La base estaba lleno de luces, el frio estaba devorando el calor de los focos, siendo de noche el ruido en el área no cesó, los motores y la recarga de armas descontrolaban cualquier armonía. Los aviones eran almacenados, los cambios en los guardias, todo mantenía estrés y tensión siendo esta la segunda guerra mundial.
Hace no mucho el escuadrón 201 arribó en las tierras soviéticas, 30 personas que iban y venían de alguna misión dada, todas llenas de valor y sin embargo esas vidas llegarían a su fin en practicas y otras acciones.
México estaba arto de mencionar noticias a Urss. La ultima vez estos dos habían discutido por la falta de preparación que obtuvieron en los Estados Unidos, por ese rato llevaron una "Ley del hielo", el mayor soviético se volvió más rígido en la estrategia, mientras tanto, por el lado del mexicano era distinto, cada reunión era un motivo de acto de presencia y estar al tanto de los mandatos que se llevaran a cabo, siendo este un país neutro que pasó a un estado de guerra, era complicado saber que sucedería con el.
México se encontraba en la habitación que le proporcionó el mayor. Pasó la mano por su rostro para tratar de relajar esos músculos tensos.
"Urss está insoportable últimamente, tanto en el trabajo como con sus hijos, las cartas ni dejan de ir y venir. Estados Unidos siguiendo cada maldito paso al que voy, es tan descarado que dice cualquier estupidez frente a mi, ¿Por qué diablos tengo que ser su país vecino?"
" Reich tampoco puede parar, tienen una gran locura en su cabeza, sus ojos continúan dando miedo después de lo que causó en mi..."
Abrazó sus brazos de manera protectora, recibiendo escalofríos para después soltar un gran suspiro, liberando el estrés de cada pensamiento y noticia que se le notificaba.
" También está Japón, que no deja de chingar por estos lados, no mames, con que pinche raza me vine a juntar. Lo único que me calma hasta ahora es volar en los alrededores y pasar rato con los chamacos del patrón, al menos no salieron con carácter mierda como el"
Su expresión de molestia se hizo puchero.
El mexicano se levanto de su cama y comenzó a sentir una desesperación recorrer su cuerpo, quito las prendas superiores e inferiores a excepción de los calzoncillos, se sentó en la orilla de la cama y paso la mano por sus cabellos, suspiró para después relajar los músculos de su espalda.
"Ya no quiero pensar en todo esto, pero se presentan en mis propias narices"
El calor concentrado en su habitación estaba ahogándolo, rápidamente se giró y abrió las puertas del balcón. El frio intenso se hizo presente, tanto que se abrazó a si mismo por la estúpida acción que hizo, sin embargo, había funcionado, aquella molestia desapareció con cierto tiempo.
Las alas de México se extendieron de su espalda y desplegándose para captar aquella brisa helada de donde comenzaron a caer pequeños trozos blancos. Neva, México alza la vista y encuentra copos de nieve caer, el frente lleno de arboles a una buena altura, tomo unos cuantos copos de nieve en la yema de los dedos mirándolos de una forma relajada.
Las risas fuertes de unos niños le hicieron bajar la mirada, pero sus globos oculares se abrieron de impresión viendo se quienes se trataban;Los hijos de URSS, Rusia, Ucrania y Bielorrusia , estaban en pequeñas montañas de nieve acumulada con sus respectivos gorritos, aunque quedó confundido por que siempre estaban los 4 niños juntos ¿Donde estaba el otro?
No hubo tiempo para tratar de buscar alguna respuesta, el sonido de detonaciones cercanas, cada vez mas cerca se hacían presentes en la residencia del mayor.
No se equivocaba en su predicción.
Una parte del edificio, al oeste de donde estaba el mexicano estalló a gran escala. Los gritos y el sonido de las llamas estaban haciéndose notar, el tricolor se apoyó en la parte rocosa del balcón, el temblor que causó tal objeto,el volvió a levantarse, caminar de regreso a la habitación para hacer de refuerzos, sin embargo volvieron aquéllos sonidos anteriores al conjunto de avionetas, miró hacia arriba y la bandera de Japón se podía notar en los costados.
