-¡Otra vez!
Escuchaba Gary, aturdido en el suelo, mientras recibía una paliza de parte de Rha-zar.
-¡Vamos, muchacho! Usa esos poderes de los que tanto te enorgulleces. Si no puedes vencerme a mí, lo tendrás muy dificil en la Contienda de Campeones. Ya que allí hay seres que igualan e incluso superan la fuerza de un guardia real como yo.
-Vamos, no seas tan duro conmigo. Tú tienes mucha más experiencia que yo-exclamaba Gary desde el piso.
-Con tus poderes podrías derrotarme fácilmente, si sabes usarlos, claro. Ahora arriba, otra vez.
22 se levantaba y antes de que pudiera adoptar alguna pose de lucha, Rha-zar lo tiraba al piso nuevamente.
-En una pelea cualquier cosa puede pasar. Hay que estar preparado para todo, la victoria nunca está asegurada. Por eso tienes que darlo todo siempre.
-Pero... ¿Y si me derrotan?
-Te levantas y lo intentas de nuevo.
Y así, pasaron horas entrenando.
-Muy bien, suficiente por hoy. Debes descansar para recuperar energías. Tu próximo combate podría ser en cualquier momento.
Antes que 22 pudiera entrar a su celda los guardias le detienen.
-¿A dónde crees que vas? Es hora de tu siguiente combate.
Gary se encontraba agotado por el entrenamiento. Ésto no pintaba bien para él.
QUERIDOS ESPECTADORES, EN ÉSTA OCASIÓN NOS ENCONTRAMOS NUEVAMENTE AL COMPETIDOR NÚMERO 22, UNO DE LOS FAVORITOS DEL PÚBLICO, EN SU CUARTO COMBATE. SI GANA, ESTARÁ A TAN SOLO UNA VICTORIA DE CLASIFICAR A LA GRANDIOSA CONTIENDA DE CAMPEONES.
SU OPONENTE, HACIENDO APARICIÓN POR PRIMERA VEZ, PROCEDENTE DE UN PLANETA SIN NOMBRE EN LOS CONFINES DE LA GALAXIA ANDRÓMEDA, EL COMPETIDOR NÚMERO 30.
Éste ser parecía ser un niño, de muy baja estatura, muy delgado, con ropa holgada y un pequeño cuerno en medio de su frente. Parecía asustado.
¡QUE COMIENCE EL COMBATE!
22 no sabía qué hacer. Ésta vez se enfrentaba a un niño.
-Si puedo someterlo a una llave y hacer que se rinda, quizá me den la victoria. Ya he asesinado a otros competidores antes pero... ¿A un niño? No podría seguir adelante tranquilo con eso en mente. Ni siquiera sé si podría matarlo. Aún tengo códigos después de todo-Pensaba Gary.
Entonces, sin dudarlo, 22 se lanzó rápidamente hacia su oponente, apareciendo por detrás de éste, y lo tiró boca abajo al piso.
Aplastandolo con su rodilla, Gary le decía:
-Ríndete, niño. No me obligues a hacer algo que no quiero.
-¡Sueltame!-decía 30 entre lágrimas.
-¡Vamos! ¡Sólo di que te rindes!
-Dije que... Me... ¡¡SUELTES!!
En ese momento, las pupilas del niño se tornaron de color morado. 22 comenzó a brillar del mismo color y a levitar en el aire.
-¡DÉJAME EN PAZ!-Exclamaba el niño.
Gary salió disparado hacia una de las paredes de la arena.
Antes de que pudiera siquiera reaccionar a lo que había pasado, estaba levitando nuevamente y saliendo disparado hacia otra de las paredes a toda velocidad.
Éstos choques normalmente no le harían mucho daño pero 22 estaba exhausto por su entrenamiento con Rha-zar.
Apenas pudo ponerse de pie y el niño estaba apuntando con sus manos hacia arriba.
Al levantar la cabeza, 22 vió una enorme pila de rocas sobre su cabeza que cayeron sobre él con violencia.
-No me subestimes sólo porque soy un niño. Te mataré.
La esperanza comienza a desvanecerse.
