Capítulo 3

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¿Por qué la humanidad prefiere una verdad dolorosa en vez de una bonita mentira? ¿No es mejor vivir en ignorancia siendo feliz que quedar hundido en la triste sabiduría?.

¿Pero hasta que punto puede llegar una mentira?, tal vez hasta que la persona la descubra o que...

Manipulen a la persona para vivir en ignorancia, haciendo que sea feliz y que el contrario muera en la culpa o continúe en el olvido.

. . .

El espectro llevó una de sus manos a su cabeza, los recuerdos ingresaban a su mente como la bala que acabó con su vida, odiaba las memorias y odiaba recordar. No podía sólo olvidar su vida pasada como la albina. No. Debía seguir recordando, y eso...dolía.

"Sí le digo la verdad terminará como yo", pensó el fantasma, esa era la excusa que siempre usaba para mentir. Aunque en el fondo de su podrido corazón, tampoco quería perderla. Era la única persona que quería, su presencia le era reconfortante, verla feliz era reconfortante, ella en sí lo calmaba.

Ese pensamiento provocaba lágrimas en él, odiaba llorar, las palabras de su madre habían logrado que el monstruo creyera que era débil, que cada vez que mostraba sentimientos era una escoria que merecía morir. Se recargó en una de las paredes de la casa "No llores, serás débil", se repetía una y otra vez en su cabeza como una cinta en bucle mientras ocultaba su rostro con sus brazos.

Metafóricamente, una aura negra y densa comenzó a rodear al hombre del sombrero, como si fueran un montón de borrones en una hoja de papel, líneas desproporcionadas que encerraban al espectro en un vacío de soledad y tristeza. No aguantaba más y se fue de la casa, no tenía un rumbo escrito, sólo quería huir.

Era cobarde.

Irónicamente, terminó cerca del lugar que más odiaba. El bosque. Había seguido de largo de no ser por una voz de una pequeña niña que suplicaba por su vida.

—¿A...ashley?—Preguntó el hombre desconcertado, las memorias le invadían y rápidamente las lágrimas se deslizaban por su rostro, se sentía culpable. ¿Por qué no la pudo haber salvado?, ¿por qué la niña suplicaba?.

Sin pensarlo se adentró en el bosque, mientras esas súplicas comenzaron a hacerse más y más fuertes, el espectro gritaba el nombre de la chica, quería salvarla, quería cumplir su promesa. Cuando llegó, ya era demasiado tarde, la niña había sido asesinada y el hombre triste no hizo nada aparté de llorar y gritar el nombre de su pequeña, rompió su promesa.

Pero...cuando intento tocar el rostro de la pequeña, no había nada, sólo una ligera brisa que movía las hojas de los árboles, no podía creerlo, ¿todo esto fue una memoria? ¿se estaba volviendo loco?. Comenzó a reír, con cada minuto que pasaba su risa se volvía cada vez más fuerte, la cual sólo era una forma de ocultar sus penurias detrás de la locura que poco a poco se adueñaba de él.

—No es bonito cuando la culpa de apodera de ti, ¿no es así?—Cuestionó una voz femenina desconocida, la sombra se voltio y la confusión lo invadió, frente a él se encontraba su esposa. Con su corto cabello castaño y sus ojos azules que lo miraban con odio, se fijó que poseía una soga atada a su cuello y cadenas en sus muñecas y tobillos.

—¿Elizabeth?—Preguntó el contrario, se levantó e intentó acercarse a ella pero se apartó—Elizabeth lo siento por todo lo que te hice yo...—Hubiera seguido hablando de no ser porque la contraria le hizo un gesto para que se callara.

¿Esperanza? (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora