Dear you [Klance]

ESPECIAL NAVIDAD

¡BIENVENIDOS AL ESPECIAL NAVIDAD 2019 DE Strange-Kiba! Desde esta comunidad os deseamos una feliz Navidad y próspero año nuevo. Pero sobre todo, esperamos que disfrutéis del capítulo que os traemos en fechas tan mágicas como estas.

Para celebrar nuestras primeras Navidades juntos, nuestra ilustradora ha tenido el detalle de dedicarnos un dibujo muy especial en el que salimos representado todo el equipo que trabaja en "Dear you". De modo que Lance, Keith, SaraDragonil1, Shiro-Kiba y  StrangeGRoxy respectivamente, os deseamos felices fiestas.

¡Que disfrutéis del capítulo!

P.D.: este capítulo no sigue el eje cronológico de la historia. En este, Keith ya está en el castillo y conoce a Lance por ser un jardinero de renombre entre la Corte de Altea.

Lance decidió dejarse caer sobre uno de los muchos bancos de piedra que rodeaban el estanque, bajo la protección de las pobladas ramas del sauce de los secretos, un árbol que pertenecía al reino Balmera. Hacerlo crecer junto al estanque no había supuesto ningún problema; el verdadero reto había sido lograr que sus hojas conservasen las propiedades mágicas que hacían de él un mito viviente.

La leyenda Balmera cuenta que su primera princesa estuvo enamorada de uno de los jardineros, y su lugar de encuentro era el estanque que había más alejado del castillo, casi en los límites del jardín. Allí crecían sauces de hojas que caían como cortinas, acariciando la hierba del suelo, pero el que destacaba de entre todos ellos era el sauce de luna llena, pues, además de ser el más alto de todos, sus hojas emitían una tenue luz amarilla cuando alguien las rozaba, simulando el inconfundible color de la luna llena.

La princesa balmerana y el jardinero se encontraban bajo sus ramas todas las noches. Incluso si llovía o hacía demasiado frío, el sauce siempre los protegía bajo el amparo de sus ramas, moviendo sus hojas como si fueran los pétalos de una flor abriéndose y cerrándose. Cuando ambos entraban en el círculo que formaban las hileras de hojas, las ramas se movían par encerrarlos en su interior, impidiendo que ojos curiosos pudieran posar su mirada en la pareja.