Learning To Be Strong

[3]

Después de que mamá saliera casi corriendo de la habitación con la idea de avisarle a mi Padre que he aceptado su propuesta, me doy una ducha y me cambio a algo más casual, esta temporada en Mistyc Falls es muy calurosa por lo que opto por un short de mezclilla, una blusa blanca de tirantes con botones solo en la parte del busto y mis converse blancas.

Tomo mi mochila color vino de cuero y meto los papeles necesarios para darme de baja en la escuela, meto un suéter ligero por si las moscas y los antidepresivos. Ya me he tomado los de hoy, pero es mejor prevenir que lamentar.

Voy de nuevo al baño y me pongo un poco de polvo, máscara de pestañas, y un brillo labial rojo muy discreto. Me peino solo un poco y me rocío perfume. Mientras me pongo a pensar, espero que Tyler se lo tome de la buena manera.

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Cuando llegó al Mistyc Grill busco a Tyler con la mirada y cuando lo visualizo logro ver que no esta solo. Dos cabelleras, una rubia y otra de un chocolate intenso vislumbran mis ojos. Por lo menos ella no está presente.

Me voy acercando y mientras lo hago, escucho la última frase que dice Caroline.

—¿Crees que sea su padre...?

Hago como si no hubiese escuchado y carraspeo para que noten mi presencia.

—Hola chicos.

Tyler se levanta con una mirada de alivio y algo de curiosidad.—Dios Melly—Me abraza y me levanta solo unos centímetros del suelo.—Me tenías preocupado ¿Cómo estás? ¿Ya estás mejor?—Tomo asiento junto a Bonnie y el junto a Caroline. Ambas me dan un ascentimiento de cabeza el cual devuelvo a medida de saludo.—Estoy relativamente mejor.—Intento sonreír pero creo que solo sale una mueca.—Esta última semana ha sido, algo complicada para mí.

—¿Cómo van tus moretones? ¿Y tus costillas? Escuché que te rompiste dos...—Caroline se calla en cuanto Bonnie le manda una mirada de «¿enserio?» ella solo baja la mirada avergonzada.—Te compramos una malteada de Vainilla, Tyler nos dijo que es tu favorita, estábamos por ir a visitarte.

—No, está bien, no me molesta que preguntes, y pues si. Hace unos días fuí al Hospital y me dijeron que están curadas, ya solo es una ligera molestia y, gracias por la malteada.—Me pongo sería de un momento a otro.—De hecho quería hablar de algo con Tyler...—Ambas se levantan y se despiden, yo solo suspiro. Él me da una mirada confundida. Decido no darle más vueltas al asunto y voy al grano.—Me voy a ir de Mistyc Falls.

Él solo se queda analizando lo que acabo de decir y me mira.—¿Qué? Pero... ¿Cuándo? y ¿A dónde? ¿De qué estás hablando Melody?—Bajo un poco la mirada.

—Hace una semana un hombre algo extraño ha estado yendo a mi casa, habla con mamá y se va. Ésta mañana me enteré de que ese hombre es el chófer de mi padre, Mamá le contó lo que me ocurrió y ambos piensan que es mejor que me vaya una temporada a vivir con él. Tyler, se que esto llegó de imprevisto pero, enserio creo que es una buena oportunidad para mí, para sanar, tú sabes lo que me ocurrió.—Lo miro fijamente dándole a entender la situación.—Necesito sanar, necesito solo...-Mi voz se empieza a quebrar, suspiro para que se me pase y no armar un espectáculo. Ty toma mi mano y me lanza una mirada comprensiva.—Además, servirá para conocerlo.

—Lo entiendo, se que será lo mejor para tí, solo... prométeme una cosa Melly.—Lo miro atentamente.—No me olvides, promete que no vamos a perder contacto, aunque sea por teléfono.—Me mira casi rogando, lo comprendo, estoy igual o peor que él.

—Lo prometo.—Me limpio algunas lágrimas que no sabía tenía en las mejillas, gracias a Odín que el maquillaje es a prueba de agua.—¿Sabes? recuerdo que cuando recién nos conocimos nos odiabamos.—Me da una mirada nostálgica.—Las veces que te escuché llorar porque tu padre era muy duro contigo, o las veces que alguna de tus novias te hacían sentir inseguro, se que al mundo le muestras una faceta del típico jugador de fútbol americano, mujeriego y arrogante, pero no a mí, eres mucho más que eso Tyler, y quiero que eso jamás lo olvides. No me iré para siempre, se que algún día regresaré.—Hago silencio solo unos segundos.—Cumpliré tu promesa si tú cumples la mía. Nunca temas por ser quien en verdad eres Tyler, porque créeme que eres la mejor persona que he conocido en mis catorce años de vida.—Ambos sonreímos y nos limpiamos las lágrimas restantes.

—¿Por un nuevo comienzo?—Levanta su malteada de Chocolate en modo de brindis.

Sonrío y hago lo mismo.—Por un nuevo comienzo.