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#009 All I Want For Christmas Is You.

• Sinopsis: Lo único que Scorpius quiere para esta Navidad es estar con Albus.

↳ Género: Songfic.
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"No quiero mucho para navidad, sólo hay una cosa que necesito. No me importan los regalos debajo del árbol, sólo te quiero para mi, más de lo que podrías saber, haz que mi deseo se vuelva realidad… Todo lo que quiero para navidad es a ti."

Scorpius se encontraba sentado en silencio y en completa soledad en la inmensa sala de estar de Malfoy Manor mientras el reloj marcaba las 23:45. La cena navideña que había compartido con su pequeña familia conformada por su padre y abuela, había acabado hacia media hora atrás; era en esas fechas en que la mansión se sentía mucho más grande de lo que ya era. Todos extrañaban a alguien: su padre extrañaba a su madre, él nunca hablaba de ella pero Scorpius recordaba como eran de unidos ellos cuando el era pequeño, lo cariñosa que era su madre con su padre y con él, sabía que así como él extrañaba a su madre, su padre también la extrañaba. También faltaba la inmensa calidez de su madre por aquella fría mansión y en esas fechas era mucho más palpable su ausencia. A su vez sabía que su abuela extrañaba a su esposo que aún se encontraba pagando su condena en Askaban por cumplir como mortífago en los tiempos donde existía el señor tenebroso, sabía que a su peculiar manera sus abuelos se amaban y se echaban de menos.

Scorpius también extrañaba a su persona especial, ese no era más que su mejor amigo y ahora novio, Albus Potter. Cada uno había pasado aquella celebridad con sus respectivas familias, pero el corazón del rubio se sentía desolado y en ese momento lo que más necesitaba era estar en los brazos de su novio. Albus había sido todo lo que quería desde que lo había conocido ya hacía cinco años atrás, a su lado se sentía realmente completo, nada ni nadie podía llenarlo de la misma manera que lo hacía el moreno. Aquellos ojos verdes que le recordaba a un paraíso eran los únicos que lo hacían perderse errante en aquel lío de sentimientos que lo hacía sentir cálido por todos lados.

Calidez que en ese momento estaba necesitando y deseando sentir con toda sus fuerzas. 

Aunque la chimenea estaba prendida y el fuego estaba demasiado avivado, no lograba hacer que se sintiera cálido. A su vez las luces del arbolito de navidad era la única iluminación en aquella inmensa sala; por el gran ventanal se podía ver como la nieve caía haciendo que se formara un grueso colchón helado en el amplio jardín de la mansión. Navidad, era una celebración más bien muggle que a Scorpius habían terminado por encantarle gracias a Albus que le había contado todas aquellas historias sobre Santa Claus y los regalos bajo el arbolito que éste dejaba, pero no cualquier regalo sino él que cada persona deseaba.

A sus diecisiete años Scorpius muy probablemente debería estar demasiado grande para seguir creyendo en aquellos mitos, pero si existía un hombre llamado Santa Claus que hacía los deseos realidad, él deseaba tener a su novio a su lado para esa navidad, porque las vacaciones de invierno estaban siendo horribles sin poder verlo físicamente, lo extrañaba dolorosamente mucho y no podía espera a que fuera el día de volver a Hogwarts para al fin poder verlo; realmente ninguna otra cosa lo haría más feliz que poder tener a Albus para él aunque sean unos segundos aquella navidad.

A medida que los minutos iban pasando, la soledad y la tristeza más se iban colando por los huesos del rubio. Su abuela y su padre se habían ido a sus respectivas habitaciones apenas habían terminado la abundante cena, no tenían más familiares a quién ir a visitar así que luego de desearse uno a otros una anticipada “Feliz Navidad” se habían marchado dejando solo a Scorpius en la sala, quién tenía una copa de sidra en la mano. Le iba tocar brindar con él mismo, así que mientras veía como el reloj marcaba que faltaban dos minutos para que finalmente fueran las 00:00, y con ello fuera navidad, se levantó de su asiento y se paró al lado del arbolito de navidad mientras deseaba con su corazón que Albus estuviera allí.

