•3•

1.1K 133 10
                                    

Lunes 7 de Abril de 2007

Hyungwon

Desperté con un dolor intenso en la cabeza, sentía mis ojos pequeños, adoloridos, mis pestañas estaban pegadas al borde interior del párpado y mis labios resecos ardían, dolían, por más que pasara saliva sobre ellos nada lograba refrescarlos.

Después de lo sucedido con Hoseok subí a mi habitación para arreglar la deteriorada apariencia que adquirí.

Cuando volví al jardín, todo se volvió incómodo, nuestras familias se morían por preguntarnos qué era lo que había sucedido, pero nuestras expresiones solo demostraban rabia, con nuestra simple mirada advertíamos no ser cuestionados.

Y así fue, todos respetaron nuestro silencio.

El resto del día tuve su mirada encima, a diferencia de mi, él estaba intentando estar bien, respondía con su típico carisma, sonriendo de oreja a oreja, todo su comportamiento era falso, forzado.

Y luego estaba yo... Ahí, apagado, vacío, sin color alguno.

Cuando la familia Lee se retiraba, Hoseok se acercó a mi, su mirada suplicante logró que tuviera un poco de piedad por él.

—Espero que algún día puedas perdonarme.

—No tengo nada que perdonarte, lo único que deseo de ti es que te alejes. De ahora en adelante será como si hubieses muerto— Bajó la mirada, conteniendo inútilmente las lágrimas.

— ¿Fue tan malo lo que hice?

— Has arruinado todo lo que construimos estos años, arruinaste nuestra amistad— Necesitaba calmarme, no quería volver a explotar, y menos en frente de nuestros padres que conversaban alegremente sobre cuándo sería la próxima vez que se reunirían.

Podriamos construir algo nuevo— Ver la esperanza en sus ojos era algo doloroso, algo que nunca podría admitir gracias a la rabia que me tenía cegado.

—Entiéndelo, mandaste todo al carajo, maldito bastardo— Dije entre dientes, exasperado, ardiendo de resentimiento. Hoseok suspiro derrotado.

—Te...—Hizo una pausa y sus apenados ojos brillaban— Te quiero, Hyungwon.

—Te odio, Hoseok— Sonreí victorioso, mordiéndome el labio, pensando que finalmente le había ganado una batalla.

El sólo asintió y caminó cerca de su familia y la mía, quiénes al verlo en ese estado se mostraron preocupados para después girar su mirada en dirección a donde yo estaba.

—Por favor, a mi ni siquiera me miren, parece que últimamente todo es mi culpa— Dije fastidiado pasando de largo, ignorando sus preguntas.

Cuando llegué a mi pieza, me encerré con llave y al fin dejé que todos mis sentimientos salieran.
Finalmente me rompí hasta quedarme dormido.

Sabía que a partir de ahora seríamos unos desconocidos, el tomaría su camino, y yo el mío.

Porque seamos honestos, las cosas no volverían a ser como antes aunque lo intentáramos.

Se acabó.

Me levanté a bañarme, a duras penas podía ver, me sentía mareado, cansado.

En el momento en que salí en dirección al baño, me encontré con mi pequeño y adormilado hermano. El cuál saltó del susto al verme.

—Hyung ¿Pero que te ha pasado? Luces horrible ¿Quién te golpeó los dos ojos?—Reí por lo inocente que era, afortunadamente aún no sentía lo que era llorar hasta quedarse dormido.

Te odio, Hoseok ; 2wonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora