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   Hacía casi una semana que habían dejado atrás la aldea. En su viaje pasaron por granjas, torres destruídas y algún castillo de grandes señores.
  Diniel fue recompensada con un baño caliente y una cena magistral, así cómo les gusta a los ricos; así esperaba Tenett que no tendría nada de que quejarse.
   Sus hombres iban en fila por el camino. Sus armaduras y espadas envainadas alejaban tanto a bandidos como campesinos. Tenett no lo llamaba miedo, prefería la palabra respeto.
  Sus provisiones aún no se agotaban, eso era tranquilizador. Después de lo que el capitán Salverd le comentó, sus intenciones de viajar al sur se desvanecían.
  No pensó que los tanicos se unificaran en un solo ejército, todavía lo dudaba. Si era verdad, no llevaría a sus hombres a una muerte segura. La Compañía Parda a duras penas contaba con un centenar de hombres.
  Tenett había informado a sus oficiales, de los cuales casi todos estaban de acuerdo con dirigirse al sur y combatir a los tanicos. Solo Landel y Fælin se habían resistido un poco, pero al final accedieron todos. Tenett sonrió amargamente y los despidió a sus tiendas.
_¿Estás preocupado Tenett?_ preguntó Landel acercándose al trote.
_ no te imaginas cuánto _ bufó Tenett_. Trato de hacer lo posible por mantenerlos a salvo, pero parece que lo único que les importa es morir.
_ sabes que no es así _ replicó el anciano.
_ si no fuera así, me agradecerían por lo que hago por ellos _ masculló Tenett_. Sin embargo, podrían rebanarme el cuello si no están de acuerdo con mis decisiones.
_ tú eres el líder Tenett, y te respetan, eso te lo aseguro_ Landel se acarició la barba_. Sólo se creen invencibles, se tienen quizás demasiada confianza. Pero ellos esperan que les permitas demostrarte su potencial.
_ ¿eso significa que debo dejar morir a la mayoría?_ gruñó Tenett_. No gracias.
_ no _ Landel dió un respingo_. Por supuesto que no. Sólo déjalos  hacer lo que quieren. Si tienes razón te lo reconocerán, de lo contrario será al revés_ pero suspiró lentamente _. Pero sólo es una sugerencia, tú decides qué hacer.
  Siguieron avanzando por el camino ya escarpado. Las montañas del norte eran visibles desde aquella distancia, altas y de puntas nevadas.
  A lo lejos, resplandecían los oscuros muros y torres del castillo. La piedra negra lo resaltaba del blanco de las montañas. No era muy grande, pero sí imponente, construído en las laderas de las montañas. Sus torres eran redondas y la barbacana daba a un camino escarbado en la piedra. La torre del homenaje también era redonda y extremadamente grande; sus tejas eran de un color rojizo apagado.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2020 ⏰

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