Al darse cuenta de que adelantó su confesión, no tuvo más remedio que explicárselo todo. El deber que tenía como hijo mayor, la batalla interna que libraba en su interior y que aminoró un poco. Habló de como adoraba ver hablar a Jiang Cheng sobre motocicletas o autos tan entusiasmado, cuanto le gustaba su caracter fuerte, se le hacía tierno verlo pelear con Wei WuXian; el hecho de que a pesar de parecer una mala persona, no tenía sentimiento malévolo en su corazón y que se sonrojara por cumplidos inocentes. Confesó que no quería que aquellas tardes que compartía con WanYin terminaran. Aseguró, ante el nombre de sus ancestros, que sus sentimientos eran verdaderos, que no buscaba burlarse de él porque le apreciaba. De verdad le quería.
Jiang Cheng se quedó ahí en silencio y con sus mejillas encendidas en rojo. Reaccionó al momento de escuchar a XiChen decir que sería mejor que volviera a casa.
- ¡Idiota! -fue lo que gritó WanYin antes de tomarle de las solapas y estampar sus labios en los contrarios. Fue rápido, un beso primerizo. Jiang Cheng hervía en vergüenza y nervios, se sintió aun más inquieto cuando Lan Huan se apartó mas su mente quedó en blanco cuando el Lan volvió a besarle esta vez de la forma correcta para profundizar aquella muestra de afecto.
Aunque amó el beso, Lan XiChen sabía que eso no había arreglado sus problemas. Jiang Cheng también lo reconocía, pero no rompería la magia del momento, todo lo contrario. Por eso propuso a su enamorado caminar por la playa para despejar su mente y hablar con calma. Funcionó, eso logró relajar a XiChen lo suficiente para volver a confesarse, con la diferencia de que esa segunda vez llevaba el toque y la elegancia Lan, pero los mismos sinceros sentimientos.
Lan XiChen rechazó de la manera más amable y humilde posible a la candidata para ser su esposa, alegando que aun no se sentía preparado para tal responsabilidad. Con cautela dirigió la atención de todos hacia otros asuntos de mayor importancia. Sí, Lan XiChen era egoísta al querer quedarse con WanYin.
Por tal razón, cuando el mismo WanYin lo arrastró a un viaje hacia el pueblo vecino no se mostró reacio; parecía un perrito moviendo su cola ante la indulgencia de su dueño.
Jiang Cheng no llevó su Harley en aquella ocasión, acompañó a XiChen desde el asiento del copiloto.
De acuerdo con el Jiang, había prometido a un amigo ir a revisar su coche lo más pronto posible. Ese amigo resultó ser Nie HuaiSang, el hermano menor de uno de los socios de XiChen. El chico estaba sorprendido pero feliz de verlo.
Volvieron a la carretera cuando Jiang Cheng hubo terminado su trabajo, llegando pasadas las ocho de la noche a casa del Lan. Tendrían su cena en esa modesta casa. El Jiang pidió a su novio, sí, ¡novio!, llevarle con Wei WuXian al terminar de devorar su plato. Vivía con esos hermanos desde ya hace algún tiempo, por eso el idiota de su amigo también le llamaba hermanito.
XiChen le invitó a quedarse en su casa, ya era tarde cuando terminaron de cenar y de nuevo llovía intensamente, podría ser peligroso salir a conducir así. Además, Jiang Cheng bebió alrededor de cinco copas de vino. Aun estaba lúcido, WanYin tenía una impresionante resistencia al alcohol -XiChen envidiaba tal habilidad-, pero no duraría despierto mucho tiempo.
El Lan trató de convencerle de que durmiera en su cama, XiChen se quedaría en el sofá. ¡Oh! Recordaba que tenía un futon guardado, podría usarlo en aquella ocasión.
Intentó levantar a su novio y cuando creyó que lo había logrado, Wanyin enredó sus piernas alrededor de la cadera de Lan Huan. Para XiChen no fue problema sostenerle, su cuerpo podría verse promedio, no obstante tenía extraordinaria fuerza y resistencia, sobre todo en sus brazos; los castigos de su tío al enviarle a escribir las reglas de los Lan mientras se sostenía con sus brazos habían valido la pena.
