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–¿Están enojados? –preguntó Rin esperando un "No" como respuesta.

–Sí y mucho –dijo Jin una vez que se encontraban dentro– Y estarán castigadas.

–P-pero no hicimos nada malo –dijo Rin– Sólo íbamos a jugar.

–¡¿Pero cómo se les ocurre quitarse la ropa?! –gritó Jin asustando a su esposo.

–P-pero no teníamos traje de baño –murmuró Misa al borde del llanto.

Jin suspiró tratando de calmar un poco su enojo. Llegaron a la mansión y una vez que estaban todos fuera del auto habló Namjoon.

–Niñas... lo que hicieron ahí, no fue lo correcto –dijo sacando las llaves de la casa para abrir la puerta– Una chica no debe mostrar... por donde hace pipí. ¿Entienden?, si querían entrar a la alberca debieron decirnos a Jin o a mi. Espero que el castigo que tendrán, haga que aprendan una muy buena lección de esto–dijo para finalmente abrir la puerta y dejar que todos entraran para después entrar él y cerrarla.

–Esta bien –asintieron las niñas bajando la mirada.

–Y... ¿cuál será el castigo? –preguntó Jiwoo.

–No habrá postre ni dulces, no saldremos a algún lugar divertido y... echaremos al gato. –dijo Jin y fue a la cocina.

–¿QUÉ? ¡El gato no! –gritó Misa.

–En primera... ¡No me grites! – gritó Jin asustando a todos y salió con un pedazo de pastel en la mano– y en segunda ese es su castigo por estar haciendo eso y mostrar su...

–¡Yo no mostré nada de eso! ¡Yo no me quite mi calzón! – gritó Misa defendiéndose –¡Sólo fue Rin!

–¡Yo tampoco me quite mi calzón! –dijo Jiwoo defendiéndose de igual manera y Jin mordió el pastel y empezó a masticar rápidamente tratando de relajarse.

–¡Traicioneras! –gritó Rin haciendo puchero.

–¡Cállense! – gritó Jin de nuevo asustando a todos por quinta vez en el día.– Mañana hablamos de esto, ya vallan a dormir. –dijo antes de subir e irse a su cuarto, Nam se despidió de sus hijas con un beso en la frente y se fue a dormir al igual que todos a excepción de Jimin que se fue a terminar lo de la mañana.
–Tranquilo, ya no estés así –dijo Namjoon mientras abrazaba a Jin por la espalda. Ambos estaban en la habitación a punto de dormir pero Jin no podía, seguía pensando en lo que sucedió en la casa de los vecinos.

–Lo siento, yo... sólo me sorprendí y no esperaba que algo así pasaría.

–Te entiendo, yo también me sorprendí. Pero ellas no lo hacían con esa intención, son unas niñas y ellas no saben de... ese tipo de cosas.

–Lo sé, pero de todos modos hablare con ellas mañana– suspiró y se sentó en la cama.

–Sigues tenso, ¿quieres tomar una ducha? –preguntó Nam sentándose a su lado y Jin lo miró a los ojos. – ¿Estás bien?– se acercó más a él.

Jin tomó la cara de Nam entre sus manos y se acercó más a él, acarició el rostro del contrario haciendo que éste cerrara los ojos ante la acción. Se acercó más a él haciendo que Nam abriera los ojos para después lo besó tiernamente. Ambos se separaron por la falta de aire pero Nam juntó sus labios de nuevo con él castaño formando un beso mas corto. Al separarse juntaron sus frentes.

–Haz que esta noche se me pase el enojo –susurró Jin aun sin abrir los ojos y sintió como Nam soltó una pequeña risa y ahí abrió los ojos, se levanto y se dirigió al baño– Pero primero me ducharé.

Quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora