Hot Teen

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  Eren bufó. Ya pasaron cuatro horas, y ese tiempo no hizo más que ver entrar y salir ebrios, maldito viernes. Un día de fiesta y él encerrado junto a un drogadicto, que se había tomado el trabajo de matar a la cucaracha. Que asco. Al cabo de unos minutos el drogadicto quedó libre tras el apoyo de su amigo, quien pagó su fianza, dejando a Eren solo de nuevo. Que aburrido, aún no había recibido noticias de si su madre estaba notificada de su estancia en la cárcel, aunque era probable que no, y el mismo resultado se veía con su padre. Bufó. De echo, el oficial Ackerman jamás volvió a entrar, suponía que como oficial de tránsito lo dejo en la comisaría y se retiró en cuanto se liberó de él. Que malo.

- ¡Me aburro!- gritó, escuchando el eco de su queja. Que vacía estaba esa parte de la comisaría, por amor de Dios. ¿Cómo podía estar tan vacía un día Viernes? ¡¿Por la noche?!.

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  Levi miró su reloj, las 12:45 de la noche. Suspiró, al fin. Su turno había terminado, o al menos lo haría en cuanto fuera la 1:00 en punto. Puso la moto en movimiento, regresando a la comisaría, debía registrarse en el sistema como "horario cumplido", de lo contrario su jefe enloquecería. Dios, ese rubio cejon era todo un dramático, si llegabas tarde a una cita por 5 minutos él ya había dado la orden al FBI para que te buscarán. Que hombre tan exagerado.

  En cuanto llegó, estacionó la moto y se quitó el casco, como odiaba usar esa cosa, se sentía sofocado... ¡Y era muy pesado! Pero siendo policía debía usarlo: "Por el bien de la humanidad", como solía justificar Erwin Smith, su jefe. Que hombre más ridículo por dios. Con un suspiro tomó las llaves de la moto y se dispuso a entrar, cuando de la comisaría salió una policía un tanto despeinada mirando su teléfono. Levi palideció, e instantáneamente intenta darse la vuelta y regresar a su moto, para huir antes de que la castaña le mirara, pero en cuanto sacó tocó el manubrio de la moto un grito le indicó de que ya estaba perdido. Con un bufido y mala cara volteó hacia la mujer.

- ¿Qué mierda quieres, cuatro ojos?- bufó. La castaña lo abrazó por los hombros, y el mayor no pudo evitar darle un codazo en las costillas para que lo soltara.

- ¡Adivina a quien le toca el turno nocturno!- gritó insinuosa. Levi abrió los ojos, para luego ponerse a la defensiva.

- ¡No es justo, a mí me tocó el fin de semana pasado!- ladró. Hanji Zöe, su compañera más insoportable e infantil de la comisaría, sonrió burlona.

- ¡Ah, no sé, enano!- alzó ambas manos, a modo de justificación de Uso palabras- Así lo indicó Erwin...- sonrió.

- Ese mastodonte...- masculló molesto, siempre le hacía lo mismo. Joder, que puto fastidio de sujeto.

- ¡Bien, te dejo!- sonrió, golpeando con palmaditas cariñosas la cabeza del azabache- ¡Y cuida al adolescente homicida de ahí adentro, creo que se tragó el cuento de las TicTac!- rió, corriendo lejos del alcance del otro.

- ¡¿Qué?!- la volteó a ver furioso, pero ya era tarde, la castaña ya no estaba en su campo visual. Frustrado entró a la comisaría. Petra aún estaba ahí- Petra, dime qué la estúpida no le dio nada a Jaeger...- se arrimo sobre el escritorio. La chica lo miró.

- De echo le jugó la broma de las TicTac...- indicó tranquila. Levi lanzo los ojos hacia el techo con frustración.

- Dime qué le indicaste que vomitara...- pidió, mirando con fastidio a la joven recepcionista.

- Lo hice, pero no me hizo caso...- contestó calmada. Levi se cubrió los ojos con una velocidad que pudo ser interpretada a un sinónimo de "palmface".

- Me tengo que ir...- bufó, caminando rápido hacia el cuarto de las celdas. Petra no dijo nada, apagó el monitor y tomó su bolso.

