2/03/2010

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Casi me vuelvo loco. El calor era agobiante adentro de los salones. Para peor, todos los estúpidos hablaron a los gritos hasta que apareció la profesora de matemáticas. La primera hora fue un repaso de todo lo que habíamos visto el año pasado. Después tocó el recreo, me lo pasé en mi banco escuchando algo de Rachmaninov desde el mp3 que tengo. Esta vez intenté no fumar, porque no tengo ganas de que me estén amonestando y rompiendo las bolas. Después tuvimos una hora más de matemáticas y nos anunciaron una prueba para la semana que viene. La vieja hija de puta ya nos estaba engrapando una prueba, el segundo día de clases. Después tuvimos una hora más de Lengua y literatura, donde la profesora nos hizo leer algunas partes del Quijote y comentarlo. Finalizada su hora, tocó el segundo recreo. Ahí si que corrí al baño. Ya me sentía mareado de las ganas de fumar y para peor el grupito de pseudo bohemios no paraba de vociferar en voz alta un montón de mierda. En el baño fumé un cigarrillo atrás del otro hasta que escuché el timbre. 

Las dos ultimas horas fueron de filosofía. El profesor empezó a hacernos preguntas generales para introducirse en el primer filósofo que vamos a ver: Sócrates. Nos mostró como filosofaba y fue, en  general, bastante interesante. El problema fue que el grupo de pseudo bohemios no paraba de interrumpir las explicaciones del profesor para mostrar lo cultos que eran. Que si esto era como una letra de Pink Floyd, que si aquello lo planteaban en la película tal. Y no sé cuantas mierdas más. Yo solo quería que el profesor pudiera terminar una frase, creo que cada vez que estaba por cerrar una idea les entraba algo parecido al pánico, porque lo volvían a interrumpir.
No me molestaba que quisieran participar, lo que me molestaba era que no pararan de interrumpir al profesor, por vanidad.
 Había uno, en especial, llamado Guillermo, que quería resaltar, diciendo cosas muy estrafalarias que en el fondo no aportaban nada. Ya por su aspecto uno se da cuenta que lo que busca es llamar desesperadamente la atención: el pelo medio largo, teñido de un rubio chillón y artificial, piercings por todos lados, una mochila de alguna bandita inglesa desconocida de pop. Ya había conocido gente así en mi anterior escuela, los típicos fanáticos de Kurt Cobain, que solamente conocen el Nevermind y que usan remeras de Joy Division sin saber ni siquiera quién es Ian Curtis. Después el resto del grupo no eran la gran cosa de molestos, solamente daban asco y lástima. Todos llenos de cosas de bandas de música que escuchaban, comentarios programados como si fueran robots. Alguna mención a algún tema de rebeldía juvenil proferido hace más de cuarenta años por alguna banda de rock de los años sesenta. Eran la encarnación del ridículo. Todos los demás lo notaban. Desde el grupito de los cools, hasta las dos putas que se sientan solas.

Hablando de estas dos  tengo que decir, son de lo peor. Por lo que pude escuchar, todo el mundo las marginó porque le garchaban los novios a todas las del salón y no tenían escrúpulos a la hora de separar grupos de amigos e incluso ponerlos a pelear entre sí. Finalmente quedaron ellas dos solas, sin nadie que quiera tener trato con ellas. Toda esta marginalidad estaba orquestada por Victoria, una del grupo de los chusmas y que era novia del líder de los cools, un imbécil que se llama Emiliano. Lo peor es que de todo el salón es la que más les demuestra hasta cierto punto lástima, pero a sus espaldas, cuando no hay casi nadie en el salón se ríe y se deleita de como logró que las dejaran aparte. Es tan retorcido que apenas entra en mi cabeza. Por qué no se agarran a las piñas o se dicen mierda todo lo que quieren y listo. Nunca entendí, y al día de hoy tampoco entiendo como pueden tener esa clase de actitudes algunas personas, sobre todo mujeres. 

Justo cuando empezaba a sentir un poco de lástima por ellas, porque a mí también me habían tratado de esa manera en mi anterior escuela, fue que me enteré todo eso, casi por accidente y después empecé a prestarles atención. Pude ver como en uno de los recreos Florencia, una de ellas, le refregaba todo el culo por  la pija a uno de los pseudo bohemios que es un gordo virgen y nene de mamá consentido a más no poder, para sacarle algún dinero. Me dieron ganas de vomitarle la cara.

Si las chicas fueran unas putas, como quien dice, solo por tener sexo, supongo que podríamos ser buenos amigos, ya que yo también disfruté de algo de sexo casual durante las vacaciones. Pero esto era otra cosa. Estoy seguro de que van a terminar manoseando a un viejo impotente por algo de dinero mientras juntan méritos entregando el ojete en alguna empresa. 

En cuanto al grupo de los chusmas del salón, solo me molestan de vez en cuando, cuando se ponen a chuparle deliberadamente las medias a los profesores, como si fueran capases de garchárselo sobre el pupitre de la adoración. Si uno los toma demasiado en serio  todos los halagos que tiran a los profesores, pensaría que se mean encima cada vez que un profesor pisa el salón. Después, como los bauticé, los chusmas, se la pasan contándose rumores de todo el mundo y armando complots para generar problemas en los demás grupos. En esto son iguales a esa gorda trola de Victoria. No me extrañó que fueran todas mujeres las del grupo, salvo por un puto. 

Antes no tenía prejuicios con los gays y los homosexuales. El año pasado me había hecho amigo de un chico que era abiertamente gay, y al cual, los demás estúpidos lo marginaban, como a mí. Al principio parecía una persona normal, pero un día que estábamos escuchando música en su casa de repente se puso a hablar demasiado afeminado, y cuando había tomado algunas cervezas intentó manosearme la pija contra mi voluntad, llegamos a forcejear. Por suerte no estaba tan borracho como para no poder defenderme y lo tiré de una patada al suelo. Me fui de la casa de él saltando la reja y nunca más volví a hablarle. 

Sacando el hecho de que es puto, no es una persona agradable. Es falso aún con su propio grupo. Victoria también era una falsa de mierda por lo poco que pude escuchar, pero este era diferente, peor. Cuando alguna de las chicas abandonaba el grupo para ir al baño o ir al quiosco a comprar, Mauricio se la pasaba hablando mierda. Y eso es decir poco, cuereaba a todo el mundo cual cerdo. Que si fulana tenía celulitis. Que si mengana era una sidosa, que si sultana era re puta y los padres se habían divorciado. No tenía fondo. Era capás de defenestrar a su propia madre por hacerse una paja mental.



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⏰ Last updated: Dec 24, 2019 ⏰

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