Cap 1: [ Él ] Familia

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"...Él..."

-Si pudiera sacarla de este horrible lugar y darle lo que más anhela en el mundo, sería suficiente para llenar mi alma errante de felicidad y podría descansar eternamente con el recuerdo de su sonrisa en mi memoria.- susurré en la oscuridad sin dirigirme a nadie en particular, solo deseaba decirlo una vez aún si ella no estaba presente para escuchar mi declaración.

-Eres un idiota -bufó una sombra en la entrada de la cueva- Sabes muy bien que no debes hablar con ella y sin embargo lo has hecho, ¿Cómo crees que yo podré manejar la responsabilidad de tus descuidadas acciones?

-Lo siento por tí, Riel -sonreí ante la imagen de ella moviendo frenéticamente la cabeza en desaprobación- Pero no tienes que tomar mis responsabilidades, yo elegí seguir así... de esta forma, y quiero continuar hasta el final.

-No hables! Toda esa mierda que estás diciendo es porque te has encariñado con tu humana.- su voz sonaba dura, estaba muy enojada con mi decisión- Te lo repetí hasta el cansancio... "NUNCA TENGAS SENTIMIENTOS POR UN HUMANO".

-Y no los tengo, tranquila.

-Mentira cualquier palabra que pronuncian tus labios! Si querías experimentar algún sentimiento por un humano, ¿Por qué no elegiste el odio? -se lamentó.

Riel era un reflejo femenino que aborrecía a su humana, nunca me contó nada sobre lo que sucedió el tiempo que ella estuvo desaparecida. Nosotros crecimos juntos y somos más unidos que los otros. Normalmente un reflejo nace a la vez  que un humano y así se conectan con una cinta azul irrompible que los une a través de los dos mundos. Nosotros no nacimos con un humano predestinado, no estoy seguro de los detalles pues las sombras se niegan a contárnoslo pero se dice que Riel y yo nacimos del último suspiro de una sombra rodeada de luz. Para las sombras, que son nuestras madres, la luz es mortal; en cambio nosotros, los reflejos, necesitamos de la luz para existir. Sin embargo, para estar cerca de nuestras madres y protegerlas vivimos en un complejo laberinto subterráneo conectado con cuevas antiguas en la superficie. Para nosotros no es vida, necesitamos de la luz y ese hecho es considerado una traición para nuestras madres.

-¿Tu humana está estudiando teatro otra vez? -no oculte mi sonrisa, sabiendo que eso la enfadaría aún más. Tenía razón.

-¡Esa perra no hace otra cosa que no sea practicar frente al espejo todo el tiempo! Nunca pensé que podría recitar todos los diálogos de “Romeo y Julieta” de memoria… ¿Sabes qué es lo irónico?

-Nunca podría adivinarlo- comenté divertido. Amaba verla frustrada, su expresión siempre era tierna; juntaba sus labios formando un puchero y los hacía temblar de una forma tan adorable que no podía evitar reír a carcajadas, luego ella se enojaría y me mandaría a la mierda con ese vocabulario tan impropio de una dama.

-No te burles! Eres muy malo conmigo... -su mirada evitó la mía mientras inclinaba la cabeza hacia el piso, un sentimiento de culpa me invadió pues sabía sus siguientes palabras- Neo… ¿Cómo puedes… olvidarte de mí durante tanto tiempo? Yo… te extrañé mucho.

- Lo sé, pequeña -caminé hacia ella y la envolví en mis brazos, parecía tan frágil y pequeña- Nunca me olvidé de tí, créeme Riel, siempre te llevo conmigo. Somos familia, ¿verdad?

Sonrió a medias antes de asentir con la cabeza, la abracé aún más fuerte y un sonido ahogado escapó de sus labios. Me tensé, inmóvil.

-Yo… -se removió inquieta, intentó salir pero mis brazos la mantuvieron firme en el lugar- Debo ir con mi humana, Neo. Suéltame.

-No hasta que me expliques qué demonios fue eso. ¿Estás herida? -sacudí la cabeza con incredulidad, eso era imposible. Le dí vuelta con extremo cuidado y la miré a los ojos- Dime qué sucede.

-Nada -respondió al instante sin apartar la mirada. Ése fue su error, ella era demasiado buena mintiendo pero yo había desarrollado un habilidad para detectar sus mentiras.

-Nunca podrás engañarme, Riel. -con una mano le apreté el hombro para evitar que escapara mientras con  la otra le levanté suavemente, y con el mayor decoro posible, la ropa a la altura de los omóplatos, dejando su espalda descubierta. Dos heridas paralelas abiertas que cruzaban en diagonal desde su hombro izquierdo a las costillas derechas me saludaron triunfantes, se burlaron de mí y mis promesas. Le había jurado a Riel protegerla y no permitir que la lastimaran, claramente le había fallado.

-No es tu culpa, créeme - empezó a hablar pero con una rápida mirada sus palabras murieron en sus labios, los apretó mientras en sus ojos se formaban lágrimas de dolor.

-Yo decido si es mi culpa o no. -me las arreglé para hablar, la rabia me consumía- ¿Quién?

-Nadie…

-Creo que no has entendido. -comenté con voz inexpresiva- Te estoy preguntando, ¿Quién lo hizo?

-Exiges una respuesta que no tengo, no lo sé…

Fuego líquido corría por mi cuerpo, necesitaba aplastar algo, matar a alguien. Capté un destello de luz, Riel se desvanecía, muy oportuno para ella.

-Esto no ha terminado. Te esperaré y hablaremos. -rugí mientras ella entraba en el espejo más próximo.

Las cuevas están decoradas con espejos que nos transportan al mundo de los humanos. Noté que yo también me estaba desvaneciendo. Molesto conmigo mismo atravesé mi espejo y unos hermosos ojos plateados se iluminaron al verme, me saludó con una sonrisa tan cálida que sentí parte de mi ira disminuir.

-Bienvenido a casa.

-Cómo estuvo la salida? -pregunté suavemente.

-¡Me divertí mucho! Hay muchas cosas hermosas afuera, de hecho, cuando salimos…

Kali salía todos los fines de semana, acompañada por una doctora, exploraba el mundo fuera de su prisión. Yo no podía ir con ella, porque así como ella estaba encerrada en este lugar, yo tenía mi propia jaula de cristal. Nunca podría estar a su lado y consolarla como ella necesita, solo me queda poner mis esperanzas en palabras. No soy suficiente para ella, ¿Cómo podría serlo si soy su reflejo en un viejo espejo? Yo no debería existir, pero negar mi existencia sería negar la de Riel y la oportunidad de permanecer al lado de Kali.

-¿Sucede algo? No dijiste nada. -su voz sonaba apagada por la preocupación.

-No pasa nada. Parece que te divertiste mucho, ¿Ella fue buena contigo?

-Se portó un poco raro, no dejaba de insistir en divertirnos y pasarla genial como si fuera el último día de salida. -frunció el ceño y miró fijamente los ojos de su reflejo- Ahora que lo pienso, Minne parecía muy triste pero sonrió todo el tiempo.

Aquello me intrigó, algo tramaban y no debía ser nada bueno. Alguna desgracia venía en camino, lo presentía. Riel siempre dijo que yo había heredado las habilidades únicas y especiales de la Luna, nuestra benefactora y diosa benevolente con los pecadores oscuros.

-No!

Un grito agudo atravesó mis pensamientos y mi corazón se detuvo, metafóricamente. Kali estaba arrodillada suplicando al causante de sus temores, su “doctor”. El hombre vestido de bata blanca nunca fue de mi agrado,  había algo en él que gritaba peligro y mi intuición nunca fallaba. Un chico estaba parado detrás, mantenía una sonrisa y una postura relajada. La realidad me golpeó.

-Por favor, se lo suplico… Me portaré bien, dejaré de salir si eso es lo que quieren… pero por favor… no…

-Nada de súplicas, vamos, arriba. Este chico es tu nuevo amigo.

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Aquí el primer cap~ >.< espero que les guste, dejen comentarios n.n acepto sugerencias de cualquier tipo~ Como se darán cuenta este es un shojo y es la primera vez que publico uno así que sean consideradas con cualquier error~ Estoy muy emocionada con esta historia y quiero agregar que me gustan las historias de tragedia y la venganza, por lo que habrán muertes (? ~

*aquí un adelanto: En el próximo cap empiezan los problemas (?

by: Gaby~

My Beloved Scar: The brunt of youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora