🅞 🅛 🅥 🅘 🅓 🅞 ﴾MÉXICO﴿

C a p í t u l o : ━━ I ━━

Como un animal furioso, la lluvia caía violentamente desde el cielo nocturno, ocultando las brillantes y lejanas estrellas que a muchos de los antiguos imperios les había fascinado estudiar con detenimiento. El agua helada inundaba las calles, volviendo más tardía y difícil la tarea de avanzar por la urbe a todos los country, estados, ciudades, organizaciones, (entre otras más entidades) que impacientes, deseaban refugiarse de la fuerte tormenta que caía sobre sus cabezas.
Los perros ━━tanto de las casas vecinas, como los callejeros━━ ladraban sin parar, acompañados de los escandalosos truenos que llegaban poco después de que los rayos iluminaran el interior de las enormes nubes que surcaban el firmamento, dándoles una extraña apariencia de estar cargadas de energía, como seres vivos que permitían que el resto pudiera ver a través de sus esponjosos cuerpos...

O bueno, al menos así funcionaba todo dentro de la surrealista y desatada imaginación de cierto mexicano cuya aburrida vida solo se llenaba de emoción mediante relatos y fantasías que él mismo se creaba para entretenerse. El país, perteneciente a la gran mayoría de naciones "tercermundistas" y americanas, no aparentaba tener más de veinticinco años, y los colores brillantes de su bandera tricolor le daban un toque de vitalidad que favorecía su apariencia. Sus ojos de extraña tonalidad (pues en ocasiones parecían de color amarillo, parecidos a los de una serpiente, y a veces lucían de un color más opaco, como el caramelo), solo se centraban en observar con desgano las gotas de agua que se estrellaban contra la ventana más grande de su apartamento/recámara, provocando un golpeteo constante que lo hacía dormitar a ratos, mientras que sus manos se ocupaban de escribir cosas sin sentido en su agenda.
La pequeña estancia donde se hallaba estaba sumida en una oscuridad parcial (pues la luz que entraba por la ventana iluminaba gran parte del espacio), formando extrañas, alargadas e irregulares sombras a las que México había aprendido a ignorar luego de unos cuantos meses. Recostado en su cama, la nación hispana solo se limitaba a vagar entre sus memorias, concentrado en recuperar una serie de recuerdos que cada vez que sentía que estaba a punto de revitalizar, se le escapaban como un pez de las manos; la actividad era frustrante, pero así mismo era lo suficientemente difícil como para que tratar de completarla se convirtiera en algo más parecido a un adictivo reto que lo desafiaba constantemente a completarlo.

El latino hijo de Azteca suspiró. Luego de horas tratando de recordar lo único a lo que su mente hacía alusión era a unas cuantas palabras sin sentido, y pocas imágenes de lo que parecía ser su época colonial.
Un gruñido fastidiado salió de su garganta, seguido de una maldición en Maya que se perdió entre el ruido de la tormenta.
No obstante, en vez de conseguir sentirse satisfecho con que consiguió revivir, dentro de él solo quedaba impregnado un sabor amargo, como si aún quedasen muchas cosas que estaban ocultas, como por debajo del agua, y lo único que le indicaba que esas memorias seguían ahí era la corazonada y la sensación de sus recuerdos seguían inconclusos que ya empezaba a abrumarlo.

━━Las paredes tienen oídos... ━━susurró desconcertado mientras leía el resto de frases sin finalizar que había dejado plasmadas en la hoja de su agenda.

━━¿Qué? ━━preguntó la voz del sudamericano que estaba recargado en la puerta principal de su "apartamento", sacándole un sobresalto al tricolor.

El de emblema de águila se giró sobre la cama para ver al country que le había interrumpido, lanzando su agenda por debajo de las almohadas para no levantar sospechas ━━¡¿Qué te ocurre?! ¡Casi me matas de un susto, idiota!

━━Uy, perdón, pibe llorón ━━replicó con fastidio el argentino, adentrándose a lo que sería la sala del mexicano mientras buscaba disimuladamente el interruptor de la luz━━ ¿A caso no piensas venir con nosotros a cenar?

Finalmente, las luces se encendieron y el sureño se permitió dibujar una sonrisa victoriosa sobre sus labios durante unos instantes.
México entrecerró los ojos por el cambio tan abrupto de iluminación, y con poca fuerza lanzó uno de sus cojines en dirección al sudamericano que había irrumpido en su cuarto.
Su lanzamiento falló, terminando por estrellarse en la pared.