"Chingado, ese pendejo me hace emputar"
Los niños aparecieron en su mente. Con la aguda vista los buscaba; Ucrania y Bielorrusia no estaban en los alrededores ahora, pero Rusia no aparecía, hasta que no muy lejos había un pequeño que se arrastraba en vano con una pierna atascada entre las raíces de los pinos. Las alas ya libres se estiraron , mas que antes, parecían mas grandes. México retrocedió y con el impulso, fuerza, ya se encontraba cayendo desde el mas alto piso de donde estaba. El mismo sonido, ahora caía a la par de donde el caía, impulso las alas oscuras y estiró los brazos para coger precipitadamente al niño, a Rusia.
La explosión fue a tan solo metros, causando daño y cambios bruscos en el aire, que causó que México ladeara y chocara contra uno de muchos pinos envueltos en nieve, este protegió al crio envolviendo su cuerpo hasta el momento que recibieron el duro impacto. Las fuerzas que mantuvo instantáneamente desaparecieron al igual que su conciencia.
Rusia se encontraba temblando en un shock, no le entraba en la cabeza que acaba de pasar, sus dedos estaban aferrados a un pecho donde el color carmín de unas gotas comenzaron a manchar las yemas. La cabeza de México se lesionó. El niño gritó del miedo y junto las manos con sangre del contrario, las pego a su pecho y las lagrimas corrieron, cálidas para unas frías mejillas.
—¡Мистер Мексика! ¡мистер Мексика! ¡проснись! (¡Señor México! ¡SEÑOR MÉXICO! ¡DESPIERTE!)
Temblaba del miedo, no sabía que hacer, la nieve tornaba roja poco a poco y ahora el niño se desmayo con el otro, no lograba captar tal impacto mental.
Poco tiempo después, uno de los escuadrones los identificó, gracias al llamado desesperado del otro niño; Kazajistán. URSS se encontraba liderando el grupo y al encontrar la escena, encaminó al Mexicano cargándolo en sus brazos sin la ayuda de nadie, Rusia había sido llevado por un Finlandia adolescente de la misma forma, los niños y personal de salud iban por detrás y cayendo tras las habitaciones que no se encontraban abarrotadas de heridos, todo era un caos en ese momento.
El mayor soviético reunió a todas las tropas que estaban en el área, generales y aquellos otros mayores para tomar las riendas del asunto que ahora se había vuelto grave al ser atacados sorpresivamente. A pesar de todo esto, el mantuvo su misma expresión facial, la diferencia es que se había vuelto como un hielo rígido y difícil de romper que causaban escalofríos del terror a la gente en su alrededor. Su pecho estaba en alto y extendió su mano contra el mapa poco maltratado, la voz profunda apareció.
—Продолжай, можешь уходить. (Procedan, pueden irse.)
Reunión tras reunión, noticias de bajas, las perdidas materiales comenzaban a atiborrarse contra este, aunque su prioridad se encontraba en las habitaciones separadas, el orden y el poder sobre las acciones le volvían loca la cabeza.
Con silencio entró a una habitación oscura y ahí estaba, recostado con vendas en algunas áreas de sus miembros, pero su cabeza se encontraba a medio cubrir, manchas de sangre asomándose, no era grave, había recibido un tratamiento médico alto. Se aproximó a la cama, mirándolo atentamente, cada mínima característica y cicatrices que le había provocado la guerra en el que se encontraban.
Esa noche termino en silencio sepulcral, dentro de aquel pasillo de las personas aisladas se encontraba Kazajistán, enfrente de una puerta a medio cerrar que dejaba que la luz proveniente de la habitación le iluminara la mitad de su rostro, el cual se encontraba atónito al estar presente en tal escena.
Urss manteniendo los labios pegados suavemente sobre los de un México inconsciente.
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Reinicia el momento
أدب الهواةLos países no pueden morir, complicado es que mueran. Ellos tienen aquella maldición que le hace resucitar y continuar en una vida infinita. México, quien ha muerto varias veces en toda su vida, se encuentra con distintas situaciones que debe resolv...