18 Dolor🔥💖

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—¡Cuando aprendas a trabajar, regresarás aquí! ¡Estás despedido!

El pobre hombre frente a Karim apenas abría la boca. Era la cuarta persona que despedía en la semana. Todo un récord teniendo en cuenta que jamás había despedido un solo empleado en sus empresas.

El hombre caminó hacia la puerta. Sabía que era uno más que no podría mantener a su familia en un país cuyo nivel de vida era bastante elevado. Se puso de pie de la cómoda silla y se enfocó en los ventanales desde la impresionante torre donde tenía sus oficinas.

«Lo odio, lo odio, lo odio».

Su mente lo repetía incansablemente, pero su corazón se mostraba esquivo a aceptar la idea. El solo hecho de recordar su cuerpo en sus brazos le provocaba un estremecimiento, el cual erizaba su piel. Era asfixiante la necesidad de reconfortar su necesidad, que pedía por Hayden, solo por él.

«Has destruido mi vida».

Yamina era su niña. La diferencia de edad siempre había hecho que la tratara más como una hija que una hermana.

¿Por qué tenía que humillarlo de esa manera? Lo único que le había pedido era que mantuviera sus manos alejadas de su pequeña flor de dieciocho años. Ni siquiera había respetado eso.

Si no estuviera implicado, él mismo levantaría una denuncia por homosexualidad en su contra y le colocaría el nudo de la horca para que muriera.

Su cabeza le hacía fabular todo aquello, pero su corazón y su alma le hablaban con sinceridad. Amaba a Hayden sin importar lo demolido que había quedado.

El intercomunicador sonó.

—¿Sí?

—Señor Lahsen, es... su hermana.

El árabe se dejó caer en su mullido sillón.

—Puedes pasarme con ella.

El ambiente se llenó de silencio un segundo. La niña se encontraba insegura de hablar.

—Yamina...

La voz desgarrada de Karim hizo que la morena se quebrara en llanto.

—Perdóname, Karim. Lo siento.

—¿Por qué? ¿Por qué tuviste que arrastrar por el fango el honor de tu familia?

—Karim, no se trata de nuestra familia, esto es sobre mí, sobre mis opciones, las oportunidades que no quiero perder porque merezco ser algo más que una infeliz esposa de un hombre que odio.

—Teníamos un acuerdo con su familia.

—¿Teníamos? —indagó la chica—. Mi padre hizo un acuerdo subastando a su hija, y tú solo lo seguiste a rajatabla.

—¿Y ahora qué? ¿Prefieres ser la ramera de un hombre que tiene casi el doble de tu edad?

—¿De qué estás hablando?

—Yamina, Hayden es un hombre seductor, así que entiendo que hayas caído por él, pero solo serás su entretenimiento.

—Estás enfermo. El despecho no te deja ver la realidad.

—Te ha envenenado en mi contra.

—Karim, ¡no soy su amante! ¡Nunca lo fui! ¡Nunca lo seré! Ya deja de conjeturar —gritó la chica.

Intentó sacarlo del cúmulo de pensamientos tóxicos.

—¿Y entonces?

—Hayden me ayudó a entender la realidad, a darme cuenta de que no todo es lineal, de que puedo seguir mis sueños a pesar de ser una mujer, de que merezco ser feliz, amada.

La voz se oyó entrecortada por los sollozos, por su incapacidad para entrar en la mente de su hermano, porque ninguna explicación sería suficiente o mayor a su necesidad de destruir a Hayden.

—Él está en prisión.

—¿Qué?

—Está denunciado por secuestro. En una semana comenzará el juicio. Será rápido, o al menos eso me han prometido.

—Hermano, por favor, si alguna vez me quisiste...

Yamina detestaba ahogarse en llanto, que sus palabras no salieran claras, que se atascaran en sus cuerdas vocales.

—Adiós, Yamina.

Y antes de que la chica pudiera continuar la comunicación cesó.

Aunque todo el universo le demostrara que se equivocaba, Karim no daría marcha atrás.


DESIERTO S.B.O Libro 5 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora