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Poco a poco, ambos chicos se dieron cuenta de lo que estaba pasando.

Sherwin se dio cuenta de que estaba intercambiando lugares con Jonathan, un chico que está en bachillerato y vive en Tokio, además de tener origen mexicano. El moreno es popular y vive en una familia de clase media.

Jonathan, por su parte, también se dio cuenta de los cambios de cuerpo que tenía con Sherwin, un chico pelirrojo que vive en algún pueblo alejado de Tokio, su familia era creyente de unas tradiciones muy raras pero hermosas, sin embargo, su padre parecía ser un alcalde al que no le interesaba.

Sin duda estaban cambiando de cuerpos, pues se podía comprobar por las reacciones de la gente a su alrededor. Lo malo, es que todo lo que haya pasado en el intercambio lo olvidaban al despertar, por esa razón decidieron establecer reglas: Cosas que hayan pasado en el intercambio y cosas que no deben hacer cuando estén en el cuerpo del otro. Todo lo escribían en los apuntes en sus respectivos celulares.

Sin embargo...

-¡¿Qué demonios le pasa a este chico?!-exclamaban la mayoría de veces al ver en sus apuntes en el celular cosas que ellos jamás hubieran hecho.

***

Jonathan al estar en el cuerpo de Sherwin lo había vuelto el más popular casi sin proponérselo.

Un día, cuando Kei se resfrío, le pidieron a él que lo reemplace, pues según el entrenador: "Todos deben participar". Obviamente, la mayoría se quejó, porque Sherwin no era para nada deportivo, pero Jonathan sí lo era.

Ese mismo día, Jonathan escribió en los apuntes del pelirrojo " Hoy impresioné a todos jugando béisbol, el entrenador hasta quiso que fuera miembro oficial del equipo. Dijo "Vaya, Sher, si juegas así, hasta pongo a Kei en la banca, si quieres". Las chicas se impresionaron al verme jugar. En cuánto, a Sara y tu abuela, a sido un día normal"

En los siguientes días, el pelirrojo se sintió acosado por varias chicas. Hasta oía a algunas susurrar "Ahora que lo pienso, sí es atractivo a su manera".

Esteban y Beth se burlaban de lo mucho que era hostigado y hasta le decían a Sherwin "Buscate una novia falsa y te dejarán en paz".

A lo que Sherwin apuntó en los apuntes de Jonathan " Sé que eres todo un galán en tu escuela, pero esta no es tu escuela, y ni es tu cuerpo. Así que deja de hacer cosas que seduzcan a las demás "

A lo que Jonathan respondió en el siguiente intercambio en sus apuntes "Sherwin, hay cosas que no entiendes. Uno no busca ser popular, al menos no en mi caso"

"¿Me quieres ver la cara de estúpido?", le escribió el pelirrojo al ver ese mensaje. Jonathan sólo le escribió " Pero, si ya la tienes XD"

En ese entonces, Sherwin dejo de hablar de ese tema y sólo se concentró en ser lo más frío posible con las chicas y esperar que Jonathan no ilusione a ninguna.

Sin embargo, hubo cosas que le gustaron en las acciones del moreno, Jonathan al estar en su cuerpo hizo con sus propias manos una mesa y bancas cerca de la máquina expendedora de la que tomaron café el otro día. Debido a que siempre iban ahí últimamente, lo llamaron "Nuestro lugar secreto".

Cuando Jonathan le escribió aquel suceso a Sherwin, el pelirrojo al volver a su cuerpo escribió " Jonathan, eres increíble. Gracias", a lo que el moreno sonrió y le escribió en la cara de Sherwin "Al fin lo admites, Sher"

Sin embargo, cuando dos chicas y un chico se le confesaron en días diferentes, Sherwin se sintió alagado, pero mal de haberlos rechazado. Lo más sorprendente, fue que Edward, el mejor amigo de Kei, se le confesó.

Kei apartó a Edward. Pero éste último seguía enamorado de Sherwin a pesar del rechazo. El pelirrojo, sin ser capaz de ignorar por lo que Edward estaba pasando lo incluyó en el grupo.

Beth lo aceptó. Esteban lo miraba mal cada vez que Edward hablaba con Sherwin. Y Sherwin... Bueno, él seguía siendo quién era con Edward, un chico amable y comprensivo.

Jonathan se sorprendió de esto cuando intercambiaron de cuerpos, pero logró adaptarse.

"Sin duda, eres todo un galán.
¿No, Sherwin?", le escribió Jonathan en modo de burla en sus apuntes.

"Callate, deberías agradecer que te ayudo con Mónica ", respondió el pelirrojo en esa ocasión.

Ah, Mónica. Esa chica castaña de la que Jonathan estaba enamorado. Sherwin logró hacer que fueran amigos, a Mónica le parecía tierna la forma en la que Sherwin(aunque ella pensaba que era Jonathan) se comportaba. Con toques tímidos, pero graciosos.

El moreno le reclamó varias veces al pelirrojo de sus actos para conquistar a Mónica. No consideraba que ella le prestaría atención. Pero, con Sherwin ayudándolo, se sentía diferente cada vez que Mónica le sonreía. Se sentía diferente, como si en realidad... Él no estuviera del todo enamorado.

Jonathan era consciente de que el pelirrojo tenía su encanto personal, aquel encanto invisible por el que sonreirias bobamente pensando en varias maneras de que aquel pelirrojo estuviera a tu lado. Sin duda, Sherwin era capaz de hacer enamorar...

A cualquiera.

-Sin duda eres lindo-dijo Jonathan una vez que se levantó en el cuerpo de Sherwin viendo el espejo.

-¿A quién le hablas, hermano?-preguntó Sara.

Jonathan se asustó. Siempre olvidaba que Sara venía a levantarlo en las mañanas.

-Perdón, dije algo torpe-se excusó.

-No seas torpe y date prisa-fue lo que dijo la menor.

Otro nuevo día.

***

-Adiós, Jonathan-se despidió Mónica dándole un beso en la mejilla.

-Adiós, Mónica-se despidió Sherwin dirigiéndose a la casa del moreno.

Sherwin se había adaptado rápidamente a la vida de Jonathan. Le gustaba gastar parte del dinero de Jonathan en postres de cafetería, obviamente el moreno le regañaba por esto en sus notas. Sin embargo, Sherwin argumentó que él también trabajaba como mesero, por ende, parte del dinero de Jonathan era suyo por su trabajo reemplazándolo.

Al llegar a la casa de Jonathan, se cambió con una ropa más cómoda y se recostó en la cama.

Se preguntó qué estaría haciendo el moreno.

-Lo de siempre, Sherwin-se respondió a si mismo.

Se había hecho amigo de Sam, el rubio le agradaba. Su gusto por la arquitectura era genial, al parecer, Jonathan también compartía ese gusto. Sherwin quería saber un poco más de eso, así podría hablar más con Jon.

Se sonrojó al darse cuenta de que extrañaba al moreno. Apuntó en sus notas que mañana tenía una cita con Mónica, incluso buscó páginas en donde daban consejos para citas. Aunque Sherwin era tan inexperto en novias o citas.

De pronto se imaginó como sería Jonathan en una cita. Presumiendo de lo que es bueno y siendo cariñoso. Sonrió sin darse cuenta, sintiéndose tonto.

-¿Algún día nos veremos?-se preguntó a si mismo-Me gustaría verte, Jonathan.

Sintió el sueño apoderarse de él y se quedó dormido pensando en el moreno y un hilo entre ellos.

Your NameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora