T W O

224 5 4
                                    

Me encuentro sentado en mi consultorio bebiendo sidra. Estaba pensando en las imágenes de Grace en ese top blanco, me dejaron pensando en muchas cosas, resaltaba sus firmes pechos mientras me dejaba a la vista la mitad de ellos. Sabia que los pensamientos sucios eran malos pero no podía evitar pensar en lo bien que se miraba.
Llamaron a la puerta y sabía que era hora de otra paciente. Comencé a preguntarle las cosas típicas y llegó la hora del chequeo, ella era una niña de 13 años y reí internamente al notar que se mojó al sentir mis manos en su sexo, obviamente hice como si no lo hubiera notado y seguí con el chequeo. Prácticamente esto hacía a diario y muchas de mis pacientes se mojaban, lo cual era divertido a mi parecer.
Estaba revisando mis gabinetes y me di cuenta de que me faltaba una caja de condones, fruncí el ceño y traté de recordar donde los había puesto, pero nada venia a mi mente. Solo algunas veces Grace había venido, pero me negaba al pensar que ella los hubiera tomado.
Todas las citas por este día habían acabado, por lo cual podría llegar más temprano a casa. Subí a mi coche y lo encendí, para después ir por las mismas calles de siempre hasta llegar a casa. Al llegar note que había un coche desconocido estacionado en mi estacionamiento, lo cual era raro.
Estacioné mi coche a un lado del otro coche y traté de ser lo menos ruidoso posible al entrar a la casa.
Cuando abrí la puerta escuché ruidos extraños en la planta de arriba, fruncí el ceño y dejé mis cosas en la sala. Subí lo más rápido posible por las escaleras.
Cada vez los ruidos eran más notorios y alcanzaba a escuchar su voz...la voz de mi princesa. Sus gemidos resonaban en mi cabeza como una dulce melodía, lo que causó que me provocara una erección.
Aquellos gemidos provenían de mi habitación, corrí hasta allá y abrí la puerta dándome una gran sorpresa. Mi pequeña estaba follando con un hijo de puta.
Al notar mi presciencia se separó de golpe de aquel estúpido muchacho. Sus grandes pechos desnudos me comenzaron a calentar, joder, desearía haber sido yo la que este follando ese magnífico cuerpo, pero había un problema, sus manos estaban esposadas al respaldo de la cama.
"Dile que se vaya"-gruñí entre dientes tratando de tranquilizarme y sin sonar excitado.
Ella solo estaba paralizada mirándome con miedo.
"¡Estoy diciendo que se largue!"-grité enojado.
El chico solo asintió tratando de cubrirse y saliendo de la habitación. Mientras que ella trataba de cubrirse con torpeza.
Reí sarcásticamente mientras me acercaba a ella.
"Nunca creí encontrar a mi hija en esta situación, pero te digo un secreto...me encanta"-le susurré en el oído mientras besaba su cuello.
Se estremeció al sentir mi lengua sobre su cuello y eso me hizo sonreír. Comencé con mi camino de besos hasta llegar a sus jugosos y rosados labios capturándolos con el deseo que había escondido por los últimos dos años.
"Papá quiero que me folles, por favor"-gimió ella sobre mis labios. Su voz era completamente excitante y me prendía más.
Solté una risa ronca y ella me miró confundida.
"¿Crees que follare a mi hija después de que ese hijo de puta la folló?"-gruñí enojado.-"follaste en mi cama, defraudaste mi confianza y robaste mis condones, ¿O no princesa?"-solté con rabia.
"¿Sabes por que lo hice? Lo hice por que yo solo te quería a ti, pero tu eres al único que quiero dentro de mi papi"-habló con voz entrecortada.
Me di cuenta de lo que estaba pasando, simplemente tomé mi camiseta y salí de la habitación. No podía hacer esto, ella es mi hija y lo qué pasó estaba completamente mal. Iba a salir de la casa pero recordé que ella seguía esposada a la cama. Regresé a la habitación y comencé a buscar esas malditas llaves. Las encontré en la mesita de noche lo cual agradecí. Camine hacia ella desatándola, estaba tratando de no hacer ninguna locura, pero lo único que hacía era pensar en lo que quería hacerle. Quería que gritara mi nombre al llegar al orgasmo, que me pidiera más, quería sentir sus manos en mi espalda mientras sus uñas rasguñaban esa parte de mi cuerpo.
"Arréglate, iremos a cenar"-dije sin mirarla mientras tomaba una camiseta y un pants de mi closet.
Caminé hacia el baño y comencé a desvestirme. Hoy había sido un día muy agotador.
Bajé mis pantalones junto con mis bóxers, dejando salir mi erección. Joder, las imágenes de Grace llegaron a mi cabeza, tenía la oportunidad de tenerla debajo de mi y la dejé ir.
Cuando ya estaba completamente desnudo me metí a la ducha. Sentí la agua fría chocar contra mi piel, mientras que me masturbaba pensando en ella. Comencé a mover más rápido mi mano hasta llegar a mi climax. Cerré mis ojos al sentir como los chorros de semen salían, sonreí con ego al recordar como ella quería que la follara.
Tomé el bote del jabón corporal y comencé a masajear mi cuerpo con la esponja y un poco de ese líquido.
De pronto sentí unas manos rodear mi espalda hasta llegar a mi abdomen, brinqué del susto ante aquel suceso.
"¿Qué haces aquí?"-pregunté totalmente confundido.
Ella simplemente me tomó del mentón y unió nuestros labios dejándonos llevar por lo que ambos queríamos.

DADDY [H.S] daddy kingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora