ᴍᴇɴᴏʀ Qᴜᴇ ʏᴏ [ ᴊᴜɴɢᴡᴏᴏ ].

1

-Cuida de él por favor, necesita de alguien y no tengo a nadie más que a ti.

-Claro tía, cuidaré de él, sólo confía en mí.

-Claro que confío en ti Eunni ¡muchas gracias!.

-Sí tía, nos vemos, cualquier duda que tenga te mandaré mensaje.

-Te dejé sus datos en está pequeña libreta, cuidate y cuida de él, hasta luego Eunni y de nuevo ¡muchas gracias!.

-Adiós tía!.

Mmm Kim Jungwoo, 15 años, hijo único, es callado, tuvo un intento de suicidio y está por destrozar su vida... okay ¡yo puedo!.

Toc toc.

No está en su habitación?

-No me importa si estas en calzoncillos, voy a pasar -avise-.

Encontré un niño sentado en la silla que acompaña su escritorio y al parecer estaba dibujando...

-Hey ¡hola!, wow tu dibujo es muy lindo -dije, en verdad este era muy simple, se veía que no sabía dibujar pero aún así si él lo hacía era genial-.

-¿Qué quieres? y ¿quién eres? -dijo mirándome-.

-Eh, soy Lee Eunni, tengo 16 años y estoy en primer semestre de bachillerato.

-Eres quien mi mamá dijo que me dejaría para cambiar?.

-Se supone ¿no?, la tía me dijo que eres muy callado pero te ayud...
-me interrumpió-.

-Nadie me hará cambiar, deja de hacer está gran idiotez, ¿eres estúpida? -dijo amenazante-.

-Ja... eso ya lo veremos Kim Jungwoo y si fuera realmente estúpida no estaría aquí, por cada vez que digas una mala palabra a mí o a quien sea te iré quitando algo preciado ¿entendiste? 
-acaricie su cabello color chocolate-.

-¿Preciado?, ni siquiera quiero a mi propia familia -dijo levantándose de la silla-.

-Ups celular, es mejor que le digas adiós, nos vemos Jungwoo -dije saliendo de la habitación-.

-Lee, regresa eso, no te pertenece -gritó fuera de la que ahora es mi habitación-.

-Te lo dije Kim, ahora ésta pobre estúpida no te va a devolver nadita -dije con una pequeña risa-.

Entonces fue cuando Jungwoo entró a mi habitación.

-Te voy a golpear si no me lo das -dijo-.

-Okay hazlo, te espero.

-No me hagas hacerlo ton... Lee
-ahora intentas no decir malas palabras... punto para mí-.

-Te lo daré después, ahora salgamos a comer que tengo hambre -dije sobando mi estómago-.

-Ni creas.

-Está bien entonces el castigo de dos días sera de una semana -dije tomando mi suéter-.

-Baaaah es en serio?.

-No tengo porque mentirte Kim.