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Cuando recibí la llamada de mi madre en aquel domingo a las horas de la mañana, no pensé que se iba de tratar de algo tan crucial en el mundo sentimental de la familia como una de las ultimas voluntades del abuelo.

- John, ¿cómo estás?... Hijo, el abuelo en unos instantes de consciencia, ha repetido tu nombre y el de tu hermano. Quiero que empaques maletas; se vienen los dos esta noche para acá.

El abuelo ya hace cinco meses había sufrido de una embolia cerebral, permitido por unas infecciones respiratorias al parecer, que lo ha dejado con la mitad de todo su cuerpo sin consciencia. Había estado estable, hasta que parece morir la madrugada del día anterior.

Mientras pienso en su estado de moribundo, yo alisto mis maletas y recibo la noticia de mi madre diciéndome que tendré que partir solo a Girón; a mi hermano lo necesitaban en casa.

Habiéndome listo para partir, solo era cuestión de tiempo para tener que verlo y escucharlo.

- ¿Qué querrá de mi? - decía para mis adentros.

Pensaba en la situación del abuelo e inevitablemente en la persona que había sido alguna vez; Un hombre vivaz y activo, muy solidario hacia aquellos que quería, y dominante en los asuntos del hogar, incluso a pesar de la edad. Pero, desde que era un joven adulto, tal personalidad lo llevó a vivir la vida de manera intensa, sin pensar en las repercusiones de sus acciones y la implicación de muchos de sus deseos.

Todo esto lo condujo a negarse a cargar, quizá por su temperamento, con las consecuencias de las mismas, resultando ser una persona muy, pero muy terca y, solo quizá, inmadura.

Tal terquedad, al menos en el tema de su salud, se podría decir que contribuyó a su padecimiento actual. Y digo "se podría decir" pues, la verdad, es que el abuelo desde hace pocos años atrás ha tenido una actitud nihilista frente a los acontecimientos y, desde hace pocos meses, frente a su vida misma y la de los demás; renegado de su presente, nostálgico por su pasado, y espantado por la incertidumbre de su futuro.

Parecía un adolescente en crisis, solo que leyendo el capitulo del apocalipsis todos los días.

¿Qué querrá de mi, después de todo?

Pensé en su estado de dependencia y enfermedad. En lo que una persona moribunda podría querer de otra en ese estado.

-¿Querrá ayuda?¿qué ayuda podría brindar mi presencia?

Sin respuesta aparente, llegué a la vieja casa marrón, donde yacía mi abuelo postrado en una camilla.

Estaba dormido. Cerca de él, una mesa llena de medicamentos, suplementos y pañales, donde descansaban algunos santos. Tenía un tubo donde se le suministraba la comida y varios hematomas a causa de las canalizaciones en sus brazos. Tenía el rostro afligido a pesar de estar durmiendo.

En apenas pocos momentos lo noté: sufre. Si bien no de una forma física, el dolor estaba impregnado en todo el cuarto. El dolor de mis familiares no ayudaba en nada; la expresión de su afecto hacia él solo hacía que pareciera lastima; que se sintiera así. En ese momento pensé como si postrado en la cama estuviera; supe la necesidad de empatizar durante estos días si mi intensión era no estorbar.

Tomándole de su mano y presenciando mas de cerca su deterioro físico, él parece despertar. Intrigado y lleno de incertidumbre, mientras lo miraba, estaba esperando sus primeras palabras. Pero... en vano pues, con sus ojos aguados, solo balbuceaba.

- Pensé que hablaba. - dije reclamando a mi abuela y a tía presente.

- Desde que le pasó lo del sábado ha perdido la capacidad... - respondió mi tía.

"Bien", pensé. Es probable que muera sin saber lo que me quería decir. ¿Me debería preocupar o afanarme? ¿Es importante para él? Si no es así, ¿Por qué me llamaba en principio?

El cerebro del abuelo no funcionaba del todo bien. A veces no era consciente de lo que sucedida, otras parecía más un bebé caprichoso y, en otras ocasiones, recuperaba por momentos la consciencia, mostrándose resignado y sollozo. Se diferenciaban estas fases por la necesidad que tenía de comunicarse; lo intentaba cuando recuperaba la consciencia, supongo. Los médicos no han dicho mucho al respecto de los momentos en los que es consciente o no; no es como si ayudara en algo para su rehabilitación. Lo que importaba era que su cerebro no dejara de funcionar y que sus pulmones colaboraran para que eso fuera así.

Piel y huesos.Where stories live. Discover now