Carta 2

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Querida Abuelita,

A finales de el 2018 perdimos a alguien muy especial para mí y mi familia. Realmente la pasé mal, pues él significaba un gran porcentaje de lo bello de mi infancia. Todo fue muy repentino y me costó entender lo que había pasado. 

Él era alguien que yo solía seguir mucho cuando era pequeña y vaya que me costaba confiar en la gente. De no haber sido por mi familia, mi infancia realmente hubiera sido demasiado difícil y es que... ¿sabías que los niños son crueles con otros sólo por ser más reservados? Ellos si quiera imaginaban que era más fácil de dañar de lo que parecía, me hacían a un lado y me esquivaban como si les fuera a contagiar alguna enfermedad. Y luego estaba él, cualquier otro podía hacerme a un lado, podía ignorarme o incluso burlarse de mí, pero buelita, ese niño que te dio mucha lata por su lado explosivo, me protegía y aconsejaba por más tonto que sonara mi problema. Nadie solía entenderme, pero él...

Recuerdo haberte suplicado que lo cuidaras en su camino, que fueras con él y lo apapacharas, pues yo ya no podía hacerlo con ninguno de los dos. A final de cuentas, ustedes eran realmente significativos para mí.

Quise soñarlos, me hizo recordar cuando recién te había perdido a ti, pero era extraño, pues ya era mayor, no era una niña. Era mucho más consiente, y aunque eso no me deprimió, fue difícil para mí y para una buena parte de mi familia. 

Ahora quiero pensar que ustedes no me abandonan, que están a mi lado cuando más los necesito, sólo que a veces me gustaría soñar con ustedes, poder escuchar sus consejos, un gesto de cariño, un abrazo, un beso. 

Es sorprendente como pasa el tiempo y aunque no estén, nada se detiene, si quiera un segundo, todo sigue en su ritmo y tienes que aprender a afrontarlo. 

Con amor, tu nieta.

𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓐𝓫𝓾𝓮𝓵𝓲𝓽𝓪... 
⁻ ᶜᵃʳᵗᵃˢ ⁻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora