O N E

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Las manos de Harry recorrían mi cuerpo, ambos nos besábamos con deseo. Puse mis manos en su amplía espalda mientas meneaba mis caderas sobre su grande miembro.
"Te deseo princesa"- murmuró sobre mis labios para después comenzar a bajar su mano por mi espalda.
"Yo también te deseo, y se que esto está muy mal pero ¡joder! He querido esto mucho tiempo atrás".- murmuré un momento antes de tomar sus labios en un apasionado beso.
Sentía el bulto de su pene debajo de mi, lo cual me hizo gemir del placer de por fin tenerlo para mi.
Comenzó a bajar sus bóxers cuando...
La maldita alarma provocó que despertará de ese magnífico sueño. Mis bragas estaban completamente mojadas y mi respiración acelerada. Me regañé mentalmente por soñar eso con mi padre. Sabia que era algo prohibido pero ya no podía evitar sentirme sexualmente atraída por él.
Tengo 15 años, y pues supongo que la pubertad me ama, ya que, mis pechos son de tamaño grande al igual que mi trasero. No tengo una cintura delgada pero mis caderas son algo anchas. Mentiría si dijera que no he tenido sexo. Me tiré a mi maestro de matemática, no me culpen, es joven y muy apuesto, ¿Quién no lo haría?. Si hablamos de novios tengo que decir que son unos idiotas, ¿Por qué? Simple, solo me quieren follar y sus pitos chicos me aburren.
Las chicas me odian por tirarme a sus novios, lo que ellas no saben es que ellos son los que me buscan.
Cambiando de tema, mi madre murió cuando yo tenía 5 años y la verdad es que no me duele, ella siempre me odió. Pero si hablamos de mi padre, él siempre cuidó de mí, es el hombre más dulce. Siempre está en su trabajo por lo cual sólo pasamos unas cuantas horas juntos. Es ginecólogo y por lo que sé gana muy bien.
Mi vida se basa en follarme chicos y como mi padre es ginecólogo siempre le robo condones, por lo cual no ha pasado nada.
Tomé una rápida ducha y mi ropa consistía en una minifalda color tinto con un Top color blanco, me coloqué mis vans blancos y bajé a hacerme mi desayuno. Abrí mis ojos con sorpresa al ver ahí a mi padre, él solo estaba tomando su taza de café, sus labios rosados pegados a aquella taza de porcelana.
"Buenos días."-saludó con una sonrisa en el rostro-"te queda uhm...muy bien esa blusa"-murmuró mirándome de arriba a abajo.
"Gracias papá, me sorprendió que estuvieras aquí a esta hora"-hablé confundida.
"Me cancelaron una cita, ¿Quieres que te haga algo de desayunar?"-preguntó sonriéndome.
Solo me limite a asentir con las mejillas rosadas y una leve sonrisa.
Me cocinó unos panqueques con una ensalada de fruta.
"¿Quieres leche?"-preguntó alzando una ceja.
No pude evitar pensar algo sucio, claro que quería leche, pero de él. Me regañé mentalmente al pensar ese tipo de cosas. Asentí mientras comía mis dulces panqueques.
Me di cuenta de que necesitaba un cuchillo y me levanté para tomarlo de los gabinetes de arriba, me maldecí por no alcanzar los malditos cuchillos. Me estiraba lo máximo posible pero no podía.
Sus brazos de colocaron sobre mi cintura y el detrás de mi. Sentí como mi cuerpo se estremecía a su tacto y no pude evitar mojarme.
"¿Necesitas ayuda?"-preguntó con voz gruesa.
Asentí un tanto avergonzada, tomó el cuchillo y me lo dió. Agradecí por su ayuda y prácticamente devoré mi desayuno.

DADDY [H.S] daddy kingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora