Capítulo 1: Canción incompleta

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Bostezó, sus músculos quejándose ante el estiramiento que sufrieron. Había dormido bien. Alzó los brazos por sobre su cabeza, arrastrando con ellos el pelaje que era su lecho. Se levantó, el viento se dignó a soplar dándole un tremendo escalofrío.

–¡Ah! –gritó. Sus patas arrastrándolo hasta chocar contra más pelaje. Miró hacia la gran hembra. La Madre Naturaleza–. ¿Uh?

Ella sonrió. Sus grandes manos cubrieron la mayor parte de su forma, protegiéndolo del frío.

Ahora eres un cachorro de la naturaleza. O como se suelen llamar a sí mismo, un humano. –dijo la voz con un tinte distinto. Parecía satisfecha con cualquier cosa que le hubiese hecho, pero al mismo tiempo lucía preocupada–. Tu familia ya sabe, cachorro de la naturaleza.

Abrió sus ojos grandemente. ¿La manada sabía que iría por ella?

Y saben, para tu dolor, que posiblemente no regreses.

Asintió, su pelaje moviéndose sobre su lomo. Era frío y le hizo cosquillas. Agachó la cabeza y miró como unas largas hebras blancas se balancearon sobre una piel pálida. Un gritó se atoró en su garganta. Su pecho se estrujó, una dura masa alojándose en su estómago. Como una piedra pesada tirando de su cuerpo hacia abajo.

Ya no era una bestia de nieve.

Comenzó a respirar profundo, una nube blanca alzándose cuando su aliento caliente entró en contacto con el frío de su montaña. Se rodeó con los brazos largos y sin pelaje que ahora posee. Frotando su piel en busca de calor. Sus ojos picaron y pronto una lagrima se derramó de cada uno. Este era un pésimo momento para entrar en pánico, mucho menos era el correcto para arrepentirse. Pero no estoy arrepentido. Ese pensamiento le sacó un gemido.

Shh... Tranquilo. –le arrulló–. Se fuerte. Te instruiré en los conocimientos que debes tener para encontrarte con ella. Por ahora, debemos irnos donde puedas sobrevivir.

Una ráfaga de aire frío, gélido, sopló alrededor de ellos como un remolino. La vista de la montaña quedó detrás de la barrera de viento y nieve. El frío comenzó a ser insoportable, estaba por quejarse cuando sintió que la temperatura subía. Poco a poco el aire frío se entibió hasta ser tolerable. Suspiró. Sus pupilas se agrandaron al notar el remolino cambiando levemente de color verdoso. Cuando el aire se disipó, estaban en el bosque, cerca de la aldea si recordaba bien. Miró los arboles alrededor. Una leve risa salió de él; había varios arbustos de moras a su alrededor.

¿Recuerdos agradables? –regresó su vista a la hembra y asintió efusivamente–. Muy bien. El habla es algo en lo que trabajaremos ahora mismo.

Ladeó el rostro.

Ella lo dejó con suavidad en el suelo. Se alejó unos pasos y el ahora humano hizo un pequeño "¡Oh!" al ver retraerse el pelaje de la hembra. En su lugar una piel rosada cubrió su cuerpo. Ella parecía una humana, como ella. Pero muy grande. Su tamaño no había menguado ni un centímetro al de la bestia de nieve que antes era. Miró curioso como la piel rosada se movía dejando ver de ves en ves sus patas, notando igualmente que cubriendo su estómago había piel más oscura del tono de los árboles. Miró hacia abajo y después hacia la Madre Naturaleza. Ella le hizo un gesto para que se levantara.

Jamás creyó que caminar erguido lo hiciera sentir tan pequeño. ¿A dónde fue su tamaño? Se miró repetidamente, de pies a cabellos, de su cuerpo hacia los árboles que lucían más grandes que en antaño. Por favor, que hayan crecido.

Un humano no es tan grande como una bestia de nieve. –Dirigió su mirada hacia la hembra. Ella estaba sentada frente a él con sus grandes ojos risueños. Era gracioso que, aun estando sentada, él tuviera que levantar completamente la cabeza para mirarla a la cara. Parpadeó al ver cambiar el azul de sus ojos a uno similar al de las bayas rojas. Las pestañas que los bordeaban eran grises, un poco más oscuras que sus larguísimos cabellos traslucidos. Bonitos–. Pero hay humanos cuya melena es tan blanca como la de las bestias de nieve. Por eso la he dejado en ti. Si alguien pregunta, solamente dirás que eres albino. –una mano de piel oscura, como la tierra, bajó hasta tomar gran parte de su melena y posarla frente a sus ojos con delicadeza–. ¿Está bien así de largo?

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2020 ⏰

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