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- No puedo irme ahora… - insistió el, pero había sido demasiado tarde. Los brazos de JaeBeom la elevaron y la subieron sobre su hombro derecho. Cargándolo sin previo aviso. YoungJae entreabrió los labios.

- ¡No! – gritó asustado. No podía irse. No debía irse. – por favor, ¡JaeBeom! – le gritó de nuevo. Pero este no haría caso a ninguna palabra que YoungJae le dijera. Sus piernas caminaron rápido hasta las puertas cerradas del banco. Las abrió con la punta de su zapato y salió con el entre brazos.

La gente alrededor se volteó a mirarlos. Todo había pasado tan rápido. La escena era conmovedora y a la vez confusa.

YoungJae que no dejaba de gritar en medio de la calle, y JaeBeom, que no lo dejaría bajar de entre sus brazos hasta que recibiera una buena explicación.

- ¡Bájame! – le gritó una vez más.

- Deja de gritar, cualquiera pensaría que te estoy secuestrando. – le dijo y divisó su auto. Justo en la esquina en donde lo había dejado. Caminó rápido. Al llegar, antes de abrir las puertas de este y depositar a YoungJae dentro… giró la cabeza y observó sin disimulo el culo de el.

–Extrañaba esta vista. – sonrió para él mismo, escuchando a Jae refunfuñar detrás.

Quitó los seguros y abrió la puerta copiloto, bajó al menor de entre sus brazos e hizo que se sentara en el asiento. Cuando pudo verlo sentado ahí… sentado en su auto… no pudo contenerse en pensar ciertas cosas nada sanas en ese momento. Mierda, pero que bonito estaba. Se había puesto un brillo labial en los labios que le hacía ver jodidamente provocativo y aquel pantalón de jean negro, esa camisa entre abierta, esas piernas y esa boca y esos ojos. Sonrió para sí mismo al verlo con él de nuevo. Cierta nostalgia había entrado en su cuerpo, en sus propios sentimientos.

El hecho de tenerlo con él, de nuevo, a salvo, después de tantas cosas que había imaginado pudieran pasarle… le hacía sentir tan bien. Le hacía provocar comérselo a besos y restregarle lo preocupado que había estado por el entre ellos. Comérselo… comérselo a el entero… porque solo así, podría calmar todo lo que sentía.

Rodeó el auto y entró a su asiento.

- Deberías agradecerme. – le dijo encendiendo el Mustang. YoungJae giró la cabeza para mirarlo. – supe que la policía iba a llegar en menos de cinco minutos y te he salvado.

El auto avanzó. La pista estaba libre. JaeBeom pisó fuerte el acelerador sin miedo a nada. Como casi siempre. YoungJae abrió la ventanilla, dejó que el viento le desacomodara el cabello. Sería una noche realmente larga.

Pero de pronto, ambos se quedaron callados. A pesar de que había mucho por explicar, mucho por decir. La música saliente de los amplificadores era lo único que ahí se escuchaba. “Yamaha” de Delta Spirit, a un volumen prudente.

JaeBeom lo miró de reojo. Era imposible parar de mirarlo con lo bonito que iba. Aunque de ese modo, solo le entraban más celos de los que ya tenía. ¿Habría conocido a otro en Tentation? Otro…¿Cómo él?... Necesitaba hablarle. Decirle y preguntarle muchas cosas, ¿pero cómo hablar sin que el también lo hiciera?... tenía que romper el hielo entre los dos.

- ¿Cuándo vas a contarme? – le preguntó sin más rodeos. Se atrevió a bajarle el volumen a la música. Lo único que necesitaba y quería, era escucharla a el.

- Han pasado muchas cosas…

- Eso ya lo sé, créeme.

- Y te he extrañado muchísimo… - YoungJae giró el rostro. A continuación, JaeBum pudo sentir como sus tibias manos le acariciaban el brazo derecho. Se tensó. Se tensó tanto. Su piel, a la misma vez, se erizó fugazmente. Vaya terrible sensación.

TENTATION 2 (Adaptación) |2JAE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora