobre el otro, él me miraba con un amor y una ternura infinitas...  No me sentía asustada, pero no podía estar tranquila...su mirada me erizaba tanto la piel que simplemente no podía mirarlo

Entonces,  él se acercó a mi oído y como si adivinara mis pensamientos, me susurró:

"Tranquila, aún así... te quiero".

Y con sus manos tomo mi rostro que estaba de lado y lo dirigió hacia sus ojos y con su voz suave y serena me dijo a media voz:

-no importa cuanto te cueste hacerlo,  sólo mirame,  aunque sea una vez

- hizo una pausa unos minutos y luego continuó- en este momento solo quiero que tú me veas y reconozcas que..

yo soy el único que puede hacerte feliz...

Lo necesito,  por favor...  Mírame...por favor...

En ese momento me arme de valor y lo miré, contemple su rostro agitado y completamente feliz,

Mientras sentía como mi corazón y mi rubor se iban al diablo...  Pero no me importaba,  ya nada importaba.

El riéndose con ternura de mi torpeza comenzó a besarme nuevamente, lentamente fuimos desvistiéndonos, el uno al otro hasta quedarnos piel a piel, sintiéndonos, acariciándonos,  queriéndonos como nadie lo había hecho nunca.

Permanecimos solo así, abrazados el uno al otro, un momento, hasta que entre tiernas caricias yo comenze a besarlo de nuevo,  buscaba estar junto a él más que nunca,  quería decirle que lo amaba...

él comenzó a mirarme de nuevo con sus ojos intensos adivinando mi intención y finalmente unimos nuestros cuerpos.

No sabía cuanto había esperado ese momento, me sentía en las nubes,  podía sentir como mi cuerpo se estremecía en cada movimiento, podía sentir su calor y su aliento cada vez más cerca de mí.

Lentamente sus movimientos, se unieron a los míos, sus besos se hicieron mas intensos y su piel más brillante por el sudor,  verlo era la más hermosa obra de arte que había visto en mi vida.

Cuando ambos ya llegábamos a nuestro límite no pude más que abrazarlo y aferrarme a él mientras dije que lo amaba, lo hice las veces suficientes para que lo supiera y lo sientiera, para toda la vida.

Terminamos ambos recostados uno sobre el otro,  mirándonos,  como si estuvieramos en nuestro propio mundo,  sólo me importaba él y él solo me veia a mí,  tal como yo era,  ni más...  Ni menos.

Disfrutaba tanto de su escencia que lentamente me fui adormeciendo poco a poco, y sus brazos de la nada,  me aferraron junto a él, mientras me susurraba:


"Te amo... Mi corazón es tuyo y lo sera siempre".

Día lluvioso ~ WonhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora