Lleva ya tres horas sentado delante de esa caja cuando un curioso chico se asoma por la puerta, tímido, con los ojos brillantes, y el pelo, desordenado. No sonríe, pero es como si en cualquier momento se pudiera empezar a reír de cualquier cosa. El chico se acerca a él, mirando hacia la puerta continuamente. Es como si su simple presencia le espantara. Finalmente, llega frente a él. Le dedica una mirada más, cargada de timidez, antes de hablarle.
"¿Dónde tienes las botellas de agua?" Dice el chico, casi en un susurro. Taehyung sonríe entonces por primera vez en el día, porque ese chico es precioso, y desprende unas suaves vibras llenas de alegría e inocencia.
"Pues verás, depende de cómo quieras el agua. La fría está en esa nevera." Dice el mayor, señalando con su dedo índice la nevera más cercana a la entrada. "Pero, en el caso de que quieras agua natural, la tengo aquí mismo, en caja." Dice con una pequeña sonrisa cargada de simpatía. Aunque la tiene más que entrenada, pues estando cara al público debe fingirla más de una vez, pero con este chico le sale natural, y sin duda, más preciosa que las fingidas.
"Bien." Dice el chico, caminando determinado a la nevera, sacando de allí una botella de agua y llevándosela de nuevo al mayor.
"Pues serán, 60 céntimos." Dice, devólviendole la botella una vez pasa el código de barras. "Oye, antes de que te vayas. ¿Te acabas de mudar? Llevo trabajando un tiempo aquí y podría decir que jamás te he visto."
"Uh, sí. Me acabo de mudar desde Estados Unidos." Dice, en ese tono tímido que parecía siempre utilizar. "Y tome." Termina diciendo, dándole los sesenta céntimos, dedicándole una sonrisa, pero esta vez, no es eso en lo que se fija. Observa sus ojos al sonreír, y ve cómo brillan cuando curva sus labios, mientras sale por la puerta.
El resto del día pasa igual de lento y aburrido que el resto de ellos, con la diferencia de que esta vez la única imagen que cruza su mente son los ojos del joven que había pasado a por una botella de agua. Siente la necesidad de plasmar en un papel lo hermosos que son esos ojos. Y así lo hace.
Cuando llega la hora final de su jornada, corre a los vestuarios. Su compañera lo mira asombrada, que el Kim tenga prisa es algo realmente inusual, pues siempre alega que nada en casa lo espera y que la prisa no lo lleva a ninguna parte. Lo sigue entonces, preocupada, pero no se encuentra con otra imagen que el pelinegro con su pluma entre los dedos, escribiendo rápidamente sobre el papel.
"Si tus ojos brillan tanto, con cada sonrisa que tu rostro plasma, si tu mirada se ilumina, con cada estrella que por el cielo pasa, si así se arrugan, se abren, se cierran, lloran y se emocionan, mirarte a ti podría mirarte, durante horas, estrella brillante que a mí me mira."
Los ojos del poeta releen esas palabras que casi sin pensar escribe, sabiendo que su única inspiración han sido esos brillantes ojos, que cargados de vergüenza, lo han mirado.
"¿Te has inspirado repentinamente?" Le pregunta Kim Chungha, su compañera, con una sonrisa.
"Es que sus ojos riman con vida." Le responde con una sonrisa el poeta, orgulloso de su creación.
Era la primera vez que unos ojos reales le inspiraban, además de los su musa.
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La musa que lo cuida.
FanfictionTaehyung es un poeta. La literatura hace brillar sus ojos, le hace volar. Las rimas son su vida, y la poesía marca el rumbo que debe llevar pera vivirla, como un mapa. ¿Qué tan lejos puede llevarle, si la criatura de sus escritos empieza a declararl...