- Levi, yo ya me voy, quedas a cargo de la comisaría...- el mayor se detuvo al tocar el picaporte, y la volteó a ver- Reiner y Annie vendrán a las 3:40 a apoyarte...- indicó, para luego caminar hacia la salida. Levi asintió con la cabeza y giró el picaporte, cerrando la puerta tras él al entrar

- Mocoso...- le llamó, dando zancadas hasta el final del pasillo, tomando los barrotes de la celda del castaño, quien estaba recostado en el asiento de metal del fondo, mirando el techo con aburrimiento.

- ¿Qué?- respondió aburrido, sin mirarlo. Levi frunció el entrecejo.

- Oye, tienes que vomitar ahora..
Ya...- ordenó. Eren lo volteó a ver con una cara de ofendido total. Y con lentitud se sentó en la tabla de metal.

- ¿Qué cree que soy un perro? ¿Que hago todo lo que me diga o qué?- se cruzó de brazos. Levi viró los ojos.

- Mocoso estúpido, lo que esa mujer loca te dio no eran pastillas saborizadas...- Eren alzó una ceja y cruzó las piernas.

- Oh, no, yo creo que sí ...- respondió calmado- Porque eran pastillas... Y tenían sabor- lo miró con molestia, como si lo que el oficial hubiera dicho fuera una estupidez fuera de ese mundo.

- No, pedazo de idiota...- masculló, para luego apoyarse en las rejas- Lo que la estúpida esa te dio no eran TicTacs, eran afrodisiacos...- Eren lo miró por un momento- Efectivas...- Eren lo miraba en silencio- De rápida acción...- agregó, pero el chico lo seguía mirando con calma- Hace efecto a los 12 minutos...- Eren le sostuvo la mirada unos segundos más, para luego meterse los dedos en la boca lo más rápido posible, tratando de producirse el vómito. Levi solo lo miraba desde la reja.

- ¿Hace cuánto te la tomaste?- indagó con una mueca de asco, el chico vomitó, si, pero no veía nada de la pastilla. Eren jadeaba, arrodillado en el suelo.

- Me las tomé hace 15 minutos...- jadeó, limpiándose la boca con la manga de la chamarra, para luego quitarsela y arrojarla a un lado de él. Levi frunció el entrecejo.

- ¿"Las tomastes"?- repitió- ¿Te dio varias?- apretó los barrotes. Eren lo miró, con cansancio.

- Me dio 5...- se encogió de hombros, con las mejillas coloradas, no de vergüenza, de calor. Sentía que la temperatura aumentaba ahí adentro. El oficial chasqueó la lengua y tomó las llaves que habrían la celda de Eren de su cinturón.

- Esa estúpida no piensa...- mascullaba, abriendo la puerta, para asi entrar- De pie...- ordenó al llegar a él. Eren obedeció al instante, cobrándose un mareo por la velocidad de la acción- Va a matar de sobredosis a alguien un día de estos ..- siguió mascullando, tomando al castaño del brazo, y jalándolo fuera de la celda sucia, para así llevarlo hasta otra, la que estaba en frente para ser específicos- Quédate ahí...- ordenó, mientras buscaba entre el manojo de llaves la que abría esa celda.

  Eren jadeó por lo bajo, sentía demasiado calor. Con un suspiro, se quitó el pelo de la cara con una mano, lanzándolo hacia atrás. Necesitaba apoyarse en algo, no se sentía capaz de mantenerse de pie, y se dejó caer de lado, chocando su hombro contra la pared. Levi lo miró cuando lo vio caer de reojo, pero al ver que estaba bien, jadeando, pero bien, regresó u atención a la búsqueda de la llave. Eren jadeaba en silencio, el calor aumentaba aún más. Esas pastillas de mierda, esa loca maldita.

- Bien, entra...- dijo Levi, abriendo la puerta de la celda al fin, haciéndose a un lado para que Eren entrara. Pero Jaeger no obedeció. Levi lo miró al mirarlo- ¿Jaeger?- lo llamó, pues el sonrojo era evidente ahora, sus jadeos ruidosos, y el chico a duras penas podía mantenerse aferrado a la pared, ahora apoyando su espalda en ella para mantenerse de pie.

- Te juro... Que la voy a demandar...- espetó el castaño, entre jadeos. Su miembro dolía, ni lo quería ver, sabía que estaba erecto, de igual forma que el oficial lo sabía. ¿Qué hacer?

Imprudente (Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora