Narradora
Mientras Sebastián colocaba a Yoko en su cama, le colocó su pijama y la arropó.
-buenas noches, my lady- se Quito el guante donde posee la marca, y colocó su mano en el corazón de Yoko.
En el pecho de Yoko se formó la estrella de cinco puntos, Yoko soporto el dolor aún dormida.
Sebastián se colocó el guante, y acarició la mejilla de Yoko.
No comprendía como una niña tan joven y línda poseía tanto odio y deseo de venganza.
Sebastián miro más detallado su rostro de la niña y noto que le salía unas lágrimas.
Sebastián se acercó y lamio las lágrimas de Yoko.
Y se retiró a manejar todo lo relacionado a la mansión de los kuroshima.
Continuará........