Scorp se había quedado absorto deseando insistentemente aquello, que no pudo darse cuenta que justamente en ese ínfimo minuto en que el día se terminaba y empezaba uno nuevo, las llamas de la chimenea se habían vuelto de naranja a verdes para finalmente apagarse y dejar ver como un chico de su misma edad pero con el cabello moreno se adentraba a la sala con un regalo en su mano. En sus labios una sonrisa cariñosa iba dibujada al ver al rubio tan distraído parado frente al árbol de navidad, Albus se acercó hasta él y lo abrazó desde atrás haciendo que Scorpius soltara un grito de sorpresa y espanto girándose con rapidez para ver quien era el intruso, quién no era nadie más que la persona que tanto deseaba que estuviera entre sus brazos.

— Albus, eres tu. — exclamó Scorpius abrazando a su joven novio con todas las fuerzas, importándole muy poco que la copa que sostenía anteriormente se hubiera caído al suelo, fragmentándose en muchos trocitos.— Mi deseo se hizo realidad ¡feliz Navidad!

Ante aquella última confesión al moreno se le habían hecho imposible no mirarle con confusión, no entendía a que se refería con eso de que su deseo se había hecho realidad pero le había encantado el buen recibimiento que había tenido, no se podía quejar para nada.

— ¡Feliz Navidad, Scorp! — respondió con diversión el moreno, correspondiendo el abrazo con la misma fuerza e intensidad, porque ambos podían sentir como sus corazones latían en sintonía. De hecho Albus se sentía como si hubiera estado viajando en un desierto por muchísimo tiempo hasta que finalmente había encontrado un pozo de agua fresca de la cual pensaba beber hasta no dejar una gota. El abrazo duró por varios minutos hasta que fue el moreno quién había hecho que se alejaran mínimamente para poder mirar a Scorpius a los ojos.— Te he echado muchísimo de menos, amor.

Ante aquellas palabras Scorpius no había podido hacer más que escuchar y hacerle caso al impulso de su corazón así que sólo atinó a besar los labios de su novio como respuesta. Una vez más se fundieron en un beso lleno de sentimientos por largos minutos. — Yo también te he echado de menos tanto que duele.

Albus le sonrío con cariño dejando varios besos en la frente del rubio, tratando de consolarle porque ya estaba allí y no pensaba volverse a su casa por lo pronto. Había cumplido con su obligación de cenar con toda su familia, ahora se merecía tiempo a solas con su novio y mejor amigo, así que pensaba quedarse allí con él hasta que el señor Malfoy se diera cuenta y lo sacara a patadas de la mansión, esto último era exageración de Albus más no era literal.

— Te he traído un regalo. — recordó Albus tardíamente entregándole una pequeña caja a su novio, mientras sonreía con timidez ya que consideraba que era demasiado sencillo y su novio se merecía mínimamente todas las estrellas.

Scorpius acepto el regalo igualmente sonriendo, sentía que no era necesario ningún tipo de regalo ya que con la sola presencia de Albus allí, era el mejor regalo que podían haberle dado, sin embargo en ese momento se sentía algo mal ya que no le había conseguido ningún regalo a su novio. Ellos nunca habían acordado que se verían en ningún día de las vacaciones así que el rubio se había confiado que tendría tiempo para conseguirle algo antes de volver a clases pero aún no lo había hecho.

— Gracias, amor, no te hubieras molestado. — dijo alegremente mientras abría la cajita para descubrir que había adentro, maravillándose luego por el hermoso detalle que le había regalo su novio. — Me encanta, pero yo no tengo ningún regalo para ti.

— No hace falta. — respondió rápidamente Albus. — Con que me dejes quedarme aquí contigo esta navidad es todo lo que quiero. — luego de aquellas palabras, el moreno le había robado un beso a su novio justo antes que este lo tomara de la mano para que emprendieran camino hacía su habitación.

Mientras subían las escaleras hasta el segundo piso tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a nadie, Scorpius no pudo evitar pensar que era verdad aquello que en esa fecha todos los deseos se hacían realidad por más imposibles que podían sonar, un claro ejemplo eran ellos. 

Tempo (Scorbus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora