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                     ||気持ち||

Podríamos catalogar la vida de Park Jimin como horrible, realmente estaba considerando escapar de eso y que lo mataran finalmente para acabar con su miseria, ¿Qué podría perder? Los pocos recuerdos de su infancia llegaban a él, veía un niño, parecía mayor que el, escuchaba su voz...

T-Tae... Espera, me e tropezado...

¡Te pasa por torpe!

¡¡Tae!!

Sin embargo sus recuerdos y su ameno intento de estar tranquilo esa noche se vieron interrumpidos cuando todo se llenó de murmullos nuevamente los estúpidos compañeros y compañeras haciendo escándalo por cualquier estupidez.

- Ya oíste, el señor Jeon está acá, ni de joda me le niego, demasiado dinero, poder absoluto y además dicen que es muy apuesto. -

- ¿Quién podrá terminar abierta de piernas para el? -

- Supongo que prefiere una bella y sensual chica antes que un feo y horrendo hombre sobre todo que estorbe su pene a la hora de metersela. -

Dejó de escuchar la conversación ya que esas chicas se habían ido como para no ser escuchadas, entonces suspiró pesadamente y dejó de escuchar, intentaba concentrarse nuevamente pero no lo conseguía, si a pesar siempre había ruido, en esta ocasión más por el "Gran Jeon Jungkook". Jimin no era fan de aquel tipo, se dedicaba a una parte del mundo oscuro como el mismo en la prostitución la diferencia es que era más admirable el asesinar personas, otros tenían temor y incluso respeto por este no obstante no le veía mucho chiste a matar personas por millones, encargarse de enemigos de otras personas... Solo que tuvo la suerte de que su asociación saliera prestigiada y ya, por eso estaba en boca de todos. No notó realmente cuando alguien estaba a su lado, hasta que escuchó que aclaró su garganta, entonces volteó y lo vio, el mismo Jeon Jungkook en persona y delante suyo, ¿En serio estaba acá? ¿Por qué vino justo consigo? Lo que menos quería en esa noche era tener que atender a otro cliente.

Ah que es guapo... Pensó vagamente tras mirarle el rostro y su cuerpo bien fornido.

- Hola precioso, ¿Por qué tan solo? - No le respondió, solo quería ignorarlo y que se largar a de una buena vez. - ¿Un trago cariño? - Le extendió un vaso de whisky, contuvo un suspiro, trabajo era trabajo con quién sea suponía y no quería más problemas de los que ya tenía. Sonrió de una forma felina y tomó el trago de las manos del contrario no con mucho entusiasmo realmente.

- Con gusto... - Dijo y el contrario sonrió de una manera arrogante, el imbécil era narcisista seguramente solo por su posición social.

- ¿Cómo te llamas bombón? - Puso su mano sobre su muslo comenzando a acariciarlo de una manera descarada, tanto que llegaba a asquearle pero no podía ni debía quejarse, no tenía el derecho de protestar.

- Me conocen como PJ, pero tu, dime Park. - Creo que no notó su gran tono de desinterés en su estúpida conversación y patético intento de ligar.

- ¿No preguntarás por mi nombre bombón? -

- No creo que sea necesario, ya se quien es usted y con quien estoy tratando. - respondió con simpleza.

Sintió el tacto ahora por su cintura del rubio, esta vez acercándolo a él, acercó su nariz a su cuello olfateandolo, era extraño, a la vez dando caricias y apretones por su cintura. Esto era tan incómodo para él.

No quería admitir que le estaba gustando su tacto.

- Me alegra escuchar eso, creo que ya sabes lo que quiero. - Murmuró en su oído, provocando un escalofrío, después se separó y lo miró a los ojos.

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