Imagina que George se te queda viendo en una fiesta que había hecho John.
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"Una mirada clavada en tu cuello te hacía sentir incomodidad. Hasta que volteaste y juntaste tus ojos profundos de George. Se levantó de su asiento y fue hacia ti a paso lento, tu corazón latía a mil por hora. Y de un momento a otro, estaba delante tuyo, y sin saber muy bien que decir, preguntaste.
–¿Nos conocemos?
Terminó de fumar su cigarrillo, lo tiró al suelo y te volvió a mirar.